Lo único que se construye desde arriba son los pozos. (Eduardo Galeano).
Lo único que se construye desde arriba son los pozos. Sin fondo en muchas ocasiones. Cuando la salud y las instituciones se mezclan tienden a construir desde arriba. Desde arriba y desde lo técnico, expropiando el discurso de la salud a la población (que no sabe porque esto, que es verdaderamente importante, es muy complejo) y poniéndolo en boca de unos pocos (y aquí remarco las "o"es).
Municipalizar la salud es, en tiempos de incremento de la desigualdad, un imperativo ético para cualquier persona que se acerque al ámbito de lo institucional con un mínimo de apego al territorio, a los barrios en los que crece la gente que conjuga esa desigualdad en primera persona de los verbos sufrir y padecer.
Municipalizar la salud es construir desde abajo para llegar a la superficie de ese pozo que lleva muchos años siendo cavado, para taparlo y para construir una estructura fuerte que no se tambalee ante la llegada de las crisis económicas, sociales y morales. Municipalizar la salud es reconocer que las instituciones tienen que hundir sus raíces y sus ramas en los barrios, promoviendo una participación que escape y exceda los límites de la participación institucional, dejando hacer fuera de los márgenes de unas instituciones que no siempre se vean directamente reforzadas por una participación que puede ser mucho más fuerte fuera de unas instituciones que mucho han de reformarse para ser claras aliadas de una participación social en salud que pueda ser claramente transformadora.
Existe un discurso bastante predominante dentro de la política sanitaria que dice que los ayuntamientos no tienen competencias en salud; esto es una consecuencia directa de haber reducido la salud a lo sanitario y lo sanitario a lo meramente asistencial. Introducir una visión de desigualdades sociales en salud en todas las políticas, conseguir que la ciudad sea saludable en su diseño urbanístico, crear entornos en los que la población pueda participar y desarrollar hábitos de vida saludables en unas condiciones de vida mejores, Gozar de espacios de socialización para mejorar las redes de cuidados, tomar las riendas de las decisiones que pueden afectar a nuestra salud y la de nuestras personas más cercanas. Todo eso es municipalizar la salud; tomar las decisiones políticas que generen acciones de modo que, con un conocimiento cercano del territorio y una participación directa de la población consigan que sea la gente la que pueda marcar agenda y mover el volante de las políticas que afectan a lo más inmediato de sus vidas y su salud.
La municipalización en salud es, además, un punto de encuentro donde compartir y construir discurso entre las diferentes personas implicadas -dentro de la variable continua "agente-paciente"- en el trabajo en salud, tratando de alejarnos de la apropiación por parte del colectivo médico que ha hecho que el discurso se halle muy escorado hacia lo clínico y vertical; en este aspecto es fundamental el papel de los que quieren construir discurso colectivo cediendo parte del testigo pero sin desentenderse porque "ah, ahora os toca a vosotrxs". Además de un punto de encuentro, el municipalismo en salud también tiene que ser un punto de emergencia de un discurso feminista en salud; un discurso que no parta de la autojustificación sino de la indisoluble unión de lo que se construye desde abajo y lo que vela por todas.
De esto y más estaremos hablando hoy, martes, en Córdoba. Yo (Javi) presentando e introduciendo, Javier Segura hablando de las experiencias materiales a las que poner cara y nombre, y Vicky y Salustiano aterrizando todo esto en la realidad de Córdoba y el futuro cercano una vez su apuesta municipalista se concrete.
Municipalismo y salud. Construir desde abajo para no construir pozos (ni tumbas).
No hay comentarios:
Publicar un comentario