3.12.13

Los trastornos sexuales, danza macabra de la psiquiatría.

Existen dos formas de enseñar la psiquiatría [y la medicina en general, pero yo he venido a hablar de mi libro]. Una, de la manera convencional y amada por los popes, en la que sentamos cátedra, delimitamos sin titubeo alguno los límites de lo patológico y tratamos de contar el trastorno/enfermedad mental como una enfermedad somática cuyos síntomas aparecen en la conducta, y simplemente falta tiempo hasta que detallemos a nivel neurológico su etiopatogenia.
La otra forma es entender que la psiquiatría, aunque sea una especialidad médica [o porque lo es, leéos el resto del blog], abarca mucho más allá de lo orgánico; que es imposible describir lo sano o lo patológico sin a la vez hacer un juicio moral que quizá no debiéramos hacer; que la conducta y los sentimientos sólo se entienden comprendiendo el contexto social; que somos médicos pero también hemos sido mucho tiempo (y aun somos) un instrumento (más) del poder para controlar a la población.

Es probable que sea muy difícil no caer en la primera vía, al menos en los aspectos que a día de hoy aún son conflictivos (a toro pasado todos somos muy tolerantes, lo difícil es serlo con el asunto que resulta espinoso en cada momento); pero al menos en Médico Clismafílico lo intentamos.

Os dejo la clase acerca de Trastornos sexuales de la asignatura de psiquiatría de la URJC


Intentando entender estos peliagudos diagnósticos dentro de la eterna danza de la psiquiatría; entre imponer la disciplina de lo normal, y el alivio del sufrimiento.

Danzad hacia aliviar, sólo puedo deciros, aunque la pista esté inclinada y rodando hacia el disciplinamiento hagamos el ridículo ante la historia.


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