4.9.14

Seguridad de la vacuna del papiloma y desmayos masivos: transparencia y campo de juego.

Mañana participo en una mesa de debate sobre la seguridad de la vacuna frente a algunos tipos del virus del papiloma humano. Los que seguís habitualmente este blog sabéis que es un tema que nos ha interesado en los últimos tiempos y que nos ha costado algún que otro jaleo.

La presentación que utilizaré mañana es la que podéis ver a continuación (si tengo tiempo grabaré un audio para acompañar a las imágenes -pero eso no será hoy ni mañana-). Es una revisión algo exhaustiva de los efectos adversos que se han publicado en la literatura científica y algunas reflexiones sobre nuestras limitaciones a la hora de determinar la seguridad vacunal y discernir con claridad las relaciones de riesgo-beneficio de algunas intervenciones poblacionales.


Coincidentemente con esta mesa de debate hemos podido leer en prensa algunas noticias en relación a un caso ocurrido en una región de  Colombia, donde tras la vacunación frente al virus del papiloma humano más de 200 niñas han presentado síntomas relacionados con los desmayos, náuseas y tremoración similar a la convulsiva. En un primer momento la atribución de un episodio así a mecanismos psicógenos de sugestión parece buscar la explicación simple e inmediata a un hecho complejo e importante; sin embargo, cuando un tira de la literatura publicada puede observar cómo hay cientos de publicaciones documentando este tipo de casos en otras situaciones anteriores. Un par de ejemplos con muchos casos asociados a un episodio:



El problema en Colombia parece estar siendo el que con frecuencia padecemos en comunicación de riesgos... la falta de rendición de cuentas y transparencia en la toma de decisiones y en la explicación de los sucesos. En vez de basarse en la literatura disponible y la experiencia acumulada para dar una base de tranquilidad colectiva mientras se da cobertura sanitaria y de apoyo a los casos individuales sucedidos, el presidente colombiano ha preferido acudir a los argumentos de autoridad de las organizaciones supranacionales.

Para abordar el estudio de la seguridad de las vacunas necesitamos de mejores herramientas y, posiblemente, de un campo de juego epistemológico más rico. Para abordar la comunicación de riesgos y eventos adversos precisamos de instituciones más fuertes y sin miedo a afrontar la rendición de cuentas como la sociedad actual les debería exigir.

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