[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]
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12.1.17

Derogar sin reemplazar: de la protesta a la propuesta.



Hace unas semanas Barack Obama firmaba un artículo en el New England Journal of Medicine titulado "Repealing the ACA without a replacement -- The risks to American Health Care"; hemos traducido el artículo, no solo porque sirva para ver en qué momento se encuentra el sistema sanitario de los Estados Unidos, sino también porque creemos que existen muchos fragmentos que deberíamos pensar en primera persona del plural si queremos articular una alternativa en materia sanitaria.

En términos generales, Obama hace una crítica al lema del partido republicano de "repeal and replace", esto es, derogar y reemplazar, que aplican a lo que pretende hacer el gobierno de Donald Trump con el Obamacare. Tras una campaña centrada en la destrucción del legado sanitario de Obama -con sus luces y sus sombras- no está muy clara cuál es la alternativa que el nuevo gobierno pretende implantar en los Estados Unidos (como comentamos en un post anterior). Esta política de derogar el Obamacare y luego ya veremos lo que hacemos supondría, según Obama y según algún que otro think-tank que está escribiendo al respecto, una vuelta a las peores cifras conocidas de NO aseguramiento en los Estados Unidos (recordemos que, a pesar de sus problemas, Obamacare logró un incremento notable del aseguramiento y una contención -no solo atribuible al Obamacare- del gasto sanitario).

¿Qué relación tiene esto con España? Los últimos 4-5 años del gobierno de Mariano Rajoy nos dejaron una serie de políticas aprobadas a modo de una apisonadora legislativa en las cuales se hicieron patentes cambios de modelos en el ámbito de las políticas públicas que, para muchos, supusieron no solo una vuelta al pasado, sino sobre todo un giro represor y limitador de derechos. Ante este tipo de políticas, la reacción generalizada ha sido la de repeal and replace, esto es, ensalzar la derogación como instrumento legislativo, no solo político, y dejar en un segundo plano comunicativo -no tanto real- la generación de alternativas.

En el ámbito de las políticas de salud son fácilmente identificables las dos leyes -una del gobierno anterior y otra de hace unos cuantos años- que dentro del imaginario y el discurso del activismo sanitario suponen dos hitos que han generado un cambio de modelo: el Real Decreto 16/2012 y la Ley 15/97.

El Real Decreto 16/2012 fue la medida legislativa que utilizó el Partido Popular para cambiar el modelo sanitario, rescatando el concepto de aseguramiento, restringiendo la cobertura a algunos colectivos, incrementando la dependencia del Instituto Nacional de la Seguridad Social, reformando el copago -con una cosa buena, la exención a los parados sin prestación y muchas malas, como el incremento generalizado del copago o la introducción de copago en población pensionista-, reguló la función de la Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y reformó el modelo de la cartera de servicios dividiéndola en 3.

Derogar el RD 16/2012, sin más, supone volver al modelo pre-2012 para muchas cosas que a lo mejor no queremos que vuelvan a esa situación.La construcción de un discurso político y activista en torno a tirar lo que el PP construyó como muro entre nosotrxs y los derechos sanitarios puede estar bien, pero es necesario saber si queremos transitar a un modelo de asistencia basada en la residencia en el territorio (nunca hemos llegado a tener eso realmente en España), si queremos eliminar por completo los copagos -y no volver al modelo anterior de copagos en activos, aunque estuvieran parados y sin prestación- y cómo vamos a organizar la cartera de servicios -frente al modelo intensamente restrictivo del RD 16/2012.

