Esta tira nos recuerda una vez más, como medicalizan/-amos nstras vidas. Quizá este punto vista este hablado, of course no superado.
Hoy, será porque hace frio, o porque me esperan 500 folios, pero quiero poner el acento en la otra parte de la curva que reluce. En los días "normales", en los días nerviosos, preocupados y algo ansiosos. Quizá ( o seguro, con menos humildad) también es educación sanitaria aprehender a vivir estos días, quizá también las farmaceúticas se aprovechan de necesidades no cubiertas de la población, quizá la sociedad no sean tan tonta, quizá la sociedad este enferma muy enferma, quizá hay diagnóstico y enfermedad, pero quizá la terapeútica sea errada.
Quizá, nosotros también (galenos, pregalenos, sociedad), al igual que la industria; hemos de inventar una terapeútica, quizá nos olvidamos de lo social; o quizá lo reducimos al interés empresarial, olvidando lo humano. ( siendo también lo empresarial humano).
Lo dicho... enfermedades exantemáticas en el niño
Muchos ánimos. Y las mejores vibraciones :)
ResponderEliminarhace poco leía en medfam: "no existe la píldora que dé la felicidad y si existiera no la recetaría". Descontextualizando, lo primero es un hecho incontestable, lo segundo, a mi modo de ver, el reflujo de un estómago judeocristiano, que tiene arraigado allá en el auerbach aquello del valle de lágrimas; que asume el "ay señor, llévame pronto" de la Blasa como parte innegable del sentido existencial; y en el que, al final, no queda más que un castigo que nuestro subconsciente pone a los que sufren bajo el epígrafe "es su problema por no habérselo sabido montar como yo", versión edulcorada del "algo habrán hecho".
ResponderEliminarNunca para exprimir targets nuevos y nunca para engordar cuentas de unos cuantos, pero asumir hasta volver frase hecha "la sociedad está enferma" pero negarse en banda a tratar lo "normal", no deja de chirriar(me) un poco.
Otra cosa, y harto compleja, sería plantear, si es que es posible, una sociedad sana, o cuanto menos no enferma. Pero esto son demasiadas pajas mentales, hasta para entretenerse durante un pestiño de curso.