Autores: Carmona Osorio, M; Lorente de Uña, S; Martín López, N; Pérez Requena, M; Rodríguez Contreras, F.J y Rodríguez Quiroga A.
Tutora: Graciani Pérez-Regadera, MA.
INTRODUCCIÓN
La disociación entre los criterios de coste-efectividad de fármacos y pruebas diagnósticas del Sistema Nacional de Salud, y el desdén hacia este criterio por los médicos en la práctica clínica, nos hacen plantear si existe entre éstos una percepción aproximada de los costes de los recursos, y si esta apreciación es tenida en cuenta en la práctica clínica. Al tratarse de un estudio piloto, uno de los objetivos principales es la evaluación de la metodología para un posible estudio posterior a mayor escala.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se obtuvieron 200 respuestas a una encuesta de elaboración propia, en la que se preguntaba el coste de elementos comunes de la práctica clínica. Se analizaron los resultados en función de especialidad (clínica, quirúrgica, atención primaria y estudiantes de 6º de medicina), años de experiencia, campo preguntado (consideración del propio conocimiento acerca de costes, importancia concedida al criterio económico, precio estimado de pruebas de imagen, laboratorio, estancia hospitalaria, y fármacos de uso habitual) y sexo.
RESULTADOS
Las mayores limitaciones del estudio se hallaron en la gran dificultad para obtener los costes reales de los elementos preguntados. El análisis de los resultados mostró que las mayores diferencias (aunque no estadísticamente significativas) no dependen de años de profesión o especialidad (aunque sí se han observado diversos patrones según estos conceptos, como un mejor conocimiento general entre los médicos de Atención Primaria) sino de las características de aquello acerca de lo que se preguntaba, resultando estancia hospitalaria y farmacia los campos con diferencias más significativas. Las respuestas acerca de la autoconfianza en el conocimiento de estos costes no han resultado congruentes con el conocimiento real.
CONCLUSIONES
El conocimiento acerca de los costes de pruebas y tratamientos habituales es muy deficitario. Una mejora en este conocimiento puede suponer un ahorro importante en el caso de las estancias y la farmacología. Es preciso un énfasis en la formación continuada a este respecto, ya que los años de experiencia no aportan las diferencias esperables. La elevada dificultad para obtener datos de referencia complica ampliamente la difusión de los costes y precios reales, entorpeciendo el uso del criterio económico en la práctica, sin ser óbice para que exista un interés latente entre los médicos, a la vista de la expectación generada a lo largo del proceso de cumplimentado de encuestas. Por tanto, a pesar de las limitaciones encontradas, el interés suscitado y los resultados obtenidos justificarían un estudio posterior de mayor envergadura, siguiendo una metodología parecida.
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(me siento incapaz de recordar cómo se citaban correctamente las publicaciones de congresos y Paso de mirarme las vancouver a estas horas, asúmanlo)
tras este sonrojante ejercicio de autobombo y platillo cableado por sir javithink procedo a puntualizar: como (casi) siempre, el abstract refleja chusteramente el estudio en sí (al margen de que el estudio pudiera ser otra chusta (a mí no me lo parece, mi niño es siempre el más guapo y el que mejor va en el colegio)) del mismo modo que la presentación en congreso que hicimos reflejaba poco y nada del contenido (si me faltaba algo para convencerme de la inutilidad de los congresos y la ¿formación? que ofrecen, esto fue suficiente), de modo que si alguien tiene algo de interés en nuestro a partes iguales humilde y flamante estudio piloto, aquí lo tiene en pdf y si huye como de la peste de alojamientos con viruses y antivirales en stock como el megaupload que se lo pida directamente a la que firma, en ameliafalciforme del reino de gmail. acepto todo tipo de comunicados con cualquier tipo de intención, excepto de representantes farmacéuticos: I may be a whore but not a pharmawhore. lo siento, tenía que soltarlo en alguna entrada y ya que iba de autobombo, por qué no esta.
en próxima entregas, cómo estudiar el MIR puede inducir un creutzfeldt-jakob: las pruebas.
Completamente de acuerdo. Sólo añadiría, que una "factura fantasma" (factura con el precio de la atención prestada aunque el paciente no tenga que pagarla) también ayudaría a tomar conciencia de lo que supone el agujero negro económico que es un Sistema Nacional de Salud.
ResponderEliminarLes dejo, que mañana tengo guardia, donde iré a "hacer nada" (como en varios casos me dicen los pacientes) con todos aquellos pacientes a los que alto a domicilio sin ingresarlos.
Bss, abzs o un saludo, como prefieran
también llamada factura encubierta, cuya incorporación en algunos servicios (de urgencias, sin ir más lejos) ha costado la cabeza del gerente por dispararse el número de quejas...
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