Derogar la Ley 15/97 nos llevaría a la legislación anterior, esto es, una que en 1996 sentaba las bases para el comienzo de la creación de los sistemas de fundaciones sanitarias. La Ley 15/97 es la responsable de todas las formas de gestión que seguimos llamando "nuevas" porque nuevo-siempre-es-mejor y que, a día de hoy, no suponen mejoras en la efectividad del sistema, no son más eficientes en la gestión de los recursos, no garantizan una mejor salud a la población y no soportan con los riesgos financieros que se supone que iban a ahorrarle a las instituciones públicas, si las comparamos con la sanidad de gestión pública directa. En el año 1997 no habíamos caminado por la transición epidemiológica convirtiendo nuestro panorama sanitario en una mezcla de pluripatología y preeminencia de los cuidados, donde la interacción entre las necesidades sociales y sanitarias se encuentran con un sistema fragmentado, dualizado y sin visos de mejora. En el ámbito de la gestión pública probablemente lo que necesitamos está más relacionado con la creación de una Ley de Formas de Gestión Pública Social y Sanitaria, que pueda impulsar la gestión pública directa en el ámbito sanitario y vincularla con un impulso financiador. Eso va mucho más allá que la simple derogación de la Ley 15/97 -que será un punto, pero solo un punto-.

Derogaremos, sí. Pero tal-vez-no-todo, y habrá que hacerlo sustituyéndolo por algo mejor a lo anterior. Una base legislativa adaptada a una realidad más amplia que aquella en la que se originaron esas reformas tan restrictivas de derechos, a la par que más blindada para no repetir retrocesos nuevamente.

30.10.12

La televisión me dijo que me suicidara... mitos y realidades

by pkuczy

Se repite con frecuencia que los medios de comunicación no deben informar sobre los suicidios porque generan una especie de efecto llamada para aquellos que "se lo están pensando". Esto es lo que se llama el efecto Werther (o efecto copycat), en honor al personaje de la célebre obra de Goethe cuyo suicidio sirvió de ejemplo para algunos jóvenes de la época.

¿Es cierto que una mayor información sobre los casos de suicidio se relaciona con un aumento de los mismos? ¿hay alguna manera de informar sobre los suicidios sin que ello sea tomado como una invitación a la imitación?... dado que son preguntas que van a ser recurrentes en conversaciones de peluquería y discusiones del congreso de los diputados en los próximos meses, vamos a intentar hacer un abordaje basado en la evidencia a ver si encontramos alguna respuesta más allá de nuestros (abundantes) prejuicios. [si prefieres quedarte con una versión reducida de todo, ve al final del artículo... o sal del blog, como veas].

¿"Los suicidios" o "XXXX se ha suicidado"? Sin datos para saber si lo concreto importa.

Una de las preguntas que primero nos vienen a la cabeza es si existe diferencia entre el efecto imitación que se deriva de que los medios hablen de los suicidios en general o de un suicidio concreto de una persona determinada. Desgraciadamente, de todos los estudios tenidos en cuenta para este artículo ninguno versaba sobre esta diferencia (y no hemos encontrado ninguno que lo hiciera).

¿Lo del efecto Werther es un mito o una realidad?

Los mejores estudios al respecto sí que muestran un incremento modesto de los suicidios en relación con la aparición en los medios de comunicación de información detallada de hechos de este tipo. El mayor efecto se relaciona con la forma del suicidio (esto es, con el efecto imitación). Así mismo, no toda la población se ve influida del mismo modo, pudiéndose trazar ciertos factores de riesgo a este respecto.

Para abordar este aspecto, hace tiempo que existen guías de comunicación para que los medios de comunicación puedan cumplir su labor informativa sin caer en el sensacionalismo.

Algunos de los aspectos resaltados de forma más constante en estas guías son:
  • Evitar dar datos sensacionalistas o que rodeen estas acciones de glamour.
  • Evitar dar una relevancia excesiva a estos actos (por ejemplo, situarlos en portada de los periódicos).
  • Evitar dar detalles pormenorizados.
  • Entender la importancia de las celebridades en la génesis del suicidio por imitación.
  • Aprovechar estas informaciones para educar acerca de las verdades y los mitos en torno al suicidio.
  • Proveer información que pueda ser útil para aquellos que estén pensando en suicidarse, de modo que puedan encontrar ayuda para prevenir ese acto; teléfonos de ayuda, profesionales de contacto,...
  • Tener en cuenta la posible vulnerabilidad de los periodistas que informan sobre suicidios.

