31.7.12

Destruyendo el sistema con una hoja de ruta

Ante las dificultades económicas cada vez son más las voces que llaman a la unidad de los diferentes partidos para "mirar hacia delante" (algunos, incluso, evocan la necesidad de un Gobierno de concentración para, según dicen, dejar a un lado las ideologías y trabajar por el beneficio del país). Estas teorías parten de la premisa de que las soluciones que se pueden tomar por el bien del país son independientes de las ideologías y que, la contrariedad mostrada por unos partidos u otros se debe más a intereses partidistas que a la convicción de que ciertas ideologías no hacen sino mermar los poderes públicos y los servicios que estos brindan a los ciudadanos.

Para ilustrar que esto no es así llegan los cursos de verano donde se reúnen diversos cargos políticos (consejeros de sanidad, en este caso) y dejan a la vista de todos una buena parte de su ideario. Reproduzco a continuación algunas de las frases que se pudieron escuchar ayer (y a las que tuvimos acceso gracias a la retransmisión vía twitter de @taitechu) a José Ignacio Echániz, consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de la Junta de Castilla La Mancha (elijo a este entre los tres que tomaron parte ayer en los cursos de verano de la Unviersidad de Jaén por ser el que representa el discurso del partido en el gobierno actual):

    • Cada uno que se hace un seguro privado es bienvenido. No vienen a nuestros hospitales.
    • La sanidad será universal. El problema es lo que entendemos por universal.
    • No existe infrafinanciación en sanidad. Una sociedad tiene la sanidad que puede pagarse.
    • Hay elementos para la esperanza, aunque hay que ser conscientes de que nada va a volver a ser igual en sanidad.
    • Escenario futuro donde la sanidad siga comiendo parte de la tarta a otros sectores es inviable.
    • Somos mayores, tenemos una natalidad preocupante y la biomedicina cada vez es más cara.
El discurso de Echániz y las medidas tomadas por el gobierno en los últimos meses cuadran perfectamente con un texto publicado hace unos meses en el British Medical Journal y que ya se ha convertido en un clásico fundamental: McKee M, Stuckler D. The assault on universalism: how to destroy the welfare state. BMJ 2011:d7973; dada la relevancia de este texto hemos realizado una traducción (perdón por los errores) que se puede leer a continuación:





En el texto se señalan tres pasos que se han de seguir para el desmantelamiento de la universalidad en los servicios públicos; este camino prediseñado sería el siguiente:

  1. Crear un grupo identificable de pobres "indignos": en el caso de España éstos serían los inmigrantes indocumentados o los españoles mayores de 26 años que no hayan cotizado nunca previamente.
  2. Genera un sistema en el cual los ricos disfruten de pocos beneficios a cambio de los impuestos que pagan: en nuestro caso esto quedaría claramente reflejado en la exclusión de la asistencia sanitaria de aquellas personas con rentas superiores a 100.000 euros que no coticen.
  3. Disminuir el papel de los sindicatos, mostrándolos como defensores exclusivos de los intereses de sus miembros en vez de reconocer que las elevadas tasas de afiliación sindical han beneficiado históricamente a la población general: el descrédito a los sindicatos -cuya totalidad de forma intencionada se intenta confundir con la particularidad de los dos sindicatos mayoritarios- es de sobra conocido en nuestro país, habiéndose aprovechado recientemente para eliminar todas las subvenciones a los mismos en algunas Comunidades Autónomas 
  4. Tomar decisiones cuyas implicaciones sean poco claras y cuyos efectos sólo sean vistos en el futuro: esto es lo que ocurre con el cambio del sistema sanitario pasando de un sistema basado en impuestos a un sistema basado en cotizaciones, o con la precarización paulatina de los profesionales sanitarios, que ya empieza a dar sus frutos.
Como se puede observar en España vamos dando los pasos marcados por la historia (y explicados por McKee). Algunos de estos aspectos son más fácilmente identificables con el desmantelamiento de los servicios públicos, pero más peligrosos son aquellas afirmaciones que cualquier ciudadano de a pie podría ver como "lógicos"; este es el caso de la afirmación acerca de la alegría que le supone a Echániz que un ciudadano se vaya a recibir asistencia sanitaria a la sanidad privada, por no supones un gasto la sanidad pública. Este será un tema que abordaremos en algún artículo más adelante, por hoy creo que el artículo que hemos traducido deja bastante claro por qué no debe suponer un motivo de alegría.

Nada es casual y no existen alternativas únicas, es importante valorar qué resultados buscan unas y otras opciones. Ya no nos creemos el famoso "there is no alternative".

Textos recomendados (y relacionados):

  1.  McKee M, Stuckler D. The assault on universalism: how to destroy the welfare stateBMJ 2011:d7973 [traducción al castellano]
  2. Minué-Lorenzo S, García-Gutiérrez JF, Mercader-Casas JJ. Citizen or insured? The assault on universalism in Spain. BMJ:rapid response. Disponible en:  http://www.bmj.com/content/343/bmj.d7973/rr/581612
  3. Basu S, Andrews J, Kishore S, Panjabi R, Stuckler D. Comparative performance of private and public healthcare systems in low- and middle-income countries: a systematic review. PLOS 2012. Disponible en:  http://www.plosmedicine.org/article/info:doi%2F10.1371%2Fjournal.pmed.1001244
  4. Bilal U, Padilla J. Spanish government expels undocumented migrants from the health care system. Eur J Public Health. E-letter. Junio 2012. Disponible en:  http://eurpub.oxfordjournals.org/content/22/2/267/reply#eurpub_el_343
  5. Segura J. Salud pública y algo más: Crisis económicas y salud: cómo minimizar el daño.
  6. Minué S. El gerente demediado. Cualquiera de sus entradas merece la pena; por destacar alguna reciente al respecto de este tema: El ahorro altruista.

3 comentarios:

  1. Solo un "pero": las elevadas tasas de afiliación quizás beneficiaron a los trabajadores y a la sociedad hace decadas. Hoy por hoy, los sindicatos luchan por sobvrevivir y no tienen ni ideario ni nada.

    Soy así de duro pero es cierto...

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  2. Creo que te refieres a los sindicatos mayoritarios y a los sindicatos profesionales (de los cuales no soy muy amigo pro aquello de no creer en sectorizar la lucha obrera).
    Yo veo muchos sindicatos con fuerte ideario y con gente mayúsculamente coherente (mira CNT-CGT). Se podrá estar de acuerdo con ese ideario o no, pero lo que no se les puede es negar su existencia (ya añosa) y desprestigiarles, cuando se logran mantener (además, algunos sin subvenciones por ser una parte de ese ideario)

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  3. Excelente el artículo, que me permito adjuntar en un blog que acabo de crear (http://doctorcabrejas.blogspot.com.es/). El artículo demuestra que no hay nada inventado, que en realidad la crisis (que no podemos negar) no es más que una excusa para un cambio de modelo social y del estado (que debe reducirse, dicen). Con la campaña de desprestigio del empleado público de fondo. Lo malo es lo que costará deshacer el daño. Posiblemente nada vuelva a ser como antes de la hecatombe que vivimos...

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