[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]

13.11.15

La puerta que NUNCA sonaba (o de cuando me tocó ser paciente)

Mi compañero de habitación. Foto prestada.

Un día vas con la bici hacia el trabajo y por circunstancias de la vida decides golpear fuertemente el suelo con tu hombro rompiéndote la clavícula en trocitos.

Te llevan al hospital, te tratan el dolor, te operan la fractura, pasas un par de días más ingresado y te dan el alta.

Esa es la historia estándar de un día que empieza mal y termina bien. Cuando el que padece esto es un médico uno esperaría que lo que más le marcara en su experiencia al otro lado de la relación médicx-paciente fuera el tipo de operación que le han hecho o la analgesia administrada que le quitó de golpe el dolor... sin embargo a veces ocurre que lo que no se le va de la cabeza a dicho médico es una puerta.

Una puerta que se abre sin que nadie llame a ella; una puerta tras la que se asoma una  cabeza que dice "aquí no está Paqui, no?", una puerta que deja paso a una enfermera que administra un tratamiento, una puerta que abre el momento de la comida o la cena, una puerta por la que entra una mujer que va a limpiar el cuarto de baño u otra que te va a ayudar a levantarte para que puedan hacer la cama; una puerta por la que entra un grupo de médicxs que te dicen cómo vas y te comentan la evolución esperada...

Una puerta con una singularidad: NADIE llama a ella antes de entrar. 

Da igual que el paciente esté cambiándose de ropa, hablando por teléfono, jugando al monopoly, tejiendo un jersey o meando en una botella. La puerta NUNCA suena.

La puerta se abre y cierra sin que nadie llame a ella porque el centro del discurso es el paciente pero el centro del funcionamiento de la sanidad son sus trabajadorxs. Esa importancia de la dignidad del paciente y el respeto hacia él que se observa cada vez más en los actos conscientes falta mucho para que penetre en la inconsciencia que nos hace sentir que el hospital es mío.

Decía Iona Heath que "en los hospitales, las enfermedades permanecen y las personas van y vienen; en atención primaria, las personas son las que permanecen y las enfermedades van y vienen".

No sé si esa característica dada a la Atención Primaria le confiere una dosis mayor de respeto a la intimidad del paciente en el funcionamiento diario (querría creer que sí, pero es difícil afirmarlo un par de semanas después de que te pidan cantar el listado de pacientes porque tu médicx no quiere levantarse del asiento), pero sí que parece que esa transitoriedad del paciente hace que el sentimiento del hospital como un medio ambiente centrado en el trabajador sea complicado de mover.

Por lo demás, ignorando esa puerta que NUNCA sonaba, la estancia hospitalaria fue merecedora de abrazar a todo el mundo ad infinitum. Pero esa puerta que NUNCA sonaba puede esconder muchos síntomas que no dejar pasar.

8 comentarios:

Unknown dijo...

"el centro del discurso es el paciente pero el centro del funcionamiento de la sanidad son sus trabajadores"

Estoy plenamente de acuerdo en que el discurso gira en torno al paciente. El centro del funcionamiento tengo claro que NO es el paciente, a lo sumo sus enfermedades (sobre todo si no son muchas y además son raras). Los trabajadores son una variable necesaria y explicativa de muchas circunstancias concretas, buenas o malas experiencias, pero desde mi punto de vista el problema está en el método de trabajo. No gira en torno al enfermo, sino a lo sumo, insisto, a su dolencia "planes de cuidado para hombros, en tu caso; para el hombro derecho la 423A"
Ánimo con la recuperación

Irene, Umpa Lumpa & cía dijo...

Totalmente de acuerdo.
Solo soy una R1... mi experiencia desde dentro es casi la misma que desde fuera... Pero me doy cuenta... En cada sitio por el que roto, la cercanía/lejanía a las necesidades del paciente, que van más allá del control del dolor y de su mejoría, varía... Todo varía.
Pues el otro día me daba cuenta de que yo llamo a la puerta. Y creo que los pacientes me miran raro (también es cierto que llamo y a los pocos segundos abro sin esperar contestación) No sé si sirve... pero quizás al menos sabrán que alguien entra. Nunca me había fijado hasta el viernes... Quizás, más que por haber madurado la necesidad de que esa puerta suene, es porque cuando vivía en casa de mis padres, odiaba que cualquier puerta fuese susceptible de abrirse sin que nadie llamara previamente (incluída la del baño...) Y es algo que siempre me ha crispado y turbado.
Intentaré no dejar de hacerlo como acto simbólico. Pero creo que faltan muchas más cosas que llamar a una puerta... espero no perder las buenas y deshacerme de las malas.

chan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
chan dijo...

Ciertamente cuando te encuentras como paciente las cosas se ven de otra manera y a veces te encuentras con situaciones y tratos, todos somos humanos y todos podemos tener un mal día, en los que dices.... Yo no he tratado nunca a nadie con tan poca dignidad y espero que nunca llegue tan lejos a pesar de tener un mal día o una mala semana o yo que se que...

chan dijo...

Ciertamente cuando te encuentras como paciente las cosas se ven de otra manera y a veces te encuentras con situaciones y tratos, todos somos humanos y todos podemos tener un mal día, en los que dices.... Yo no he tratado nunca a nadie con tan poca dignidad y espero que nunca llegue tan lejos a pesar de tener un mal día o una mala semana o yo que se que...

Blanca dijo...

No puedo estar más de acuerdo con todo lo que dices. Como estudiante soy testigo a menudo de cuanto "se viola" la intimidad del paciente y creo que es algo que todos deberíamos de tener en mente en todo momento.

Un saudo.

Unknown dijo...

estoy completamente de acuerdo. Tuve que estar unos dias en un hospital y la verdad que la aatencion por parte de todo el personal fue exquisita pero hay pequeños detalles de estructura que parece que los arquitectos que hicieron el hospital nunca estuvierono enfermos,,,, por ejemplo el ruido de las cisternas de los cuartos de baño, la colocacion de la las luces y su intensidad las salas de espera y sobre todo las sillas que hay en la seguirdad social de gALICIA Qque solo pensar en sentarte ehn ellas ya enfermas.

UNOMAS dijo...

Espero que la disfrute:

https://es.wikipedia.org/wiki/El_Doctor_%281991%29