¿Estas recomendaciones sirven para algo? A veces las cosas que hacemos incluso son útiles.

Según un artículo publicado en 2003 en el Journal of Epidemiology and Community Health, las experiencias llevadas a cabo en Austria y Suiza en relación a la información difundida por los medios de comunicación sobre suicidios mostraron que, si bien el impacto sobre el número total de suicidios era muy modesto, el impacto sobre los suicidios por imitación fue notable. Esto apoyaría la idea de que el poder de los medios de comunicación en relación con la incidencia de los suicidios está más ligado al cómo que al qué.

¿Cumplen los medios de comunicación las recomendaciones de estas guías?

Según un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos de América entre los años 2002 y 2003, estudiando cómo los medios de comunicación habían informado acerca de 157 casos individuales de suicidio, los datos mostraron lo siguiente:

  • Sólo 1 de cada 5 casos presentaban imágenes inapropiadas o explícitas del caso concreto [aquí acaban los aspectos positivos de este estudio].
  • Más de la mitad de los relatos incluian detalles sobre el método de suicidio o la localización de los hechos.
  • Menos de un 3% de los casos mostraban los factores de riesgo de suicidio que habían estado presentes en cada caso; así mismo, sólo 1 caso de cada 100 daba datos acerca de signos de alarma.
  • Un 6% de los artículos mostraba recursos de prevención que pudieran ayudar a las personas que estuvieran barajando el suicidio como una opción.

¿Todas las informaciones influyen de la misma manera en el "efecto imitación"?

No. Se han identificado tipos de información que incrementan el riesgo de aparición de este efecto imitación. Son los siguientes:

  • ¿Famosos o anónimos? La información sobre suicidios de personalidades famosas se ha asociado con un riesgo 14 veces superior de aparición de casos de imitación que en el caso de suicidios de personas no conocidas.
  • ¿casos reales o ficticios? Las películas u otros relatos de ficción no parecen asociarse con la aparición de casos de suicidio por imitación. En cambio los casos reales sí que parecen aumentar por 4 los casos de suicidio.
  • ¿TV o prensa escrita? Al contrario de lo que pudiera parecer, la aparición en TV se ha asociado con un riesgo un 82% menor que los casos aparecidos en prensa escrita. El análisis llevado a cabo por los investigadores es que las noticias que aparecen en TV son caducas y tras su aparición no vuelven a verse; sin embargo, un recorte de prensa puede leerse, analizarse, rumiarse...

El papel del sensacionalismo cutre: el caso de Taiwan.

Como comentan Ying-Yeh, Fen y Yip en un artículo publicado en el Journal of Epidemiology and Community Health en 2011, la irrupción de un periódico sensacionalista en Taiwan (el Apple Daily) trajo consigo una escalada de competitividad por captar al lector mediante el sensacionalismo más furibundo. Esto repercutió en un trato más sensacionalista de los casos de suicidio (cayendo en las características contrarias a las recomendaciones internacionales antes comentadas), lo cual se relacionó con el aumento posterior que se pudo ver de los suicidios en este país... Increíble pero cierto.

Otro ejemplo paradigmático: las inmolaciones.

Que una persona se prenda fuego o detone una bomba adherida a su cuerpo y que lo haga en un lugar público es algo extremadamente espectacular y llamativo para los medios de comunicación; tanto como infrecuente. Se ha documentado un efecto imitación en la comunicación de estos actos por parte de los medios de comunicación y son varios los artículos de distinta procedencia que se pueden encontrar solicitando desvestir estas informaciónes de detalles escabrosos y sensacionalistas. Una buena lectura al respecto es "Werther's syndrome: copycat self-immolation in Israel with a call for responsible media response".


