[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]

28.10.14

Tu voz más alta son tus pies...

Hoy, día en que leemos que, según datos del INE, 2 561 543 personas han emigrado dejando España desde el año 2009, leemos la carta que os ponemos a continuación de un compañero de esos que uno querría que se quedaran por aquí cerca para que la reconstrucción (o la construcción de algo distinto, sin "re") fuera posible...

Al extranjero o dentro del país pero a otras regiones la imposibilidad para construir un futuro (medianamente) estable donde uno tiene sus raíces se hace imposible -aún cuando sabemos que no es el nuestro el sector más castigado, lo cual no quita para denunciar lo que tenemos-.

Que vaya bien allá por donde vayas, Tomás.



En los dos últimos años y medio he firmado unos 20 contratos, de dos meses de duración en el mejor de los casos, pero generalmente de uno. He trabajado los días que mis compañeros más veteranos no estaban o en sus periodos de vacaciones, pero nunca de una forma ordenada y lógica ni para mí ni para mis pacientes. He sido amenazado con no renovar si no seguía criterios bastante alejados de la buena labor asistencial. Cómo se trabaja para cuadrar estadísticas, pero no pensando en qué cosas debe correrse y en cuáles deben esperar. He sido, contra mi voluntad, cómplice de un trabajo mal hecho.En ese tiempo me he puesto nervioso el último día de cada mes mientras esperaba si me renovaban o no. He visto como otras compañeros no eran renovados, obligados a limitar su trabajo a las guardias o como no se les daba el sitio que merecían en sus servicios, ahora pérfidas UGCs. He visto como muchos de ellos se marchaban. O como otros, entre los que me incluyo, han tenido que pluriemplearse porque el sueldo de un médico en Andalucía es menos de la mitad de lo que se cobra en cualquier parte de España. He visto como aquí la universidad o la investigación están cerradas para el que no es un estómago agradecido o familia de alguien. 
En este tiempo he escrito amargas quejas en ese muro sobre esta situación. Me he sentido profundamente decepcionado por ver a un gobierno que he votado (primero a una de las formaciones que lo integran, luego a la otra) vilipendiar sin piedad al trabajador público en general y sanitario en particular. Esconder tras la excusa de las políticas de Madrid las formas de contratación más duras y humillantes que puedan concebirse. Y mentir. Mentir muchísimo: decir que aquí no se ha echado a ningún sanitario a la calle porque no se les despide, sino que no se les renueva. Contratar a médicos y enfermeros por horas o días. Ofrecer contratos de 12 horas en sitios a 500 kilómetros y penalizar si no se aceptan. Y como estos, miles de ejemplos que conocéis muchos de los que leéis estas líneas.
Y me he cansado. Y una amiga que sabía de mi hartazgo me ha ofrecido un puesto mejor en un otro sitio. Y he aceptado.
El próximo 3 de noviembre comienzo a trabajar en el Hospital XXXXXXXX, en XXXXXXXX. Me marcho ilusionado y contento por hacerlo a un sitio nuevo, grande, lleno de proyectos y con unas condiciones laborales dignas. Pero no puedo negar que dejar aquí a mi familia y a mis amigos me da muchísima pena.
Espero veros a todos con la mayor frecuencia posible. Y a los médicos y enfermeros que leéis esto os animo, sin duda alguna, a huir de las garras del Servicio Andaluz de Salud en cuanto podáis. Nada va a mejorar si seguimos sin hacer nada. Y como dice un amigo, "Tu voz más alta son tus pies".
Un beso a todos.
Tomás Toledo.

26.10.14

El gorila invisible y el sistema sanitario.

En su libro El gorila invisible Christopher Chabris y Daniel Simons describen un experimento consistente en hacer a la gente ver el siguiente vídeo siguiendo las instrucciones de contar cuántos pases da el equipo vestido de blanco.



Una vez visto el vídeo, preguntaban a la gente cuál había sido el número de pases que habían contado y acto seguido les preguntaban si habían visto el gorila que había atravesado la pantalla, permaneciendo en ella durante 9 segundos. Aproximadamente la mitad de las personas que vieron el vídeo no repararon en la presencia del gorila y, además, se mostraban reacios a reconocer la posibilidad de no haberlo visto -una vez se les hacía ver su error-.

