"La sanidad nunca puede ser rentable..." dijeron millones de personas antes de intentar argumentar qué grado de pérdida económica podía ser aceptable asumir con un sistema de salud.
Lo que parece que olvidamos es responder a la pregunta "¿desde qué perspectiva hablamos de rentabilidad?".
Los sistemas sanitarios deben trabajar por la búsqueda de una forma de funcionamiento que maximice su rentabilidad... su rentabilidad social.
La disminución de prestaciones y cobertura de aquellos individuos que aportan económicamente al sistema sanitario mucho menos de lo que se supone que consumen responde a una visión de la rentabilidad como variable "empresarial", esto es, el sistema sanitario, en este caso, considera que esos pacientes suponen una lacra para el funcionamiento eficiente de su engranaje económico desde el punto de vista de la propia organización, sin tener en cuenta que, en ocasiones, grandes constructos como los sistemas sanitarios tienen una influencia que va más allá de los individuos sobre los que actúa, haciéndose notar en el total de la sociedad como conjunto.
Los sistemas sanitarios, especialmente cuando hablamos de aspectos tan importantes como el modelo de dichos sistemas, deben gestionarse desde una perspectiva social, abriendo el foco.
Hace un par de años ya nos hicimos eco de estas "10 razones para una perspectiva social en la evaluación económica de innovaciones tecnológicas" (Jönsson B. Ten arguments for a societal perspective in the economic evaluation of medical innovations)... en aquel momento estábamos hablando de innovaciones tecnológicas, pero consideramos que se adecúa en mayor medida (aún) a la evaluación de medidas del calado social de la reforma sanitaria que estamospadeciendo experimentando:
Y es que los recortes que pueden sentar bien al "sistema sanitario" pueden no sentar nada bien a la población que forma la sociedad en la cual existe ese sistema.
Nuestro sistema sanitario tenía (porque sigo hablando del Sistema Nacional de Salud que teníamos, no del Instituto Nacional de Previsión que parece que hemos recuperado en estos meses) multitud de focos de ineficiencia que atajar y reformas estructurales que realizar sin vulnerar la universalidad y trabajando por la equidad de la atención sanitaria; propuestas no han faltado, pero pocas son las que se han tenido en consideración.
Yo seguiré repitiendo que "Un sistema sanitario SÍ puede ser rentable. Socialmente rentable"... un concepto de rentabilidad mucho más allá que el que parece simbolizar esta imagen:
Lo que parece que olvidamos es responder a la pregunta "¿desde qué perspectiva hablamos de rentabilidad?".
Los sistemas sanitarios deben trabajar por la búsqueda de una forma de funcionamiento que maximice su rentabilidad... su rentabilidad social.
La disminución de prestaciones y cobertura de aquellos individuos que aportan económicamente al sistema sanitario mucho menos de lo que se supone que consumen responde a una visión de la rentabilidad como variable "empresarial", esto es, el sistema sanitario, en este caso, considera que esos pacientes suponen una lacra para el funcionamiento eficiente de su engranaje económico desde el punto de vista de la propia organización, sin tener en cuenta que, en ocasiones, grandes constructos como los sistemas sanitarios tienen una influencia que va más allá de los individuos sobre los que actúa, haciéndose notar en el total de la sociedad como conjunto.
Los sistemas sanitarios, especialmente cuando hablamos de aspectos tan importantes como el modelo de dichos sistemas, deben gestionarse desde una perspectiva social, abriendo el foco.
Hace un par de años ya nos hicimos eco de estas "10 razones para una perspectiva social en la evaluación económica de innovaciones tecnológicas" (Jönsson B. Ten arguments for a societal perspective in the economic evaluation of medical innovations)... en aquel momento estábamos hablando de innovaciones tecnológicas, pero consideramos que se adecúa en mayor medida (aún) a la evaluación de medidas del calado social de la reforma sanitaria que estamos
1. Una perspectiva social es necesaria para la toma de decisiones sociales.2. Una perspectiva social en la evaluación económica es el enfoque clásico para estudiar el beneficio social de las inversiones; también se utiliza para determinar el beneficio en salud en las inversiones realizadas en otros sectores de la economía.3. Si los beneficios en salud se valoran desde una perspectiva social, igualmente debería hacerse con los costes. Ha sido ampliamente estudiado que la evaluación económica debe incluir todos los potenciales efectos en salud: positivos y negativos (efectos secundarios).4.Una perspectiva restrictiva en el lado del pagador llevará a la toma de decisiones subóptima acerca de la distribución de recursos, afectando a la eficiencia dinámica y estática.5. Estudios empíricos confirman el riesgo de la toma de decisiones subóptimas basadas en una visión parcial de los beneficios.6. La perspectiva del pagador no se puede definir de forma consistente sin una perspectiva social; además, los AVAC (- años de vida ajustados por calidad, una medida habitual en los estudios de coste/utilidad -) tampoco tendrían una definición consistente.7. La medición e interpretación de los AVAC es problemática si se excluyen los costes externos.8. Una perspectiva presupuestaria restrictiva es inconsistente con la toma de decisiones basadas en la voluntad de pagar por AVACs.9. Las perspectivas de pagadores específicas deben valorarse en el contexto de una perspectiva social.10.Una perspectiva social promueve una discusión pública informada y la toma de decisiones democráticas, así como facilita la colaboración internacional.
Y es que los recortes que pueden sentar bien al "sistema sanitario" pueden no sentar nada bien a la población que forma la sociedad en la cual existe ese sistema.
Nuestro sistema sanitario tenía (porque sigo hablando del Sistema Nacional de Salud que teníamos, no del Instituto Nacional de Previsión que parece que hemos recuperado en estos meses) multitud de focos de ineficiencia que atajar y reformas estructurales que realizar sin vulnerar la universalidad y trabajando por la equidad de la atención sanitaria; propuestas no han faltado, pero pocas son las que se han tenido en consideración.
Yo seguiré repitiendo que "Un sistema sanitario SÍ puede ser rentable. Socialmente rentable"... un concepto de rentabilidad mucho más allá que el que parece simbolizar esta imagen:
Imagen extraída de: http://bit.ly/J8rVpj |
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