6.11.12

Al paciente también le privatizaron la voz

Cuando se producen cambios como los que están ocurriendo/proyectándose/improvisándose y uno quiere formarse una opinión suele acudir a datos.
Cuando la opinión ya la tiene formada (por datos previos, por la vida, por el síndrome-del-plato-de-lentejas,...) y quiere defenderla ante los demás puede hacerlo de varios modos: datos propios, datos ajenos, experiencias, anécdotas, opiniones, eslóganes de twitter.

El día después de que se conocieran algunas de las medidas que se van a tomar (o no, quién sabe) en Madrid, nosotros pusimos una lista de lecturas recomendables para tratar de recabar datos sobre los resultados en salud de algunos modelos de financiación y provisión sanitaria.

Desde entonces no hemos tenido el gusto de leer ningún artículo que nos abriera los ojos y nos hiciera cambiar de opinión al respecto, eso sí, hemos leído no menos de 4 o 5 veces (de fuentes distintas) la frase:
Cuando el paciente va a recibir tratamiento le da igual si el que gestiona la sanidad es un ente público o privado.

Desde medicocítrico también tenemos nuestras fantasías acerca de lo que a los pacientes les da igual o no:

  • Creemos que habrá pacientes a que prefieran una gestión privada, otros una pública y a otros les dará igual... nosotros somos muy de hacer generalizaciones, pero esta vez nos han ganado generalizando hasta el absurdo.
  • Nuestro concepto de "los pacientes" va más allá de la individualidad egoísta del yo-lo-que-quiero-es-que-me-curen, sino que estamos convencidos de que muchos pacientes tienen un modelo sociopolítico en el que la sanidad pública tiene una gestión pública, eficiente y equitativa.
  • Frases como la de arriba nos recuerdan demasiado a algunos pasajes de esta carta (escrita por Antonio Burgueño, Director General de Hospitales de Madrid y, por lo que parece en la carta, estudiante de primaria) en la que se viene a insinuar un peligroso "vosotros ocupaos de lo vuestro que los mayores de las altas esferas estamos haciendo nuestro trabajo". La distancia entre los trabajadores sanitarios y la población muchas veces ha sido demasiado grande, pero la lejanía actual entre estos trabajadores y sus dirigentes se está acrecentando a ritmo de improvisación generando unas tensiones que harán que esto explote (si es lo que tiene que ocurrir...oj-Alá lo haga).
  • Puede haber muchas cosas que al paciente "le den igual" (o no) y no por ello se convierten en un argumento para la toma de decisiones sanitarias... al paciente le puede dar igual "que le hagan un angioTAC o una angioRM", "que le atienda un médico con contrato o uno sin él", "que los gerentes de los hospitales hayan visto alguna vez a un paciente de verdad o no", "que las adminsitraciones paguen a las farmacias mientras ellos puedan llevarse sus medicamentos"... Las decisiones sanitarias se toman en función de su efectividad (obtención de resultados) y su eficiencia (correcta gestión de los recursos para la obtención de dichos resultados)... y aún estamos esperando datos... las preferencias de los pacientes se tienen en cuenta en el encuentro clínico, y la de la confección de los sistemas sanitarios en los encuentros democráticos (más allá de eso que se hace cada 4 años).
Algunos autores económicos escépticos de la dinámica liberal de la macroeconomía siempre argumentan que muchas de las medidas que se toman no se hacen en base a conocimiento sino por cuestiones de fe. A los que no compartimos la fe en estas medidas nos alegraría que se nos alumbrara con datos, para no creer que en realidad estamos ante unos integristas del laissez-faire, laissez-passer y de la acumulación por desposesión.

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