Como dice Daniel Kahneman en su libro Pensar rápido, pensar despacio:
El estudio del gorila ilustra dos hechos importantes relativos a nuestras mentes: podemos estar ciegos para lo evidente, y ciegos además para nuestra ceguera.
¿Existen esos gorilas en nuestro sistema sanitario? ¿Hay cosas que inexplicablamente no estamos viendo porque nuestra atención está puesta en ver cómo unas personas se pasan la pelota?

En sanidad, el equipo blanco dando pases sería aquello para lo que los trabajadores sanitarios reciben algún incentivo -más o menos formal-, mientras que el gorila son esos aspectos grandes, enormes, que siguen atravesando las consultas sin que nadie repare en ellos.

El ébola, la vacunación frente a la gripe, la gripe en sí, el control de la hemoglobina glicosilada de los pacientes diabéticos, el cribado de hipercolesterolemia en población adulta sin otras comorbilidades, las revisiones del niño sano, las enfermedadescrónicas -todo junto y una a una, sin mezclarlas- ..., todo eso son jugadores vestidos de blanco pasándose la pelota de unos a otros mientras todos los miembros del sistema sanitario se fijan en ellos y cuentan sus pases.

Los pacientes complejos (entendidos como aquellos en los que la interseccionalidad deja su huella), las personas sin hogar, los dolores múltiples sin causa orgánica identificable, los malestares, las cosas a las que no se puede dar respuesta en soledad pero sí en común, la participación real del individuo y la comunidad en el diseño y guía del sistema sanitario,... todo eso son gorilas que están ahí, pasan por delante de nosotros pero no los logramos identificar... y cuando nos dicen que no los hemos identificado simplemente decimos que era porque no estaban ahí.

[Recordamos que siempre queda gente que se da cuenta de que el gorila pasa por ahí... la gente del PACAP, por ejemplo... y su encuentro en noviembre --> http://www.pacap.net/pacap/ ]

24.10.14

Los cuidados, debajo de la alfombra.



Radicalizar los cuidados es, para mí, situarlos en el centro mismo de todas  las cosas. En el centro de nuestras vidas, por supuesto; en el centro de la organización social también, pues para que de verdad puedan ocupar el centro de nuestras vidas es imprescindible que ocupen el centro de la organización social; y también en el centro de las reflexiones éticas o políticas, para que no andemos tan perdidos cuando intentamos entender las cosas. Situarlos en el centro no es un capricho: el centro es su lugar natural, el lugar que les pertenece de hecho y del que han sido expulsados. Ojo, que no digo yo que esa expulsión haya sido un proceso histórico: es posible que en ningún sitio, en ningún momento, hayan ocupado verdaderamente el centro, el lugar que merecen. Los cuidados han estado tradicionalmente en manos de las mujeres y puede que, por eso mismo, hayan tendido a ocupar un lugar subalterno en la mayor parte –si no en todas– de las sociedades existentes, patriarcales como han sido. Pero eso no significa que el centro no sea su auténtico lugar, si atendemos a lo que sabemos sobre nosotros mismos. 
Carolina del Olmo, Radicalizar los cuidados

La marginación (o "periferización" -perdón por la patada al diccionario-) de los cuidados a nivel social tiene su correlato en el mundo sanitario. Lo podemos ver en la visión que se proyecta sobre los cuidados en salud (y los cuidados en el sector sanitario) en las series y películas en las que aparecen, y lo podemos observar más allá de la ficción.

El omnipresente ébola tiene, entre otros análisis posibles, uno relacionado con la función de cuidados del personal sanitario involucrado en el tratamiento de los pacientes infectados. Es la gente que toca, pincha, ayuda a asearse,..., al paciente la que más en contacto está con él. Es esa gente a la que se dedican palabras grandilocuentes cuando se infecta para pasar a un quinto plano cuando llega el desenlace. Ese momento, el de la "salvación" (o no) -porque las palabras grandilocuentes son una constante del lenguaje sanitario- es heroicamente copado por los médicos y -en menor medida- las médicas. Lo comenta Juan F. Hernández en su blog:
Pero cuando se produce una curación... es la medicina la que aparece únicamente en escena. Y eso es simplemente obsceno e injusto, por parte de los responsables de comunicación y también de los propios médicos que saben que no existe más mérito técnico-científico que en otras situaciones similares en las que todo se juega a vida o muerte sin demasiados recursos terapéuticos.
La transición epidemiológica -junto a otros aspectos como el bienestarismo- han contribuido a que dejáramos de hablar tanto de "cantidad de vida" y habláramos más de "calidad de vida". Paradójicamente, ese cambio de foco no hizo que se reconfiguraran las relaciones entre las profesiones sanitarias (entre ellas o con la sociedad), de modo que los cuidados no han ganado peso en relación al protagonismo que se les asigna en la dirección y comunicación del sistema sanitario, por mucho que su contribución a la consecución del objetivo del sistema sanitario como garante de la funcionalidad del individuo sea -o deba ser- creciente.