¿Efecto Werther o efecto Papageno? O si el sesgo de publicación nos llevara al lado contrario.

No deja de quedarnos una incógnita... ¿se publican más aquellos casos en los que se encuentra relación entre la información dada por los medios de comunicación y los casos de suicidio? Es por ello que no queremos terminar este artículo sin hacer mención especial al llamado efecto Papageno, acuñado en honor al personaje homónimo de "La flauta mágica" de Mozart, que fue disuadido de suicidarse después de que tres niños le mostraran las otras alternativas que le ofrecía la vida. Es interesante leer una carta del BMJ llamada "Papageno v Werther effect"

La anécdota local de la semana: el libro de estilo de El País.

Veamos qué dice el libro de estilo del periódico más vendido de nuestro país acerca de cómo informar sobre este tema.

No acabo de tener claro si circunscribir la información sobre los suicidios a las personas de relevancia (que son las que han demostrado un aumento mayor de los casos de suicidio por imitación) es muy correcto, por lo demás, de acuerdo.


Resumiendo... [o la parte que te puedes leer si no quieres pensar mucho]


  1. Los medios de comunicación tienen capacidad de generar un efecto imitación dependiendo de la manera en la que traten los casos de suicidio.
  2. Existen recomendaciones para dar esta información cuya aplicación ha demostrado disminuir los casos de imitación.
  3. Informar sobre casos de famosos y hacerlo en prensa son dos de los factores uqe más se han asociado con la aparición de casos de suicidios por imitación.
  4. Cabe la posibilidad de que exista un sesgo de publicación que haga que se infravaloren los pobiles efectos positivos de los medios de comunicación a este respecto.
  5. No se trata de no dar información sobre los suicidios y hacer que estos queden como una realidad oculta y misteriosa. Se trata de informar con rigor, huyendo del morbo y desvistiendo estos actos de glamour o exclusividad.

[sobre suicidios y crisis ya hablaremos... pero me pareció más pertinente escribir un poco sobre esto, que parecía estar algo más inexplorado]


Bibliografía "formal":

  1. Clarke L. Imitative suicide: an issue for psychiatric and mental health nursing? J Psychiatr Ment Health Nurs 2010:741–749. [Resumen]
  2. Niederkrotenthaler T, Herberth A, Sonneck G. The "Werther-effect": legend or reality? Neuropsychiatr 2007;21(4):284-90 [Resumen]
  3. Parry J. Can media depictions of suicide influence copycat acts? BMJ 2010;341:c5067 [texto completo]
  4. Tatum PT, Silvia C, Michael S. Suicide coverage in U.S. newspapers following the publication of the Media Guidelines. Suicide Life Threat Behav 2011;40(5):524–534. [texto completo]
  5. Stack S. Media coverage as a risk factor in suicide. Journal of epidemiology and community health. 2003;57(4):238–40. [texto completo
  6. Chen Y-Y, Tsai P-C, Chen P-H, et al. Effect of media reporting of the suicide of a singer in Taiwan: the case of Ivy Li. Social psychiatry and psychiatric epidemiology. 2010;45(3):363–9. [Resumen]
  7. Pirkis J, Warwick B. Suicide and the news and information media. 2010. [texto completo]
  8. Sisask M, Airi V. Media roles in suicide prevention: a systematic review. Int J Environ Res Public Health 2012;9(1):123-138 [texto completo]
  9. Chen Y-Y, Chen F, Yip PSF. The impact of media reporting of suicide on actual suicides in Taiwan, 2002-05. J Epidemiol and Comm health. 2011;65(10):934–40. [Resumen]
  10. Greenberg B, Strous RD. Werther’s syndrome : copycat self-immolation in israel with a call for responsible media response. IMAJ 2012;14:10–12. [texto completo]
  11. Papageno v Werther effect. Niederkrotenhaler T et al. BMJ 2010;341:c5841. [texto completo]