Ben Goldacre publicó hace unos años el libro Bad Science y recientemente ha publicado Bad Pharma, donde aborda todo lo relacionado a la investigación, presentación de resultados, regulación, promoción y uso de medicamentos y los incentivos perversos que se han desarrollado para terminar haciendo de este proceso un constructo ineficiente y, en muchas ocasiones, engañoso.
Os mostramos a continuación algunos extractos (traducidos al castellano) de la introducción...
Para terminar este post, simplemente añadir una de las primeras referencias bibliográficas que aparecen en el libro, para apoyar su afirmación de que:
Bourgeois FT, Murphy S, Mandl KD. Outcome reporting among drug trials registered in clinicaltrials.gov Annals of Int Med 2010;153(3):158-66 [enlace al resumen]
Os mostramos a continuación algunos extractos (traducidos al castellano) de la introducción...
Los fármacos son testados por los mismos que los manufacturan, en ensayos clínicos mal diseñados, sobre una pequeña muestra de pacientes raros, poco representativos, y llevando a cabo unos análisis utilizando técnicas poco válidas debidas al diseño del estudio, de manera que se exageran los beneficios de los tratamientos. De modo poco sorprendente, estos ensayos clínicos tienden a producir resultados que favorecen al fabricante. Cuando los ensayos arrojan resultados que no satisfacen a las compañías, estas están capacitadas para quitarlos del alcance de médicos y pacientes, de forma que sólo tenemos una visión distorsionada de los verdaderos efectos de cualquier fármaco.[...]
En sus 40 años de práctica clínica tras abandonar la facultad de medicina, los médicos escuchan acerca de qué funciona a través de tradición oral, representantes farmacéuticos, colegas o revistas. Pero esos colegas pueden estar siendo pagados por compañías farmacéuticas -de forma habitualmente no divulgada- y las revistas lo están también.[...]
La industria farmacéutica mundial ha producido algunas de las innovaciones más grandiosas de los últimos 50 años, salvando vidas de una forma épica. Pero eso no les habilita para esconder datos, confundir a los médicos y dañar a los pacientes.[...]
Hoy en día, cuando un académico o un médico te cuenta que está trabajando para la industria farmacéutica, a menudo lo hacen mostrándose avergonzados. Yo quiero trabajar por un mundo en el que médicos y académicos puedan sentirse optimistas acerca de colaborar con la industria farmacéutica, para conseguir mejores tratamientos y mejores pacientes.
Para terminar este post, simplemente añadir una de las primeras referencias bibliográficas que aparecen en el libro, para apoyar su afirmación de que:
los estudios patrocinados por la industria son más tendentes a producir resultados positivos y halagüeños que los patrocinados por entidades independientes.
Bourgeois FT, Murphy S, Mandl KD. Outcome reporting among drug trials registered in clinicaltrials.gov Annals of Int Med 2010;153(3):158-66 [enlace al resumen]
Cada vez javi, estoy Mas contento porque veo q nuestras posturas se acercan cada vez Mas. Es necesario otro modelo de relacion y quizás otro de investigación aprovechando el avance de la biología fundamental. Pero la idea es colaborar y compartir metas.
ResponderEliminarMe hubiese gustado que hicieses referencia a toda la paramedicina que Tambien se cita en el libro.
Un saludo me voy al #tsunamisanitario
Tengo curiosidad por leérmelo sobretodo para ver cómo los fabricantes consiguen burlar a las agencias estatales. El desarrollo de una molécula toma alrededor de 12-15 años y sólo 1 de cada 5.000 nuevas moléculas llega a ser un medicamento comercializado. El truco de la regresión de la gráfica es muy viejo para que lo sigan utilizando. En este artículo puedes ver el complejo proceso de aprobación qeu hace que sólo se aprueben 51 nuevos principios activos por año... http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0034-98872001000100015&script=sci_arttext#11
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