Dice Carolina del Olmo en el párrafo que hemos citado que " Los cuidados han estado tradicionalmente en manos de las mujeres y puede que, por eso mismo, hayan tendido a ocupar un lugar subalterno en la mayor parte". Muy probablemente aquí se encuentre uno de los hilos (fundamentales) de los cuales tirar para entender el porqué de la marginación de los cuidados en la dirección y liderazgo del sistema sanitario. La política no es más que medicina a gran escala (como decía Virchow), y los relatos de la sociedad tienen su correspondencia bastante fiel en el ámbito de la salud y la sanidad.

Como dijimos recientemente por aquí:
La frase de Akassa Hull "All the women are white, all the black are men, but some of us are brave"podría tener su homología sanitaria en "Todos los sanitarios son médicos, todos los enfermeros son hombres, pero algunas de nosotras somos valientes".

16.10.14

Las esclavas darán a luz a esclavos


Leíamos esta semana que los dos gigantes de Silicon Valley (ese lugar con nombre de mansión de villano de Marvel) ofrecen a sus empleadas la posibilidad de congelar sus óvulos para posponer sus embarazos a una etapa de menor exigencia laboral y así cumplir con los objetivos profesionales y familiares.

Ante este tipo de noticias en la redacción de MédicoCrítico* solemos frotarnos las manos, incluso cuando resultan ser virales. Lo tiene todo: grandes corporaciones odiosas e irresistibles, fervor neoliberal, "nuevas formas de entender el mundo (antiguamente conocidas como jugar a ser dios)", exaltación de las diferencias de género ligadas a la única diferencia objetiva, la capacidad de gestación... Cualquier noticia controvertida que implique a la mujer y a las mujeres tendrá además su respuesta automática, la lucha sororicida entre las facciones antipatriarcales. Hay una tendencia popular a entender que esta inquina de fuego amigo dentro del movimiento feminista (abolicionistas vs reglamentaristas, feministas de la diferencia vs feministas de verdad de la igualdad) es lesiva o signo de debilidad; sin tener en cuenta que quizá sea lo lógico dentro del movimiento que se enfrenta a un enemigo de 10.000 años de edad, contra el que todavía es necesaria la guerra de guerrillas atacando desde mil puestos distintos, a veces aparentemente enfrentados. Como si la controversia que genera una medida en torno a los úteros del capital fuera lesiva para quien defiende a ese curioso envoltorio que suelen tener los úteros. Nada más lejos. Esa controversia sólo señala el lugar donde se libra la batalla contra el patriarcado asentado dentro de nuestras propias cabezas. Y de eso va este post.

De entrada surge que es un gesto honesto dentro las normas de juego en las que reinan Apple y Facebook. La maquinaria neoliberal que convierte a las personas en productos de consumo ofrece elección de consumidoras a las trabajadoras, que pueden comprar garantía** biológica de hijos sanos, y así comprarse el pack vida profesional+familiar entregando a la Corporación (en adelante Umbrella) no sólo su plusvalía sino su eterno agradecimiento. Otro latigazo de la esclavitud blanda.

Surge a continuación rechazar de plano esta medida puesto que perpetúa la mentalidad vigesimónica (del s.XX, para quien le cuesten los neologismos) de que para que una mujer desarrolle su carrera profesional debe convertirse en hombre***. Que lo justo es una política que concilie (palabra grimácea donde las haya) el desarrollo profesional y el familiar, sin que sea la trabajadora la que experimenta la renuncia. Que en esta vida no se puede tener todo, en efecto, pero es Umbrella la que debe renunciar, entendiendo que no ha de tener esclavos sino trabajadores.

