“Había acabado de trabajar y al llegar a casa me puse a limpiar...”
no se si es que no lo sabía o que se había equivocado... (en realidad claro que lo sé, todos los sabemos) pero lo que debería haber dicho es “había acabado de trabajar fuera de casa y recién comencé a trabajar dentro de casa...”
Y es así como el motivo de consulta concreto, que va detrás de esa entradilla, tiene una importancia más inmediata pero menos importante, menos vital, menos social-generalizable y es que caerse y golpearse en cuello con el canto de una mesilla puede ser doloroso, pero no mucho más que tener tu vida expropiada mientras tu pareja -la misma que te acompaña a la consulta y cuya única intervención es “¿pero entonces no hay que ir al hospital a Sevilla, no?”- vuelve diariamente a las tantas de la mañana con una inestabilidad en su caminar que traduce otro drama pero desde el lado contrario del espejo.
Cuando uno se sienta en una consulta con las gafas de mirar más allá de las paredes de la habitación en la que se encuentra, las consultas (sean guardias en un centro de salud, consultas monotemáticas de cirugía de rodilla o domicilios -siempre es más fácil en los domicilios-) se vuelven biomédicamente mucho más sencillas y psicosocialmente frustrantemente inabarcables.
no se si es que no lo sabía o que se había equivocado... (en realidad claro que lo sé, todos los sabemos) pero lo que debería haber dicho es “había acabado de trabajar fuera de casa y recién comencé a trabajar dentro de casa...”
Y es así como el motivo de consulta concreto, que va detrás de esa entradilla, tiene una importancia más inmediata pero menos importante, menos vital, menos social-generalizable y es que caerse y golpearse en cuello con el canto de una mesilla puede ser doloroso, pero no mucho más que tener tu vida expropiada mientras tu pareja -la misma que te acompaña a la consulta y cuya única intervención es “¿pero entonces no hay que ir al hospital a Sevilla, no?”- vuelve diariamente a las tantas de la mañana con una inestabilidad en su caminar que traduce otro drama pero desde el lado contrario del espejo.
Cuando uno se sienta en una consulta con las gafas de mirar más allá de las paredes de la habitación en la que se encuentra, las consultas (sean guardias en un centro de salud, consultas monotemáticas de cirugía de rodilla o domicilios -siempre es más fácil en los domicilios-) se vuelven biomédicamente mucho más sencillas y psicosocialmente frustrantemente inabarcables.
Como "el lenguaje es la casa del ser" (como diría una aleman sospechoso de ser nacionals)tu paciente no trabaja. Hace lo que debe, y su compañero no vaguea, hace lo que debe.
ResponderEliminarDebe ser paralizante intuir que la solución de esto,de su dolor, del mio y del siguiente están muy lejos de la fluoxetina (sin menospreciar su utilidad).
Que al final la medicina va estar fuera de los hospitales!!! Como sigais así os dejo de leer!! jaja
Hay tanta medicina que hacer fuera de los hospitales que al final van a tener que inventar una nueva categoría profesional. :-S
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