El concierto de Año Nuevo, el día de la marmota, el aniversario de la Constitución española, tu cumpleaños, la operación paso del estrecho ... y la gripe. Todas esas cosas ocurren todos los años en una época más o menos predecible con un alto nivel de precisión.
Si un año a tu madre se le olvida felicitarte por tu cumpleaños no se le ocurriría decir "vaya, es que vino tu cumpleaños un día que no me lo esperaba y... claro..."; se trata de un evento predecible y como tal las respuestas al mismo se deben preparar.
Si cada año se produce un aumento en el número de casos de gripe (llamarlo epidemia daría para más de una discusión terminológica) y cada año se saturan las urgencias de los hospitales y centros de salud, el problema no es la gripe, sino que el sistema sanitario no se ha preparado para ello.
En España tenemos una Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica que funciona muy bien y cuya monitorización de la evolución de la gripe se puede seguir "en abierto". Entonces... ¿por qué no se da una respuesta solvente a los picos de incidencia de gripe que ocurren cada año? Básicamente porque nuestro mejorsistemasanitariodelmundo es más capaz de hacer frente a trasplantes que a gripes.
Desde que se formó nuestro Sistema Nacional de Salud llevamos escuchando de forma repetida que la atención primaria es la base del sistema sin que eso se haya concretado jamás en ningún impulso organizativo (y económico) que intentara convertir esas palabras en realidad (en la gráfica se puede ver la evolución de cada partida de gasto en los últimos años).
Pero, ¿qué tiene que ver el debilitamiento de la Atención Primaria con la saturación de los centros sanitario con la gripe?
- La gripe es una enfermedad que no precisa asistencia médica en la gran mayoría de los casos. En los pocos en los que la precisa, ésta debe darse por parte del médico de familia en el centro de salud, no en los hospitales.
- El pico de gripe se suele dar en las primeras semanas del año; esto es, después de las navidades, por lo que se produce una sucesión de hechos tal que así:
- Trabajadores (médicos, enfermeros, auxiliares, administrativos,...) del centro de salud cogen vacaciones en Navidad. No se llevan a cabo sustituciones "porque estamos en crisis" (desde hace ya tantos años...), por lo que el centro de salud funciona a medio gas.
- La gente con motivos de consulta demorables (renovación de la receta electrónica, controles analíticos, revisiones de patologías crónicas, etc) espera a que pase el periodo de navidad (no todos, claro está) para pedir cita.
- Mientras tanto, las urgencias de los centros de salud y los hospitales ya se van llenando de gente que no encuentra respuesta en una atención primaria a medio funcionamiento.
- A la vuelta de navidad, con toda la gente incorporada nuevamente a sus puestos de trabajo se juntan: pacientes que postpusieron sus consultas hasta que su médico (o ellos mismos) volviera de sus días libres, pacientes habituales, incremento de frecuentación debido al pico de incidencia de gripe.
- Como los centros de salud no pueden asumir esa carga asistencial (porque no tienen medios para ello), el "exceso" de demanda se desplaza a los hospitales... y entonces... TENEMOS NOTICIA!!!!
No es sólo que haya habido recortes presupuestarios y no se contraten más profesionales; no es sólo que se cierren alas enteras de plantas de hospital y la gente se acumule en los pasillos de los servicios de Urgencias; no es sólo que haya una incapacidad total de las autoridades para liderar los flujos de información tanto educativa como de noticias. Es que lo de ser elmejorsistemasanitariodelmundo se convirtió en objetivo y pancarta, no en adjetivo.
Ser campeones del mundo en trasplantes (lee ese enlace, te harás un favor) y no saber gestionar un ciclo normal de gripe es una de las contradicciones que mejor define nuestro sistema sanitario, un sistema que partiendo de la base conceptual de la universalidad, integralidad y calidad, va caminando hacia el mantenimiento de pequeños espacios de excelencia propagandística que permitan mantener alguna razón para seguir autoproclamándose elmejorsistemasanitariodelmundo aunque una pequeña brisa haga temblar sus cimientos.
BONUS TRACK: Gripe y calma. (a veces hay que rescatar a los clásicos) y una lectura a esta entrada de Vicente Baos.
