No se me ocurre un escenario peor para discutir sobre ciencia que un contexto de crisis económica aderezado con unas buenas dosis de ceguera ideológica (y salpimentado, a poder ser, con unos buenos intereses económico-empresariales).
by pkuczy |
La ideología está presente en la ciencia desde el momento en el que uno diseña la pregunta que quiere responder ¿investigo sobre la equidad en la distribución de esta técnica diagnóstica o acerca de la libertad de elección en el acceso a un servicio sanitario público o privado? ¿estudio sobre la densidad mineral ósea en los jugadores de golf o acerca de la desnutrición en los poblados de chabolas del extrarradio de Madrid? ¿desmenuzo los efectos del trato condescendiente sobre la percepción de salud de las mujeres o intento buscar una relación entre un cosmético facial y sentirse 5 años más joven?
El problema está cuando esta ideología se interpone entre los resultados obtenidos a través de la aplicación del método científico en nuestras investigaciones y las conclusiones que extraemos de dichos datos...
...y si a esto le añadimos la crisis es cuando explicamos lo que está sucediendo en la actualidad.
El Ministerio de Sanidad va a reformar la cartera de servicios. Esto es algo que desde numerosos ámbitos académicos (no hablo ya de Farmaindustria o IDIS, sino desde sectores científico-técnicos) se venía pidiendo, dado que tenemos muchas actividades que aportan bajo valor a la salud de nuestros ciudadanos y en las que estamos gastado cantidades ingentes de dinero, incurriendo de esta forma en un importante coste de oportunidad.
No se trata de decir "es que se hace por motivos económicos", como si esto desacreditara cualquier argumento que se pueda esgrimir después. Es que esos "motivos económicos" son la herramienta principal que tenemos para salvaguardar el principio bioético de justicia distributiva en un entorno de recursos finitos (lo que también podriámos llamar "el mundo real").
Al parecer el Ministerio de Sanidad (y las Comunidades Autónomas) está trabajando en 5 grupos de prestaciones para evaluar la pertinencia de su financiación o no. En un alarde de adivinación puedo decir que lo más probable es que muchas de las actividades que se decidan desfinanciar (la mayoría, tal vez) sean prestaciones que realmente NO valgan lo que nos están costando y que estaría bien sacarlas de la financiación pública... pero...
¿cuál es el pero? El mismo que esgrimimos cuando hablamos de la desfinanciación de medicamentos para síntomas menores... en lugar de establecer unos criterios (valor terapéutico/diagnóstico/whatever añadido y coste-efectividad incremental) determinados y posteriormente diseñar la estructura científico-técnica que estudie la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud para determinar qué prestaciones cumplen con los estándares de calidad (según las variables previamente definidas) para ser financiadas se hace al revés, de tal modo que:
- No queda claro qué criterios se van a seguir para la evaluación de las prestaciones, el método, los comparadores, los resultados buscados...
- Se habla de que los "grupos de expertos de las Comunidades Autónomas" son los que están encargándose de la evaluación de las prestaciones en cuestión... esto es, no hay una institución u organismo que deba responder de los informes emitidos ni de las decisiones recomendadas, sino que hay un reparto de responsabilidades alícuotas que dificulta la transparencia y la reproducibilidad del proceso.
- Nadie ha explicado en qué consistiría un dictamen negativo por parte de dichos expertos. Por ejemplo, ¿qué pasaría si los expertos dijeran que el cribado de cáncer de mama mediante mamografía en mujeres entre 50 y 69 años no muestra beneficios? ¿se eliminaría dicho programa por completo? ¿se instauraría un copago de forma que las personas que se lo pudieran permitir sí accedieran a una tecnología de baja utilidad terapéutica? ¿una tecnología tiene mayor valor terapéutico añadido si es el paciente el que paga por ella? ¿es el copago en prestaciones diagnóstico-terapéuticas una herramienta para eludir la responsabilidad de legislar en ambientes de incertidumbre, traspasando esta duda al paciente?
Los debates sobre cada una de las prestaciones que salen a los medios de comunicación se convierten en una lucha entre "es que no podemos pagarlo todo" y "estos recortes están costando vidas", suprimiendo cualquier atisbo de incertidumbre y argumentación no maniquea en la discusión.
Los debates sobre temas tan controvertidos como el del cribado del cáncer de mama se zanjan con titulares del tipo "La mamografía sí salva vidas", y la falta de difusión de nuevos medicamentos se atribuye a la crisis económica, perdiendo oportunidades para comunicar a la población cosas como que (en estos dos ejemplos):
- El cribado del cáncer de mama mediante mamografía es un tema con muchísima controversia donde los datos a favor y en contra distan mucho de ser concluyentes; seguramente cualquiera de los escenarios posibles darían modificaciones estadísticas cuya impronta en la vida real sería tan pequeña que nos resultaría difícil de delimitar.
- La prudencia en la prescripción de nuevos medicamentos SÍ que "salva vidas" (odiamos el término "salvar vidas", lo sabéis, pero era por hacer una analogía con el otro titular) y los cardiólogos deberían tener la lección aprendida porque en épocas de (algo más de) bonanza han permitido que la introducción atolondrada de nuevos medicamentos de seguridad y eficacia nada contrastados se haya convertido en un hito reciente en la mala praxis prescriptora.
Desde el último cambio de Gobierno se ha excluido a población (autóctona e inmigrante) del sistema santiario, se han instituido (tasa 1€ por receta en Cataluña) o modificado copagos de forma que se pueda incrementar la inequidad en salud, se han reformado las carteras de servicios instaurando copagos con alto impacto sobre los más desfavorecidos (ambulancias, dependencia,...)... por todo ello me parece un error mayúsculo la estrategia de mezclar los temas y universalizar la queja, deslegitimando unos argumentos legítimos y necesarios con otros superficiales, erróneos y que pretenden transmitir falsas ilusiones de certeza.
P.S: leer este artículo nos ayudaría mucho a todos (especialmente a profesionales sanitarios y de la comunicación): "Mi reino por un titular"
1 comentario:
MIRA LO QUE RECOGE EL ACTA PÚBLICA DEL ULTIMO CONSEJO DE MUFACE , MUTUALIDAD A LA QUE PERTENECEN MUCHOS GOBERNANTES Y FUNCIONARIOS ANDALUCES Y ESPAÑOLES
El sistema general está estudiando adecuar la cartera de servicios básicos. ¿Como puede afectar a la cartera de servicios básicos de MUFACE?
MUFACE tiene su propia cartera de servicios básicos sanitarios reconocida y autorizada que no tiene intención de modificar, que no es igual a la cartera de servicios básicos del sistema general, aunque lógicamente están relacionadas.
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