Pero con furia fractal surge otro rechazo; parece que si uno quiere defender el derecho de los humanos, particularmente de los humanos mujeres, a escoger el momento en el que quieren llevar a cabo sus hitos biográficos, colectivamente se tiende a asumir que lo prioritario es lo gestacional. No en vano se habla de "desarrollo profesional vs desarrollo personal". Como si para una mujer no pudiera ser igual de personal el llevar adelante su vocación laboral como criar a sus vástagos. Ante la duda lo personal es lo físico, porque tu sueño de construir puentes levadizos, querida, no es personal. Aunque estemos defendiendo a rabiar tus intereses como mujer, eso de construir puentes sigue teniendo connotación prescindible. Que queremos que hagas las dos cosas, trabajar y reproducirte, pero lo primero es lo primero.

Siguiente rizo. Ya hemos dicho en ** que la garantía biológica de hijo sano es cuestionable, pero sin duda surge otra cuestión. En nuestra inopinada defensa de los derechos de las mujeres también surgirá el pensar en cómo será la crianza de los niños con padres añosos. Cómo harán esos adolescentes, que ya lo tienen difícil de por sí con unos padres de unos 40 cuando les toquen padres de 60. Las brechas generacionales, las incomprensiones o las distintas fuerzas de un humano de 30 para levantarse ante un lactante insomne vs las que malconserve un humano de 50. Crítica colectiva a la capacidad colectiva de criar y educar. Cuando uno se sienta detrás de una mesa de psiquiatría infantil**** constata una cosa. Que si hay algo que hace daño a los niños y a los adultos que les descubren el mundo es la tonelada de asunciones y exigencias externas con las que les toca lidiar.

Cojamos esta rama, que tiene flores. La parentalidad se desarrolla ante cada nuevo hijo soportando la carga de miles de generaciones anteriores; la infancia de cada hijo se condiciona por la infancia que tuvieron sus padres y cómo fueron criados por sus propios padres, lo cual les permite construir la imagen de qué padres quieren ser ahora, sea por imitación o por oposición. A su vez los padres de los padres construyeron su parentalidad en torno a su propia infancia, con sus propios padres... y así eslabón por eslabón, en columnas entrecruzadas que se retraen a la noche de los tiempos, cimentando las culturas y las sociedades. Muchas de estas columnas, sanas y vivas van creciendo sólidas. Otras sin embargo, dañadas y vapuleadas se sostienen clavándose contra cada generación nueva, arrastrando maldiciones no-precisamente-mágicas. Esas columnas, cuya carga vertical se hace insoportable acusan como ninguna los golpes laterales que les proporciona cada momento social. Sois demasiado mayores. No sabéis hacerle estar callado. Le consentís demasiado. Pasáis demasiado poco tiempo con él. Tiene que obedeceros ciegamente, porque lo importante no es que desarrolle autocontrol y eso le permita tomar sus propias decisiones cuando sea adulto; lo importante es que lleve desde Infantil un sello de excelencia que haga que Umbrella lo quiera contratar. No contentos con las columnas verticales pretendemos una columna horizontal que presione a todos los padres-madres jóvenes, a todos los padres-madres añosos, a todas las madres trabajadoras; uniformando, aplicando más presión de miles de elementos. Sin entender que cada mujer es un mundo, cada crianza es un mundo, cada generación ya trae suficiente presión y generalización vertical como para añadirla por los laterales. Las columnas sólidas lo soportan. Las columnas dolorosas se retuercen y quiebran bajo esa presión.

Salgamos y miremos de nuevo el paisaje.
Umbrella repugna, pero no es la repugnante. Son las normas de juego neoliberales las que colocan a Umbrella en esa posición dentro de la cual su movimiento congelaóvulos es perfectamente coherente. Un sistema redondo y estable como el neoliberal (concretamente una bola de pinchos que se estabiliza clavándose en la carne de sus esclavos) sólo puede nutrirse de un sistema aún más estable y redondo, mucho más arraigado en la historia, en las columnas familiares, en tu propio pensamiento. De ese otro sistema también somos esclavos. Las respuestas de rechazo mantienen de fondo el considerar a los úteros en su conjunto. A los padres en su conjunto. A los trabajadores con útero como uno solo.

