En palabras de John Berger, citadas por Iona Heath en su libro "Ayudar a morir" (recién adquirido y en proceso de ser devorado):
El médico es el familiar de la muerte. Cuando llamamos a unmédico, le pedimos que nos cure y que alivie nuestro sufrimiento, pero si no puede curranos también le pedimos que sea testigo de nuestra uerte. El valor del testigo es que ya vio morir a muchos otros [...]. Es el intermediario viviente entre nosotros y los inumerables muertos. Está con nosotros y estuvo con ellos, y el consuelo difícil pero real que los muertos ofrecen por su intermedio es el de la fraternidad.
me quedo con un párrafo: el párrafo que has citado.
ResponderEliminarMe parece demasiado duro. Te diría que no estoy de acuerdo, pero después de haberlo leído un par de veces, tristemente, sí, estoy de acuerdo con lo que dice.
ResponderEliminarSólo que nunca me lo había planteado así.
¿Pero eso no lo hacían los sacerdotes?
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