"El retrato de la pobreza sería una mujer africana" era una frase que en más de una ocasión escuchamos, algunos de los que escribimos por aquí, pronunciar a nuestra idolatrada
Itziar Ruiz-Giménez, pero esa identificación de la mujer como foco de pobreza y desigualdad se traslada también a los países enriquecidos... y dos artículos recientes abordan cómo se relacionan los factores socioeconómicos, el género y algunas variables de salud...
De opresión socioeconómica y percepciones de salud
En el artículo llamado "¿Es posible que la inseguridad financiera y el trato condescendiente expliquen la mayor prevalencia de pobre autopercepción de salud de las mujeres respecto a los hombres? Un estudio transversal de base poblacional en Suecia" (
enlace al artículo completo) el objetivo del estudio no es tanto investigar las diferencias en la autopercepción de salud entre las diferentes clases socioeconómicas, sino ver si las mujeres en situación de inseguridad financiera (uno de los factores más determinantes de los
techos de cristal con los que se encuentran las mujeres en nuestra sociedad en muchos casos) mostraban una mayor diferencia en la autopercepción de salud respecto a los hombres que en el caso de seguridad económica (idem para trato condescendiente).
Los resultados resaltados por los autores del trabajo dicen:
- La prevalencia de mala autopercepción de salud fue de 7.4% entre las mujeres y 6.0% entre los hombres.
- La Odds-ratio para mala autopercepción de salud frente a buena autopercepción de salud fue de 1.29 (IC 95% 1.17-1.42); estas diferencias se mantuvieron como estadísticamente significativas al ajustarlas por edad, nivel educativo y presencia de enfermedad de larga duración; sin embargo, esa diferencia desaparecía cuando se ajustaba por inseguridad financiera y por trato condescendiente.
De modo que se concluye en el trabajo que:
- Las mujeres tienen el mismo nivel de autopercepción de salud si gozan de la misma seguridad financiera y no son tratadas de modo condescendiente.
De cómo las mujeres sufren más las discapacidades que los hombres (all around the world, baby)
En el artículo "Determinantes sociales de las diferencias de sexo en la discapacidad entre adultos: un análisis de varios países utilizando la Encuesta Mundial de Salud" (
enlace al artículo completo) se analizaron datos de 57 países (y más de 60.000 personas mayores de 50 años) para tratar de identificar las diferencias de género en la distribución de la discapacidad y ver cómo los factores socioeconómicos influían en dicha distribución. Las distribución por edades es la siguiente:
pudiéndose ver en el artículo una pormenorización de las distribuciones según otros factores. Las conclusiones más destacadas son:
- Entre los mayores de 50 años, la prevalencia de discapacidad fue de un 40.1% en mujeres y 23.8% en hombres.
- El bajo nivel educativo y el status económico se correlacionaron con una mayor prevalencia de discapacidad tanto en hombres como en mujeres.
- Un 45% de las diferencias de discapacidad entre hombres y mujeres se vio explicada por la diferente distribución de los factores socioeconómicos entre los dos géneros. El 55% restante se vería explicado por la forma en la que estos determinantes sociales influyen en cada género a la hora de producir discapacidad.
Los recortes que SÍ dañan la salud de las mujeres.
Son dos estudios que resaltan cómo la estructura de la sociedad daña la salud de las mujeres. En un artículo reciente del blog
Punts de vista se hablaba de cómo una eventual eliminación del programa de detección precoz de cáncer de mama mediante mamografías sería un recorte que atentaría contra la salud de las mujeres. Sobre la utilidad (o no) de las mamografías para el diagnóstico precoz de cáncer de mama ya hemos hablado aquí
con anterioridad, llegando incluso a
ser puesta como ejemplo de actividad que podría estar suponiendo un derroche económico y una agresión contra las pacientes que pasan por ese proceso de cribado.
Es una pena que los datos que llegan a la población hagan que sobreestimen los efectos de técnicas como la mamografía (imprescindible la lectura de
este artículo de
Enrique Gavilán) y se infravalore el poder que la estructura de la sociedad y las relaciones entre sus miembros (relaciones de poder, everywhere) tienen sobre la salud de las mujeres, condenándolas a un papel que, aunque se haya modificado en las últimas décadas, tiene muchos techos de cristal que no desaparecerán si seguimos confundiendo el
big ticket con el
small ticket
[prepararemos unos cuantos artículos sobre cómo mantener una visión crítica de lo que se avecina con la "remodelación" de la cartera de servicios sanitarios sin caer en el maniqueísmo... pero hay que hacerlas con cuidado y buena letra]