Nos encanta esta noticia. Porque no aporta nada nuevo respecto a Umbrella o al neoliberalismo. Pero en el rechazo que te genera puedes palpar toda la mierda patriarcal que te remueve. Puedes palpar cómo subrepticiamente estás opinando qué es lo que deben hacer las mujeres (como si fueran sólo una), por qué deben hacerlo, cuál es en el fondo su prioridad vital y cómo y cuándo debe ser la crianza de sus hijos. Eso que está detrás de tu rechazo es pus patriarcal, y te está avisando de cómo drenarlo.




*compuesta por unos 50 flamencos picoteando sobre máquinas de escribir y un mono en velocípedo que nos trae café
** lo de la garantía es relativo, ya lo saben ustedes, pero para disquisiciones celulares váyanse a pubmed que aquí nos aburren
*** insistimos, la única diferencia real entre hombres y mujeres es que unos pueden gestar y otros no. A los que se revuelvan diciendo "pero somos diferentes, yo soy sensible, visto de rosa, conduzco prudente y escucho a Pablo Alborán" le contestaremos que nos parece muy bien que haya tragado con toda la impronta cultural que le han metido, pero que entienda que no tiene absolutamente Nada que ver con sus cromosomas. Bueno, nos parece bien salvo lo de Pablo Alborán, que es un drama con entidad propia.
**** detrás de una mesa de psiquiatra de adultos se acaba constatando exactamente lo mismo, no se vayan a creer, solo que uno siente que llega con décadas de retraso.  

9.10.14

MANOS ARRIBA, ESTO ES UN ENCUENTRO!

El próximo 21 de Noviembre tendrá lugar el XVI Encuentro del Programa de Actividades Comunitarias de Atención primaria (PACAP) en Madrid. Como cada año, el PACAP abre un espacio de reflexión y trabajo sobre la Salud Comunitaria. En tiempos de recortes y tijeretazos, es importante seguir creando espacios y momentos donde construir, repensar y hacer real una Atención primaria con una dimensión más comunitaria. EL PACAP se convierte así en ese lugar en el que trazar líneas para la acción que atraviesen de forma transversal  esta otra manera de entender la salud. Este año el encuentro estará dedicado a la Formación para la Acción en Salud Comunitaria.
¿Por qué formación en salud comunitaria? La formación es el pilar sobre el que se construyen l@s profesionales sanitarios. Si queremos mantener la comunitaria viva, debemos plantear unas líneas básicas sobre las que formarnos y formar a otr@s. Para ello, se ha estructurado el encuentro en dos fases:
Una primera fase online, en la que se ha abierto un espacio de debate previo en la página del PACAP en la que discutir cuáles deben ser las líneas maestras de la formación en comunitaria. Para ello, personas expertas han realizado tres documentos en torno en lo que consideramos los tres pilares de la acción educativa: el saber (conocimientos), el ser (actitudes) y el hacer (habilidades). A partir de ahí, se construirán los documentos de los que partirá el debate presencial, incorporando vuestras aportaciones y reflexiones. De esta forma se conformará una propuesta conjunta realizada de manera participativa entre tod@s. Puedes leerlos y empezar a hacer tus aportaciones (hasta el 9 de Noviembre) en este enlace.
Una segunda fase presencial en la que compartir inquietudes, dudas y experiencias sobre formación y salud comunitaria. En esta contaremos con una conferencia inaugural seguida del espacio de debate. Este espacio de debate partirá de los diálogos previos y tendrá como objetivo trazar estrategias para la formación para la acción en salud comunitaria. Simultáneamente al espacio de debate, se realizarán 3 talleres: ¿Qué se de mi barrio?, ¿Cómo escribo algo de mi experiencia comunitaria para que me lo publiquen? Y ¿De dónde se saca el tiempo para la comunitaria? Con ellos aprenderemos a conocer el barrio para mejorar la atención en AP, a escribir artículos sobre experiencias comunitarias y a vencer las resistencias que siempre surgen en AP respecto a la comunitaria. Posteriormente, habrá dos mesas de experiencias, una dedicada íntegramente a experiencias de formación en comunitaria y otra dedicada a experiencias de promoción de la salud en general. Por último, como gran cierre se realizará una actividad participativa con sorpresa incluida!! Puedes consultar el programa aquí.
Pero esto sería posible sin la presencia y la participación de tod@s. Por eso, te invitamos a que, no sólo participes en el debate, sino también a que mandes tus experiencias en Salud Comunitaria antes del 3 de Noviembre pinchando aquí.

