Y llegó el caos a la sanidad andaluza, y esta vez lo hizo en dos actos. El miércoles Susana Díaz anunció a bombo y platillo que los eventuales estructurales (alguna vez habrá que prestar la suficiente atención a este concepto, cumbre del oximoron en la gestión de profesionales) que tenían contrato al 75% de jornada pasarían el día 1 de marzo (21 días antes de las elecciones andaluzas, casualidad) a contrato al 100%.
Como se puede observar en la imagen, el anuncio que hizo por twitter dejó un reguero de palmadas en la espalda y felicitaciones por haber consumado un proceso de quítame-y-luego-dame que podríamos resumir de la siguiente manera:
1. Coges a un grupo de trabajadores con contratos eventuales y les recortas un 25% de su contrato y su salario.
2. Esos trabajadores te la montan y empiezan a llevarte a los juzgados no ya por eso sino porque has abierto la caja de Pandora y ahora te va a tocar cargar con las ilegalidades que llevas manteniendo durante años.
3. Te atemorizas y dices "venga, va, que a los que la justicia daría la razón -por otro motivo- si me denunciarais os voy a devolver el 25% que os he recortado durante unos años, y lo voy a hace 21 días antes de las elecciones autonómicas, cuando antes de haber convocado dichas elecciones dije que era algo que solo se podría hacer a lo largo del año".
4. Lo cuelgas en twitter y una horda de susaners corre a aplaudir... .
Este episodio simplemente parecía la instrumentalización política de la gestión de profesionales sanitarios, con un sobredimensionamiento del efecto real de las medidas adoptadas (siempre se evitaba hablar de qué iba a pasar con los eventuales no estructurales, así como se huía de toda reflexión en torno a la ilegalidad de mantener como eventual en el mismo puesto de trabajo a una persona durante más de 18 meses). Sin embargo, el jueves llegó la escena dantesca de esta película. Dos días antes de comenzar los nuevos contraros -no los del 100%, sino el preámbulo al 75% que tendría lugar durante el mes de febrero- el Servicio Andaluz de Salud decidió que era un buen momento para, mediante el uso de una bolsa de trabajo injusta -nunca se vieron dos personas baremadas de igual forma a pesar de presentar los mismos méritos- y claramente ineficiente, se tomaron los listados del año 2011 para empezar a llamar a la gente y ofrecerle puestos de trabajo que hasta entonces habían sido ocupados -incluso durante 9 años- por otros profesionales. [esta noticia de El Mundo lo cuenta bastante bien]
No solo se incumple la legislación vigente condenando a la eventualidad eterno-estructural a muchos trabajadores y trabajadoras, sino que además se aprovecha esa situación de precariedad e inestabilidad para desplazarlos de sus puestos de trabajo -que deberían ser indefinidos desde hace meses o años en muchas ocasiones- y generar un verdadero problema de organización y de prestación de la asistencia sanitaria.
El Servicio Andaluz de Salud es un claro ejemplo de concepción de sus trabajadores como recursos humanos y no como profesionales, algo propio de los sistemas que se van conformando para parecer bonitos hacia fuera aunque estén podridos por dentro. Sin cuidar a los profesionales no puede existir una asistencia sanitaria de calidad y, sobre todo, es imposible introducir ningún tipo de cambio o de mejora porque, en el sistema sanitario, al fin y al cabo son lxs profesionales quienes ejecutan todas las reformas que se puedan diseñar y los responsables últimos de que los servicios prestados sean de efectivos, seguros y de calidad.
Lo contaba Sergio Minué en su blog: el diseño del sistema sanitario actual -y de las últimas décadas- es el diseño en torno a una metáfora; la metáfora de la máquina. En una máquina se pueden dar indicaciones reproducibles e intercambiar unas piezas por otras sin que esto altere el funcionamiento de la misma; sin embargo, el sistema sanitario no es una máquina, sino un sistema adaptativo complejo con multitud de interacciones que acaban determinando el resultado final del mismo. Dentro de esas interacciones también entran las llevadas a cabo dentro de los equipos de profesionales, construidos a lo largo de los años de forma más o menos dinámica. Romper de un día para otro equipos completos de trabajo solo se puede concebir bajo la idea de que no importa quién esté ni las dinámicas de trabajo colectivo que se hayan generado, porque lo único importante es es trabajo mecánico, sistemático, individual y aislado que el trabajador vaya a desempeñar.
Otra puñalada más a la sanidad menos financiada de España en la comunidad con mayores desigualdades... otra puñalada más a la sanidad pública más Necesaria de nuestro país.
[Nota del autor: yo tengo mi contrato de MIR con dos años y pico por delante y no me he visto personalmente afectado por este baile de contratos... simplemente por aclarar. Para leer a los afectados de forma directísima, recomendamos entrar en la web de la Asociación de Eventuales del SAS]
Te copio aquí lo que he escribí en Facebook ayer, con algún cambio
ResponderEliminarLo sucedido en las últimas 96 horas con la Bolsa de Empleo Temporal del SAS no tiene nombre. Varios de mis mejores amigos, profesionales sanitarios de primer orden en cuyas manos me pondría sin dudar, vilipendiados, obligados a movilizarse o en la calle así, de un día para otro. Tanto el inicio de la contratación como las posteriores "soluciones" que van a promoverse son una auténtica vergüenza para nuestra sanidad pública y nuestra comunidad. Quisiera pensar que es casualidad, pero no es así: constituye el reflejo de una organización dirigida por auténticos imbéciles, únicamente preocupados por poner su cuello a salvo y que no tienen ni puñerera idea de qué hacen y para qué vale su trabajo. Más que la metáfora de la máquina, lo que existe en el SAS es un concepto totalmente mercantilizado de la mano de obra más propios del s. XIX que de éste. Eso sí, es importante que trascienda que Susana mira por los andaluces y que la culpa no es del sistema, sino de los médicos y enfermeros, que somos unos burgueses perezosos que no saben la suerte que tienen de tener un trabajo.
Estoy lejos de casa y echo de menos mi tierra a diario, casi cada hora. No hay cosa que desee más que trabajar para mi entorno y los míos: me he formado gracias a lo público andaluz y me gustaria devolver a mi comunidad (en el sentido no territorial del término) lo que me ha dado Pero aquí, lejos de casa, tengo un sueldo digno, posibilidades de desarrollo y mi empleador, tan público como se supone que es el SAS, me trata como creo merezco. De haber seguido en Andalucía, hoy estaría sin puesto de trabajo (soy uno de los muchos que no han llamado para renovar).
A todos los profesionales sanitarios que leáis esta entrada y no tengáis cargas, os animo a dejar en la estacada al Servicio Andaluz de Salud, al menos hasta que las cosas cambien. Os aseguro que merece la pena librarse de estos incapaces, aunque sea por un tiempo.
Salud y ánimo
Muy bien blog y escribo super informaciones differente por la tema y tu trabajo que escribiste muchas cosas todos son muy buenas y interasantes
ResponderEliminarexcursiones en estambul
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