y el paciente del que os hablaba en el anterior mensaje murió; al llegar a la planta a las 08:20 de la mañana sobre la mesa había un electrocardiograma plano con la palabra "exitus" escrita sobre él.
Fuimos a hablar con la familia; la mujer del paciente sólo sabía decir que ella quería que hubiera muerto en casa, que no quería ver pasar el cuerpo de su esposo amortajado por el pasillo del hospital.
Estas situaciones se dan porque, como bien dice Emilienko, no se habla claro; los pacientes deben saber que si van al hospital con un familiar que está moribundo, seguramente acabe muriendo allí, porque la limitación del esfuerzo terapéutico es algo que no se estila en muchos centros. Por otro lado, los médicos (principalmente los de Atención Primaria) deberían saber que cuando un paciente ya no puede más que tirar la toalla, si la familia quiere que muera en casa no debe insistir en que precisa traslado a un centro hospitalario.
Morir dignamente es mucho más que un gotero con mórficos; morir dignamente es, dentro de las posibilidades y entre muchas otras cosas, decidir cómo morir.
1 comentario:
Y significa morir rodeado de tu familia, en una habitación no compartida con otro paciente (a veces 50 años más joven que tú) con sus respectivos familiares, o, a lo peor, en una sala con otros 40 pacientes y sin una cara conocida que te dé la mano. Ojalá existieran más equipos de cuidados paliativos a domicilio, para que no hubiera tanto miedo e impotencia ante la muerte en casa.
PD: Ya lo conocia, pero aprovecho para felicitarte por el blog Javi. Un bezoteee (Maria V.)
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