24.3.11

Ella, medicina


Un día:

Hoy pensaba a las 07:55. Ya lo sé, es mala hora para pensar y muy buena para acostarse tras una larga noche. A las 07.55 salía de casa. Radiología clínica, hoy iba tarde. La noche había sido una mitosis exacta de la anteriores. Prurito-prurito-prurito. No, no tengo sudoración nocturna. Es un prurito vectorizado, algún bicho se está cebando con mi sangre. A esto le sumo otro pruritos, de origen emocional que tu no quieres saber y yo no quiero escribir. Aun así cuando encaré uno de los hospitales que dispersos adornan Granada me encontré muy feliz.

Había pocas razones de peso que justificaran una infelicidad. Pero cuando eres un niño-sin-grandes-problemas con una piramide de Maslow basal que tiene un campanario ocioso poco es suficiente. Cigarros con vaho de gente que se quiere quitar, portadas radiactivas en periódicos que nunca mienten junto a coleccionables que todos acaban, de frente al hospital, sus ventanas, su fachada sin-pintar desde franco-sin memoria, su luminoso, obras...medicina.


Por lo general, definir es una actividad arriesgada. Más incluso que escalar. Sin duda, mucho, mucho más que biopsiarse la próstata. Las realidades son cambiant

es, continente y contenido nunca se adecuan. Yo cobarde y complaciente, siendo las 07.55 asesiné rápido la fetal idea de preguntarme qué era la medicina.


Si todo se hubiera subsanado ahí, o alguna cara bonita me hubiera distraído hoy no escribiría. Pero seguí mascullando, siempre sin definir. Lo definido deja SER una vez que la definición ES. El corto recorrido a penas me dio para imaginarme algunos

días en su vida, de ella, la medicina.


Medicina para dormir se coloca un pijama tejido con infinitas listas: fiebre, adenomegalias, mialgia, artralgia, hepatomegalia, esplenomegalia y ahora BRCA, PTEN, K-RAS.... un folio y otro y otros 3000 por mil y así hasta agotar todos los árboles de Marte y todos mis martes.

Cuando duerme es caprichosa y selecta. Algunos días medicina comparte noche con cuerpos diferentes. Cuerpos que lloran de deseo por morir y no l

o consiguen. En el otro extremo lágrimas escupidas por cuerpos que ya notaron el hedor de la muerte a su alrededor,éstos no quieren irse aún. Uno junto al otro, ojalá en este juego pudieran cambiarse las cartas. Box uno y box dos de la observación. Ya te avisé, es caprichosa.

Al despertar se envuelve en una seda que no envidia al notario ni al sacerdote ( bueno a éste sí, que bebe de servicio) y se acuesta con injustas/justas demandas cuan cristo en calvario.


La medicina es atractiva y joven. Es esencial elegir un vestido adecuado para su graduación. Algunos querían vestirla de hipócrates y otros de declaración suiza. Para muchos daba lo mismo que fuera desnuda jurando ser atea o prometiendo que dios existe, todo es lo mismo. Al final la solución fue hacer un traje a medida por un sastre profesional. Ya sabemos, en las ideas como en todo hay profesionales. A la gente le gustó la idea y para regocijo le hicieron un fular con simulacros Mir, así vamos practicando. El broche, por supuesto lo puso una farmacéutica (porque aquí todo el mundo receta lo que quiere y cientos de especialistas en marketing están equivocados).

Alguien, al fondo de la sastrería preguntó: -¿cómo la vestiremos para su primer paciente/enfermo/usuario? - No hay tiempo para eso. - Venga pásame ese simulacro, quedará bien para tapar los ojos.


Y luego vienen sus defectos, los de ella, la medicina. Uno de ellos es clasificar. A veces se pasa de lista. Los lunes en la consulta del X sano: enfermamos a los sanos con palabras y screnning. Los martes de madrugada en la guardia todas las disneas son ansiosas y curamos.

La muy zafia nos la juega a todos, a los que más tiempo le dedicamos, a los que la engordamos. Se empeña en ponernos en lista. Una lista de 13.000 puestos. Todos en fila, -bueno, tú no que eres extranjero. Los de menos de mil, los diez primeros, los cien primeros, la panza del 4.000 y las colas de Gauss. Fenómenos en una distribución. Tablas. Percentiles. Locas en anestesia y cuerdos en psiquiatría. Amasar sentimientos, ver a los de un año más palidecer, oír ecos de lágrimas. Porque claro, todos sabemos que cuando nos ponemos en fila de a uno, estamos sólos. Nosotros y el culo del que está delante. Y el de atrás que pisa los talones. ¿Y por qué yo delante y tu detrás?.¿ Y por qué yo gordo y tu flaco?.¿ Y por qué yo cinco y tú diez?. Y la derma y su calidad de vida y sus putas cremas, y los complejos, y las inseguridades... Y la mierda, a la mierda las personas, a la mierda la dignidad y la medicina.


También la medicina estudia. harrison, farreras, ni uno ni otro, los dos, ninguno. Estudia cuando quiere y cuando no. Y muchas veces no estudia queriendo o sin querer. Estudia en verano, con su enfermedad y la de ella. Otras llena el folio de lágrimas, de ceniza, de galletas o té. Estudia el mes en que ella te abandonó y en el que él apareció. Estudia con sueño cuando dormiste mal y despierto cuando viviste bien.


A veces, esta mujer hace de patito feo. La medicina no siempre tiene las puertas abiertas . Aún no lo sabes (es un secreto) pero hay gente de frente elevada (con mucha suerte ) que tienen muy claro lo que es la medicina.

Los viejos de lugar me contaron una historia. Un día, vieron a la bella medicina pasear por Granada. Estaba harta de rutinas,de Bourn-out ,de “la sanidad no se sostiene”, y de pesismistas. Quiso verse con gente joven. Médicos con ganas y estudiantes con dudas. Nadie la quería en su casa, ni siquiera los que la envolvían en sedas de prestigio. Quizá pensaban que eso no era medicina, quizá que política, quizá era una fulana cualquiera. - Con esas ropas y esas ideas !a saber!. En ningún sitio podía sentarse y charlar con los estudiantes. Ell@s que siempre dudan y se fijan en jóvenes guap@s la miraron y le dieron una oportunidad. La ayudaron a encontrar no sólo un sitio donde charlar sino cabezas donde pensarse, corazones donde sentirse, lenguas para cuestionarse y camas para desnudarse o descansar.


Gracias a Darwin y al azar que existen: Ella, la medicina y ellos los que se morirán sin saber que carajo es el ser humano y la medicina.



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