Leía a principios de semana el siguiente titular:
que se puede encontrar en la página de la Junta de Andalucía y que destaca, como logro en la apertura participativa de las instituciones el dar voz a los ciudadanos en la proposición de nuevos cribados poblacionales así como en la modificación de los ya existentes.
Así mismo, fue también a principios de semana cuando llegaron a mi tres textos (uno por segunda vez):
1 (y 2). Debate en el British Medical Journal sobre si la variable que se debe utilizar en los estudios sobre cribados ha de ser la mortalidad total o la mortalidad específica por el cáncer objeto de cribado.
- A favor del uso de la mortalidad total.
- A favor del uso de la mortalidad cáncer-específica.
3. Maleficiencia en los programas de cribado. [en especial el capítulo de Teresa Queiro titulado "La información a las mujeres invitadas en los programas de cribado de cáncer de mama".]
Esto viene a mostrar que hay, cuanto menos, cierta controversia a la hora de presentar datos a los médicos (debate del BMJ) y a la población (en el caso del cáncer de mama).
Cuando la información que llega a la población sobre cribados y actividades preventivas siempre se difundan bajo la consigna de "más es mejor" y "más vale prevenir que curar", sin mostrar una visión racional del asunto cuyo objetivo sea informar (más allá de conseguir que el 100% de la población haga lo que queramos que haga). Cuando en los medios de comunicación aparezcan textos como los de Enrique Gavilán, Sergio Minué o Rafa Cofiño (y compañeros); sólo entonces el acto de crear comisiones en las que poder "proponer cosas" realmente podrá ser tomado como un acto de real participación ciudadana [mucho más bonito que decir "empoderar"] y de gobierno abierto.
que se puede encontrar en la página de la Junta de Andalucía y que destaca, como logro en la apertura participativa de las instituciones el dar voz a los ciudadanos en la proposición de nuevos cribados poblacionales así como en la modificación de los ya existentes.
Así mismo, fue también a principios de semana cuando llegaron a mi tres textos (uno por segunda vez):
1 (y 2). Debate en el British Medical Journal sobre si la variable que se debe utilizar en los estudios sobre cribados ha de ser la mortalidad total o la mortalidad específica por el cáncer objeto de cribado.
- A favor del uso de la mortalidad total.
- A favor del uso de la mortalidad cáncer-específica.
3. Maleficiencia en los programas de cribado. [en especial el capítulo de Teresa Queiro titulado "La información a las mujeres invitadas en los programas de cribado de cáncer de mama".]
Esto viene a mostrar que hay, cuanto menos, cierta controversia a la hora de presentar datos a los médicos (debate del BMJ) y a la población (en el caso del cáncer de mama).
Cuando la información que llega a la población sobre cribados y actividades preventivas siempre se difundan bajo la consigna de "más es mejor" y "más vale prevenir que curar", sin mostrar una visión racional del asunto cuyo objetivo sea informar (más allá de conseguir que el 100% de la población haga lo que queramos que haga). Cuando en los medios de comunicación aparezcan textos como los de Enrique Gavilán, Sergio Minué o Rafa Cofiño (y compañeros); sólo entonces el acto de crear comisiones en las que poder "proponer cosas" realmente podrá ser tomado como un acto de real participación ciudadana [mucho más bonito que decir "empoderar"] y de gobierno abierto.
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