Viñeta de El Roto |
El sistema nacional de salud no se puede hacer cargo de costear medicamentos comunes como el paracetamol. Eso lo ha dicho José Manuel Moreno, secretario de estado de igualdad y seguridad social.
Se le ha olvidado decir algunas otras cosas, pero yo las voy a poner aquí para que a pesar de sus olvidos sí lleguen a algunos ojos y oídos que quieran escucharlas:
- El sistema nacional de salud (nombre que tendríamos que discutir después del cambio de modelo llevado a cabo por el gobierno del PP) tiene un problema de distribución de gasto, no de cantidad de gasto (al menos no de exceso de gasto). Gastamos mucho y mal en tratamientos y tecnologías caros de utilidad dudosa y poco evaluados.
- Dejar de financiar paracetamoles y demás pequeñeces es muy probable que no reduzca el gasto público en medicamentos porque los médicos empezarán a recetar otros fármacos que sí estén cubiertos. ¿Esto me lo acabo de inventar yo? No, se lo llevan inventando, probando y fracasando en Europa desde hace años.
- El sistema nacional de salud debería dejar de preocuparse tanto por los paracetamoles y preocuparse un poco más por otros medicamentos como, por ejemplo, los antidiabéticos orales, que caminan sin freno hacia una escalada de gasto sin aportar beneficios a la salud de los pacientes más allá de lo que nuestra amada (y barata) metformina lleva haciendo años. Federico Relimpio habla muy bien de esto (aquí y aquí).
- El sistema nacional de salud no puede hacerse cargo de tener ministras que dividan los tratamientos en "nuevos y obsoletos" y propongan eliminar estos últimos por "remedios naturales". Los medicamentos se clasifican según sean efectivos o no; una vez hecha esta división se cuantifica su utilidad terapéutica y se estima su coste para ver si tiene sentido abordar ese beneficio al coste indicado o si se deben priorizar otras alternativas más eficientes. Lo natural o lo obsoleto son términos que no deben salir más allá de la explicación cutre que se le de a la ministra en el backstage para intentar que sepa un poco de qué habla.
- La gestión privada (o la público-privada) no es más eficiente que la gestión pública per se. Un buen artículo al respecto se publicó hace menos de un mes en una de las revistas de mayor impacto en medicina y lo comenta Sergio Minué en su imprescindible blog.
- Dice José Manuel Moreno que no hay que tener miedo a la colaboración público-privada (lo de nacionalizar pérdidas y privatizar beneficios, eso); lo que ocurre es que si uno lee "How Does Private Funance Affect Public Health Care Systems? Marshalling the Evidence from OECD Nations" (publicado en 2004 en el Journal of Health Politics, policy and laws) se encuentra con frases de este tipo "sostenemos que recurrir a la financiación privada en sistemas de financiación pública es más probable que produzca daños que beneficios".
Van a por el sistema sanitario, una gran oportunidad de mercadeo (que en EEUU supone un 18% del Producto Interior Bruto) que no pueden dejar pasar. Las estrategias están claras; Naomi Klein las explicó en "La doctrina del shock" (el enlace es al documental basado en el libro) y Sergio Minué (una vez más) las comentó en su blog; además, McKee y Stuckler las aplicaron al ámbito sanitario con maestría en un artículo publicado en el BMJ ("The assault on universalism: how to destroy the welfare state").
1 comentario:
¡Qué genial Javi!
Me queda mucho por indagar. Tiempo y esfuerzo para ser honesta con lo que será mi práctica clínica del día a día.
Pero en estos primeros días...¡aich! peno cada día con los "en esa revisión puede decir tal cosa, pero otra cuestión son los pacientes de verdad" =S
Y es una alegría leerte.
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