12.5.14

Deprescripción prudente y autonomía con poder de veto.



Alguna vez hemos hablado en algún texto de la reinversión en salud como la otra cara de la misma moneda de los procesos de financiación de prestaciones. Recientemente se ha publicado un texto (1) que analiza la deprescripción ("proceso de desmontaje de la prescripción de medicamentos por medio de su análisis, mostrando y tratando de resolver sus contradicciones y ambigüedades") como la otra cara de la moneda de la prescripción, dibujando el marco ético que debe regir ambos procesos.

Extraemos los siguientes párrafos de las conclusiones:

Se  han  realizado  estudios  de  deprescripción  muy  variados, implicando  a  médicos de familia  y/o farmacéuticos  y/o  enfermería, y  con  resultados  también  variables,  si bien en  su  mayoría  se demuestra que  son  efectivos:  se  logra  deprescripción  de medicamentos  con  reducción  de  costes, hospitalizaciones,  caídas,  efectos adversos medicamentosos  y  mortalidad.  Esto  permite  concluir  que la deprescripción  es posible (justicia),  puede  atraer  beneficios  para la  salud  (beneficente)  y  es  segura (no maleficente).

Sin  embargo,  es  poco  prudente  la  deprescripción  sin  deliberación,  sin  tener  en cuenta  las preferencias  del  paciente.  La autonomía  del  paciente  es  el  poder  de veto que  debe  modificar las prioridades  de  deprescripción  definidas  por  los  otros 3 principios  (justicia,  no  maleficencia  y beneficencia).  De  no  ser así,  se  corre  el riesgo  de  que  el  paciente  interprete  el  proceso  de prescripción/deprescripción  de manera  distante,  pasiva,  desconfiada,  como  un  problema  burocrático, de  reducción de  costes  o  de enfrentamiento  interniveles.

Especialmente interesante nos parece la frase de "la autonomía del paciente es el poder de veto", máxime en un contexto en el que toda medida decrecentista es tomada como estrategia de recorte de prestaciones. No se puede predicar la necesidad de un cambio de foco en la asistencia sanitaria reproduciendo los mecanismos medicocéntricos de la prescripción farmacológica estándar, así como no podemos seguir defendiendo un modelo de "enfoque centrado en el paciente" que realmente quiere decir "enfoque centrado en el paciente que se centra en mi enfoque", colocando al paciente en el centro, pero no en el sujeto.

Tal vez la manera de conseguir que los "enfoques centrados en el paciente" sean reales pasa por lograr que la participación social en salud logre conjugar los elementos micro de la consulta con los elementos macro de la participación en la organización de los servicios de salud y los sistemas sanitarios... mientras tanto seguiremos celebrando abordajes que introduzcan marcos éticos en la práctica clínica habitual.


(1) Hortal J, Aguilar I, Parrilla F. Un modelo de desprescripción prudente. Med Clin 2014;143(10): doi:10.1016/j.medcli.2014.02.026

3 comentarios:

  1. Para seguir con información relevante y de interes para la comunidad médica; recomendamos el mejor catalogo online.

    http://bit.ly/1nmg1v7

    Éxito

    ResponderEliminar
  2. cablevision vi algo parecido gracias por complementar la informacion

    ResponderEliminar