Imaginen que el director de una importante empresa de un sector económico muy importante dejara su cargo para pasar a ser un alto cargo del gobierno de turno. Imaginemos que el turno que ocupara fuera el que le deja la responsabilidad de rediseñar el panorama de ese sector económico en el cuál anteriormente estaba implicado desde el sector privado.
Imaginen que los nuevos dirigentes de la empresa en cuestión emiten un informe en el que vienen a opinar que el sistema público tiene que dar un paso hacia atrás y dejar que ellos tomen más protagonismo en dicho sector económico (tremendamente jugoso económicamente, como ya hemos comentado).
¿Qué opinaría la población? ¿y los medios de comunicación? ¿verían normal que los que antes buscaban el desmantelamiento de un servicio público ahora pasen a dirigirlo -máxime en tiempos de crisis-?
Pues eso pasa en España, con el Consejero de Sanidad de la Generalitat de Cataluña -del que hablábamos en el anterior artículo- y la Unión Catalana de Hospitales, que ahora alza la voz para pedir menos prestaciones, repago sanitario y desgravación para los que contraten mutuas privadas...
La duda que surge es: cuando el Consejero de Sanidad deje su cargo... ¿volverá al mundo de la sanidad privada?...
Un paso más hacia la pérdida de credibilidad de cierta clase de dirigentes que acostumbran a intercambiar puestos en el ámbito de lo público y lo privado con un arte impredecible para sortear la legislación sobre incompatibilidades profesionales...
Imaginen que los nuevos dirigentes de la empresa en cuestión emiten un informe en el que vienen a opinar que el sistema público tiene que dar un paso hacia atrás y dejar que ellos tomen más protagonismo en dicho sector económico (tremendamente jugoso económicamente, como ya hemos comentado).
¿Qué opinaría la población? ¿y los medios de comunicación? ¿verían normal que los que antes buscaban el desmantelamiento de un servicio público ahora pasen a dirigirlo -máxime en tiempos de crisis-?
Pues eso pasa en España, con el Consejero de Sanidad de la Generalitat de Cataluña -del que hablábamos en el anterior artículo- y la Unión Catalana de Hospitales, que ahora alza la voz para pedir menos prestaciones, repago sanitario y desgravación para los que contraten mutuas privadas...
La duda que surge es: cuando el Consejero de Sanidad deje su cargo... ¿volverá al mundo de la sanidad privada?...
Un paso más hacia la pérdida de credibilidad de cierta clase de dirigentes que acostumbran a intercambiar puestos en el ámbito de lo público y lo privado con un arte impredecible para sortear la legislación sobre incompatibilidades profesionales...
No se debe dejar la sanidad pública en manos de quien no cree en ella... ¡Oído navegantes!
ResponderEliminarLa zorra cuidando de las gallinas
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