Hace un tiempo (o hace muy poco, según se mire) , cuando era estudiante de 3º de medicina, tuve la suerte de asistir a una charla sobre la especialidad de medicina de familia y comunitaria. La charla se encuadraba en un ciclo muy interesante que organizó el decanato de la facultad para dar a conocer las diferentes especialidades entre los estudiantes. Tuvieron el buen criterio de encargar el "capítulo" de la medicina de familia al gran Pablo Bonal.
No voy a decir que escogí la especialidad por esa charla, probablemente ni siquiera fue determinante. Pero algunas cosas que dijo Pablo en aquella charla se me quedaron grabadas y vuelvo a ellas de vez en cuando.
Uno de sus argumentos era especialmente provocador y no suele ser aceptado como probable cuando lo he comentado con compañeros. Decía el Dr. Bonal que el médico es, ante todo, un profesional de la comunicación con el paciente y que con el tiempo, este sería su rol principal. Históricamente, la razón de ser del médico había sido el diagnóstico y el tratamiento de las diferentes enfermedades, sin preocuparse demasiado de lo que le pareciera al paciente. El epítome de éste tipo de médico (incluso una caricatura) es el televisivo Dr. House.
Sin embargo, en las últimas décadas, el paradigma de la medicina basada en la evidencia junto con otra filosofía de la medicina que se resume en el principio de autonomía del paciente han ido transformando paulatinamente la profesión.
En el futuro (y aquí venía la provocación), el diagnostico y la indicación del tratamiento lo hará una máquina. Un programa de software, un robot. (Aquí es cuando casi todos los médicos dicen: "eso no va a pasar nunca,
lo que yo hago es demasiado difícil para que lo haga una máquina").
El papel principal del médico será hacer de intermediario entre la tecnología y el paciente. Y aquí, un médico con saber enciclopédico y nula capacidad de empatía y comunicación con el paciente como Greg House (un médico del siglo XX) no nos sirve de nada (en pleno siglo XXI).
Y terminaba diciendo: "yo, por edad, no viviré eso. Pero estoy seguro de que ustedes sí".
Esta mañana, 10 años despues de aquello he leido este artículo sobre inteligencia artificial en un blog sobre tecnología. Y habla de las aplicaciones en medicina. Y lo ilustra con este video.
Igual que cuando veo un capítulo de la imprescindible Black Mirror, pienso "quizás el futuro no va a ser exactamente así. Pero por ahí van a ir los tiros"
Y hay gente que, como el creador de esta miniserie Charlie Brooker, tiene la capacidad de anticipar ese futuro.
Sigo atentamente vuestro blog y tengo que felicitaros por su contenido y continuidad.
ResponderEliminarSobre esta última entrada quería comentar algo.
Soy enfermera en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales en Madrid, os podeis imaginar, tecnificación, grandes patologías... Pero siempre le digo lo mismo a los estudiantes de pre y postgrado, EIR y a cualquiera que vienen a rotar con nosotros.
No menos del 70% de nuestra carga laboral diaria es hablar con las familias, dar apoyo, motivar, entrenar, enseñar. ¿Y que hay de las técnicas? En el fondo son escasas en el día a día, y además las cosas técnicas solo hay que aprender a hacerlas (como decían en la película..."y el mono aprieta el botón")
Los sanitarios, coincido contigo, estamos para hablar con las personas y humanizar la tecnología, ese es nuestro papel fundamental.
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