En ocasiones las palabras calladas son más importantes que las dichas, aunque de las dichas se pueda deducir si lo callado lo ha sido por olvido o de forma deliberada.
Hoy, por segunda vez desde que ocupa el cargo de ministra de sanidad, Ana Mato ha descrito el sistema sanitario que pretende garantizar durante su mandato olvidándose (again) de la palabra "gratuidad".
Ante semejante olvido nos caben las siguientes opciones:
- Ana Mato piensa que el sistema sanitario actual no es gratuito porque se financia con los impuestos que paga toda la población y por ello cree que utilizar el término "gratuidad" es desmerecer las esforzadas aportaciones de los ciudadanos en forma de impuestos.
- Ana Mato no ha pisado nunca un centro sanitario público y no le cabe en la cabeza que aún haya gente que no tenga un seguro privado, por lo que el término "gratuidad" le parece tan pasado de moda como el término "pobre" o "excluido".
- Ana Mato no contempla la "gratuidad" como un valor fundamental del actual sistema sanitario y pretende dar cabida a las ansias de exploración de aquellos amantes de la introducción de tasas diversas por acudir a consulta, hacerse una analítica, realizarse una prueba de imagen, respirar en la sala de espera...
Algún malpensado podría pensar que la opción correcta es la 3, pero en medicocritico suponemos que Ana Mato sabe que si el sistema sanitario público deja de ser gratuito es muy probable que deje de ser "equitativo" (palabra de la que no se ha olvidado... tal vez sea porque está un poco de moda...), porque "equitativo" no significa que sea igual de caro para todo el mundo. La única forma de conseguir la equidad sin que el sistema sanitario dejara de ser gratuito sería conseguir la equidad social y económica en multitud de variables en las que el ministerio de sanidad poco o nada puede hacer...
Veremos por donde van los derroteros, declaraciones, ruidos, silencios y olvidos... esperemos no acabar como el mensaje con el que terminamos este artículo, sacado del twitter de @EspeonzaAguirre (una parodia de la Esperanza auténtica).