[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]
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3.12.13

Los trastornos sexuales, danza macabra de la psiquiatría.

Existen dos formas de enseñar la psiquiatría [y la medicina en general, pero yo he venido a hablar de mi libro]. Una, de la manera convencional y amada por los popes, en la que sentamos cátedra, delimitamos sin titubeo alguno los límites de lo patológico y tratamos de contar el trastorno/enfermedad mental como una enfermedad somática cuyos síntomas aparecen en la conducta, y simplemente falta tiempo hasta que detallemos a nivel neurológico su etiopatogenia.
La otra forma es entender que la psiquiatría, aunque sea una especialidad médica [o porque lo es, leéos el resto del blog], abarca mucho más allá de lo orgánico; que es imposible describir lo sano o lo patológico sin a la vez hacer un juicio moral que quizá no debiéramos hacer; que la conducta y los sentimientos sólo se entienden comprendiendo el contexto social; que somos médicos pero también hemos sido mucho tiempo (y aun somos) un instrumento (más) del poder para controlar a la población.

Es probable que sea muy difícil no caer en la primera vía, al menos en los aspectos que a día de hoy aún son conflictivos (a toro pasado todos somos muy tolerantes, lo difícil es serlo con el asunto que resulta espinoso en cada momento); pero al menos en Médico Clismafílico lo intentamos.

Os dejo la clase acerca de Trastornos sexuales de la asignatura de psiquiatría de la URJC


Intentando entender estos peliagudos diagnósticos dentro de la eterna danza de la psiquiatría; entre imponer la disciplina de lo normal, y el alivio del sufrimiento.

Danzad hacia aliviar, sólo puedo deciros, aunque la pista esté inclinada y rodando hacia el disciplinamiento hagamos el ridículo ante la historia.


12.9.10

Si dejas la basura tres meses sin sacar es probable que pase esto (II):

La intención principal de este post es conseguir hacer un post corto.

Cuando una habla todos los días en su horario laboral con alguien que ha intentado matarse o que planea (cómo) hacerlo acaba, quiera o no, sistematizando la conversación al respecto.

Uno se sienta en el borde de la cama de la observación o la mesa del box psiquiátrico respectivamente, enciende la función “te escucho con interés”* y aparte de las preguntas “biológicas” que buscan una depresión endógena, pregunta invariablemente por las mismas cuatro gilipolleceslos mismos cuatro estándares, encontrando indefectiblemente el conflicto gordiano que trae al paciente por la calle de la amargura. Si no es la familia de origen es la creada, si no, es la pareja, finalmente si no, es el trabajo, alguna que otra vez es la salud (casi siempre proyectada en uno de los anteriores). Nunca es preciso preguntar por nada más, nunca nadie alude a otros temas. Uno entonces se pregunta si es que en verdad no existe nada más, pero no lo aplica a su propia percepción de la vida no vaya a ser que no le guste lo que encuentre. Uno entonces se da cuenta de que, si la vida de los desconocidos funciona sólo en base a 4 ó 5 teclas, es probable que la de aquella gente a la que quiere, a la que admira, que le inspira y deslumbra, sea igual de plana y simple de como se la ve destripada sobre la mesa-de-autopsia-vital del box 7. Y se pregunta si seguiría amando, intrigándose y deslumbrándose por esas gentes si les sometiera a ese “acercamiento psiquiátrico”. Si el amor, intriga y deslumbramiento no serán puro artefacto porque al final somos 4 interruptores que tienen que estar en ON, y santas pascuas.

O si por el contrario somos más y es el “acercamiento psiquiátrico” (no pienso decir aproach) el incorrecto. O si no es el adecuado para interpretar la vida pero sí para cumplir nuestro papel. Y esto entronca directamente con el post anterior. Pero son conclusiones demasiado avezadas para un embrión de tres meses.


Y hasta aquí mi verborragia trimestral como corresponsal del instituto psiquiátrico josé germain, llamándote loco desde 1851.


*perfectamente descrita en los manuales de entrevista clínica, cual dibujo instructivo de ikea (en verdad funciona, por terrible que resulte)