11.4.08

Las Nuevas Fronteras de la Salud

Que la inmigración forma parte de nuestra sociedad es un hecho. La apertura de fronteras y la admisión de nuevos países como miembros de la Comunidad Europea han supuesto un flujo considerable de “nuevos” ciudadanos con las mismas obligaciones pero no siempre con los mismos derechos que los “viejos” europeos. Estos ciudadanos han sido un revulsivo tanto económico como social para los países de acogida, siendo, mal que les pese a muchos, un pilar fundamental en nuestra economía.
Sin embargo, desde algunos sectores no se deja de comentar los malos efectos añadidos a esta movilidad: aumento de la delincuencia, marginalidad y, aunque menos nombrada pero igual de importante, los efectos sobre la salud y el estado actual de bienestar europeo. Muchos sectores sanitarios alertan del resurgimiento de enfermedades importadas desde los países incorporados: tuberculosis y VIH entre los más destacados.
La realidad es que la mayoría de los inmigrantes que llegan a nuestro país son personas jóvenes y sanas, que no suponen ningún riesgo para la salud pública del país de acogida, pero que enferman al llegar a él. ¿Son ellos una amenaza para nuestra salud o lo somos nosotros para la suya? Los pocos estudios al respecto hablan claro: la calidad de vida y la salud de los inmigrantes cae en picado cuando se instalan en nuevo país. Las pobres condiciones laborales, sociales y de salubridad en las que se ven obligados a vivir minan su salud, apareciendo, ahora sí, enfermedades que pudieron adquirir en sus países de origen.
El problema va más allá de lo puramente sanitario y social suponiendo un punto de inflexión en el terreno económico y laboral, ya que recordemos que muchos sectores de nuestra sociedad están basados en el trabajo de los inmigrantes.
Europa no debe olvidar que necesita a los nuevos ciudadanos para su progreso y desarrollo, pero los necesita sanos.

3 comentarios:

  1. Es precisamente en ejemplos como este que comentas en donde se ve la importancia de la prevención de la enfermedad y de la impotencia que se siente al ver cómo regresan lentamente las enfermedades del pasado.

    Soy partidario de una política de inmigración abierta, pero pienso que el Estado debería preocuparte un poco más por las condiciones de vida que tienen los inmigrantes en España.

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  2. Un tema muy interesante pero muy complejo como para dar una opinión que cubra toda la polémica a la que puede dar lugar. Qué decir si no que creo que toda persona (nacido o no en España, con o sin papeles) que resida en España debe tener acceso a la misma sanidad que yo.

    La excusa de que no pagan impuestos además de ridícula es cínica. ¿Cuántos españoles pedimos la factura a fontanero? Por no hablar de la importancia de la construcción y por ende de la mano de obra "sin papeles" en nuestra economía, esa misma que sustenta nuestro Sistema Nacional de Salud.

    Creo que sería interesante tratar en sucesivas entradas algunos aspectos polémicos del tema como son los "viajes para operarse en España". ¿de verdad existen?, ¿qué dice la ley española al respecto?, ¿quiénes se beneficiarían de los mismos? A ver si me documento respecto al tema.

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  3. España es una pequeña isla en el universo europeo, algo apoyada por los sistemas de salud de Dinamarca y algún país nórdico.
    Ahora con la transferencia de las competencias en materia de sanidad a las Comunidades Autónomas parece que empiezan a verse vulneraciones de los Derechos Sanitarios de los inmigrantes...
    Hay una asociación que vela por los derechos de los inmigrantes en materia de salud a nivel europeo, os dejo el link para que os déis un paseo, aunque supongo que esto da para escribir más entradas en el blog:
    http://www.picum.org/

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