5 comentarios:
Muy cierto lo que dices, pero permíteme, Javier, un pequeño/gran matiz. La disminución de médicos aumenta la carga de trabajo de quienes asumen las tareas de los ausentes, siendo imposible sustituir a los médicos de familia porque, afortunadamente, no hay sustitutos, y la sobrecarga “obliga” a las derivaciones. En momentos de angustiosa “lidia” de usuarios, a ver quién es el guapo que no deriva más de lo habitual. Con todo, el problema mayor no es el incremento de la demanda por enfermedad, sino por trámites y más trámites desquiciantes, que entorpecen la labor clínica de quienes tienen que pensar y tomar decisiones; no cesan ni en Navidades y si me apuras, algunos incluso aumentan. Las patologías se asumen, pero lo buRRocrático resulta cada vez más cargante.
Tanta informatización para seguir cliqueando un millón de veces, rehaciendo medicación descodificada, aguantando la lentitud y los constantes bloqueos del sistema... Tanta capacitación y formación para continuar resolviendo “olvidos” del segundo nivel, realizando actividad papeleril completamente inútil, redoblando informes y certificados... Y tanto hablar de invertir en atención primaria para que, burlonamente, el gasto en ella vaya bajando (sin dejar de subir en el segundo nivel, probablemente para sustentar algunas unidades de lujo). Aun así, creo que sería más eficaz poner orden o reordenar lo que tenemos.
Me conformaría con dos cosas. La primera, eliminar de un plumazo todo lo inútil, al menos en estos momentos críticos… ¿qué digo?, para siempre jamás… La segunda, reorganizar la atención urgente, que tantas veces da al traste con la agenda ordinaria. En concreto, cubrir el vacío de 8 a 15 horas que obliga a dejar la consulta cuando se está bajo mínimos, y el resto de la jornada, con dispositivos extrahospitalarios de emergencias, específicos y altamente resolutivos, más que PACs al uso. Sólo con esto me daría con un canto en los dientes.
Finalmente, podría titular este post de otra manera: ¿Tú eres más del caos o del sentido común?
Bueno, yo soy mas "del caos" que del sentido común, aunque solo sea porque el caos se apoya en la segunda Ley de la Termodinámica y el Sentido Común me ha demostrado hasta la saciedad que se estampa ante los procesos contraintuitivos (que van desde la prevención hasta el tratamiento y provocan no pocas veces mas daño que beneficio). Pero dicho eso, en realidad, soy "de la evidencia", y para todo lo que proponeis la hay. Curiosamente hoy se publicaba esto http://wp.me/p2GH6-38g
Muy bien blog y escribo super informaciones differente por la tema y tu trabajo que escribiste muchas cosas todos son muy buenas y interasantes
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Puede que parte del problema sea que los temas de Salud Pública a nivel de la Atención Primaria no se entienden.
La Salud Pública reúne funciones específicas y diferentes de las funciones de Atención Directa con competencias, actividades, atribuciones y tareas propias.
Y desde mi perspectiva se gestionan y organizan de forma ineficaz.
Además, las escasas actividades preventivas y de educación para la salud en nuestro organigrama son excluibles y muchas veces se hacen si se puede.
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Puede que parte de la solución radique en asumir la gripe como algo propio de la Salud Pública de Atención Primaria con prevenciones mediante campañas vacunales de colectivos específicos, con educación para la salud de cómo afrontarla, con vigilancia epidemiológica y declaraciones correctas, ...
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(Nota: aunque reconozco que uno no sea muy partidario de la vacuna)
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Puede que parte del problema sea que los temas de Salud Pública a nivel de la Atención Primaria no se entienden.
La Salud Pública reúne funciones específicas y diferentes de las funciones de Atención Directa con competencias, actividades, atribuciones y tareas propias.
Y desde mi perspectiva se gestionan y organizan de forma ineficaz.
Además, las escasas actividades preventivas y de educación para la salud en nuestro organigrama son excluibles y muchas veces se hacen si se puede.
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Puede que parte de la solución radique en asumir la gripe como algo propio de la Salud Pública de Atención Primaria con prevenciones mediante campañas vacunales de colectivos específicos, con educación para la salud de cómo afrontarla, con vigilancia epidemiológica y declaraciones correctas, ...
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(Nota: aunque reconozco que uno no sea muy partidario de la vacuna)
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