22.7.14

Hacienda: cambiando la sanidad con la mano en la cartera.



La noticia sanitaria del día es la publicación de las 255 medidas que el Ministerio de Hacienda ha pasado a las Comunidades Autónomas (CCAA) para su discusión (ver documento en pdf); 75 de estas medidas están relacionadas con la sanidad -el resto también merece la pena leerlas-. En un entorno de normalidad y buen gobierno estas medidas podrían ser llamadas recortes, pero el Gobierno se ha apresurado a decir que no lo son, que estemos tranquilos, que no son sino "propuestas para mejorar la eficiencia del gasto público". Como de neolengua estamos curados, no vamos a detenernos en ella y vamos a hacer dos consideraciones:

El Ministerio hiperdiluido.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad NO existe. Su ministra tampoco. Ambos son, como bien decía Sergio Minué, homeopáticos. Son una dilución infinitesimal de lo que debería ser un ministerio. En su lugar, el que dirige la sanidad española es el Ministerio de Hacienda (con el Ministerio de Justicia haciendo de comparsa cuando es necesario). Hemos comentado en varias ocasiones que España camina de forma alarmante hacia un problema de sostenibilidad externa, esto es, de falta de financiación. El Ministerio de Hacienda, además de limitar la financiación también se adentra en pormenores más complejos como las medidas que ahora comentaremos.

La batería de reformas.

Las medidas propuestas por el Ministerio de Hacienda son variadas y no vamos a analizarlas una por una (porque, además, la mayoría no irán a ninguna parte), pero sí podemos hacer una categorización a grandes rasgos:
  1. Copagos de todos los colores: no llega al punto de los #copagosdefantasía de los que alguna vez hablamos, pero entre las propuestas se encuentra intensificar el cumplimiento de algunos de los copagos ya existentes y abrir la puerta -difícil de cerrar- de los copagos vinculados a la asistencia sanitaria. La "gratuidad en el punto de asistencia" desaparecería, proponiéndose copagos ligados consultas y a procesos tales como interrupciones del embarazo o fecundación in vitro.
  2. Medidas antiguas que nunca se aplicaron: algunas de las medidas llevan mucho tiempo en el debate público -especialmente en el ámbito de la gestión y la academia- sin que los decisores políticos hayan querido hacer mucho caso. La medida más paradigmática de este grupo sería la creación de una Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias equiparable al NICE. Otras medidas de este grupo irían encaminadas a la aplicación de nuevos modelos de financiación de prestaciones buscando pagar por aquellas prestaciones que obtienen resultados en vez de pagar por procesos, o a la "creación de un Fondo de Reserva, presupuestario o extra presupuestario, con vistas a un plan de renovación e innovación tecnológica mediante compra centralizada". Estas son las medidas que serían bienvenidas por ser un verdadero camino hacia la consecución de un mejor sistema sanitario para todas y todos.
  3. Medidas que ya se están llevando a cabo: éstas son las que más sorprenden porque uno no acaba de entender qué pintan ahí "revisión/reducción de la cartera de servicios", "fomento de actividades preventivas", "evitar pruebas redundantes o insignificantes",..., en fin, una serie de medidas que no parecen aportar nada nuevo y que transmiten la sensación de estar caminando en círculos.
  4. Medidas que nos deberían hacer morir de la vergüenza: cosas del tipo "Supresión de la ayuda por consumo eléctrico en terapias respiratorias domiciliarias / hemodiálisis" o "Regulación mas clara para la atención sanitaria de la población inmigrante" no vamos siquiera a discutirlas.
  5. Medidas que sorprende que no se llevaran a cabo con anterioridad: aquellas que suponen una clara ineficiencia de la sanidad pública, relacionadas principalmente con la falta de cobro de prestaciones entre administraciones. La sensación de que "el dinero público no es de nadie" se transmite a partir de la conversión de las administraciones -y lo que no son administraciones sino empresas privadas- en un sincitio en el que nada se cobra y todo se presta sin que exista una clara contabilidad.
  6. Medidas que supondrían un verdadero cambio de modelo sanitario: la medida principal de este grupo ya la hemos analizado en este blog, la desgravación fiscal de los seguros sanitarios privados. Otra, en el ámbito de las relaciones laborales, sería la de "Nombramiento personal estatutario a tiempo parcial", es decir, dar estabilidad en el tiempo a la precariedad laboral. Por último, otra propuesta que podría cuadrar en este grupo sería la de "Revisión y flexibilización de los mecanismos de selección y cese de mandos intermedios sanitarios", que supondría una mayor politización de todos los niveles de gestión, en vez de la profesionalización pedida desde diferentes ámbitos.
  7. Propuestas indeterminadas o indefinidas: "mejorar del tratamiento de la diabetes" o "mejora de la asistencia domiciliaria" son cosas que no deberían estar en ningún documento redactado por alguien mayor de 5 años. Sin comentarios.

Entonces... ¿de qué trata todo esto? 

Nuestra apuesta es la siguiente:

Las medidas con peor aceptación por parte de la opinión pública no se aplicarán (copagos asistenciales, el tema de los bonus al suministro eléctrico,...); es posible que se lleve a cabo alguna modificación de los copagos - y con "modificación" queremos decir "aumento" o "nueva instauración" -, pero difícilmente se ligarán a la asistencia en consulta.

Algunas de las medidas de mejora del sistema que se llevan reclamando desde hace años se implantarán. La creación del fondo para financiación de novedades tecnológicas y terapéuticas podría ser una buena candidata, así como dar algún paso más en la interrelación de las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias hacia la constitución de algo parecido al NICE, aunque sin poder más que informador/consultivo.

Se aprobarán las medidas cuyo efecto en el largo plazo parezca poco claro y en las cuales no haya claros perdedores. Nuestra apuesta fundamental para antes del final de legislatura: la desgravación fiscal de los seguros sanitarios privados.

Y con esto tendríamos una nueva reforma sanitaria. No del calado del Real Decreto 16/2012, pero sí en la senda de tener una sanidad (menos) pública, (menos) universal, (menos) gratuita y (menos) de calidad.

2 comentarios:

  1. A veces tengo la impresion de que Montoro se ha imprimido a Stuckler y McKee y va paso por paso de forma muy metodica.

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