29.1.15

No sin nosotras... otra vez no

Soplan aires de cambio en Europa. Hace unos días la victoria de Syriza nos traía el dulce sabor del cambio político. Grecia y con ello Europa despertaba de su letargo y decía un rotundo y sonoro no a las políticas de austeridad.
No descubrimos nada nuevo, si afirmamos que "la austeridad mata". Según estudios de David Stuckler, la salud pública en Grecia se ha visto ampliamente desvastada por estas políticas de austeridad. Desde el comienzo de la crisis la mortalidad infantil ha aumentado un 43% entre 2007 y 2010, el número de personas drogodependientes infectadas por VIH se ha multiplicado por más de 30, ha resurgido la malaria, ha aumentado significativamente la tasa de suicidios, homicidios etc...
Para ello, el gobierno de Alex Tsipras se ha constituido con un fuerte acento económico. Tres de los diez ministerios estarán centrados en desarrollar políticas económico- financieras con las que combatir a la Troika y a sus políticas de austeridad.
Sin embargo, el gobierno de Syriza se constituye sin ni una sola mujer ministra. Un gobierno construido para la lucha contra el neoliberalismo y el capitalismo salvaje pero con fuertes raíces de patriarcado. No solo no ha contado con ninguna mujer ministra, sino que de las 21 secretarías de Estado sólo 6 son mujeres, del total de 27 personas en el ejecutivo solo 6 son mujeres, del total de 300 escaños únicamente 44 son ocupados por mujeres...
Hace poco escuché una conferencia de Nuria Varela que explicaba la incomodidad que ha supuesto el feminismo a lo largo de la historia para los movimientos y partidos de izquierdas. Desde los partidos comunistas donde las luchas obreras representaba a operarios y trabajadores de las fabricas, nunca a trabajadoras domésticas o sexuales, hasta el surgimiento de la nueva izquierda y los movimientos sociales de carácter emancipatorio donde también surgían esas contradicciones. Nuria señalá las palabras de Robin Morgan: "Como quiera que creíamos estar metidas en la lucha por construir una nueva sociedad, fue para nosotras un lento despertar y una deprimente constatación descubrir que realizábamos el mismo trabajo en el Movimiento que fuera de él: pasando a maquina los discursos de los varones, haciendo café pero no política, siendo auxiliares de los hombres, cuya política, supuestamente, reemplazaría al nuevo orden".
La historia se vuelve de nuevo a repetir. Otra vez una política sin nosotras. Hay varios artículos que hablan de como el nuevo gobierno griego no incluirá las reivindicaciones feministas y del LGTB en su programa. Todo esto me hace llegar a la conclusión de que aún no hemos entendido lo que significa el cambio.
No podremos hacer una apuesta real por el cambio sin un reparto de poderes. Si partimos de un estado patriarcal donde el poder vuelven a obstentarlo hombres, volvemos a caer en una sociedad binaria con opresores y oprimidas, con personas sujetas a mandatos de género que dictan en que lugar de la sociedad te encuentras. Sin mujeres no hay democracia real ni sociedades horizontales ni verdadera participación de la ciudadanía. No podemos caer en la tentación de volver a poner a las mujeres en ese papel de sostenedoras invisibles. Debemos saltar a la vida pública y a os espacios de decisión.

"Hermanas, el pueblo negro nunca será libre a no ser que las mujeres negras participen en cada aspecto, en cada nivel de lucha. Creo que las mujeres negras, más que nadie sobre la faz de la tierra, reconocemos la urgencia de nuestra situación. Porque nosotras somos las que nos enfrentamos cara a cara, a diario con las instituciones de nuestra opresión. Y porque somos nosotras quienes nos hacemos cargo de la responsabilidad de criar a nuestros hijos. Y somos nosotras quienes tenemos que lidiar con el sistema de la seguridad social al que no le importa la seguridad de nuestro hijos. Somos nosotras quienes tenemos que lidiar con el sistema educativo que educa a nuestros hijos (...)"
Assata Sakhur (activista política negra)

Assata Sakhur reivindicó una y otra vez la lucha de las mujeres en el pueblo negro. Como mujer activista, entendió la necesidad de trasladar los problemas de las mujeres a la política. Entendió que una sociedad justa es aquella que nos permite luchar.
Por esto, ha llegado la hora de reivindicar la lucha de las mujeres frente a unas políticas que han invisibilizado los cuidados y las inequidades de género durante años. El proceso de reestructuración del sistema socioeconómico pasa por la reorganización de la cobertura de cuidados de la población y por una crítica estructural que establezca el género como eje de análisis. Pasa por mover la centralidad de los mercados y lo monetario a la sostenibilidad de la vida. Pasa por, como dice Carrasco, "comprender como cada sociedad resuelve sus problemas de sostenimiento de la vida humana".
Efectivamente la lucha contra las políticas de austeridad es clave. Pero si en esa lucha  no entendemos que las desigualdades sociales (en salud) son atravesadas de forma determinante por el género así como la importancia de los cuidados en nuestro sistema, seguiremos viviendo en sociedades enfermas donde la vida no sea más que un instrumento para que la maquinaria económica siga funcionando. Y eso, querido Tsipras, no se puede hacer sin nosotras.






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