El XVI Encuentro del PACAP se convierte así en una jornada en la que tod@s somos protagonistas, abriendo un espacio a la reflexión y debate en la que la salud comunitaria sea el elemento central. Un sitio en el que compartir inquietudes, experiencias… un sitio en el que construir el presente y futuro de la Salud Comunitaria.



7.10.14

10. Notas breves sobre ébola y su gestión.

(notas escritas a vuelapluma en el lado americano del Atlántico, desde un teléfono móvil y con una conexión a internet algo precaria).

1. En medicina no existe el "riesgo cero". Esto es una condición fundamental para poder comunicar temas de salud pública, pero especialmente para gestionar sistemas sanitarios en un momento de crisis.

2. En el caso de España y la repatriación de los dos hombres infectados, en su momento no estaba desaconsejada (sino más bien todo lo contrario) por el CDC y la OMS. Muchos podemos pensar que abordar la crisis desde la dedicación de recursos para el fortalecimiento de los sistemas locales de los países originariamente afectados (montar/dotar en Liberia centros de tratamiento, por ejemplo) era lo óptimo, sin embargo de ahí al "que el misionero que muera lejos" (estilo Manuel Vicent en El País) hay algo más de un paso.

3. Parece que hemos querido jugar en la liga de los países avanzados (ateniéndonos a sus recomendaciones de repatriación, por ejemplo) con un sistema sanitario no dotado para ello en ciertas situaciones (inexplicable que Médicos Sin Fronteras pueda estar años trabajando en zonas de brote de ébola sin tener ningún sanitario infectado y que aquí en el segundo caso ya lo tengamos).

4. Tendrá que haber dimisiones, pero (contrariamente a lo que creo que es opinión mayoritaria) no tengo claro que Ana Mato deba dimitir hoy. Mato no pinta nada y no debe pintar nada, tampoco en lo relativo a llevarse la atención a raíz de una dimisión. La emergencia de salud pública internacional ya afecta a España y el baile de ministros (y carguitos compañeros) no creo que toque ahora. Ana Mato debe dejar claro que se va a ir, pero que ahora va a dejar trabajar (y liderar) a la gente que no va a tomar decisiones en función de las fotos que necesite para ganar elecciones.

5. Repetimos hasta la saciedad que "España tiene un sistema sanitario para tratar pacientes agudos no crónicos", pero vamos a volver a ver que ni siquiera eso. Pocas cosas hay más agudas que una enfermedad infecciosa como el ébola y el pánico que trae consigo... A ver qué tal se da.

6. El caso autóctono de ébola en España es una mujer y es auxiliar de enfermería. Ya lo comentamos aquí a raíz de un artículo en Diagonal, el ébola en África tiene una distribución de género brutal... Similar a la que tiene la distribución de los cuidados en nuestro sistema sanitario.

7. Si antes decíamos que el riesgo cero no existe, hay otra cosa fundamental que hay que saber: "LA GENTE" NO CUMPLE LOS PROTOCOLOS Y ESO NO SÓLO ES CULPA DE "LA GENTE". Un protocolo tiene que ser coherente con las exigencias del reto que se plantea y tiene que conseguirse que la gente lo siga. Habitualmente los protocolos en materia de control de infecciones no fallan por problemas en la identificación de la fuente o vía de contagio (como he podido leer que insiniabam en algún texto del HuffPost, creo), sino porque la adherencia de los profesionales suele ser baja (en gran parte porque no tienen los conocimientos, los medios o la adecuación de las infraestructuras para ello).

8. El control a posteriori de los contactos con los pacientes infectados ha fallado. Al parecer se mandó de vacaciones a una persona con fiebre y que había tenido contacto con uno de los fallecidos. Identificar a quien tomó esa decisión es sencillo... Tan sencillo como simplista, porque habrá que ver en qué contexto (de presiones, protocolos y recomendaciones "informales") se tomó esa decisión.

9. El daño que las decisiones de Ana Mato y su ministerio han hecho a la salud de la población española (presente y futura) es mayor de lo que el ébola dañará (esperemos). No dejemos que se refugie detrás de un desastre puntual cuando lleva años sembrando (RD16/2012,destrucción de políticas de igualdad, desaparición de sanidad en los temas de aborto, disminución desde el gobierno central de la cuantía de las transferencias sanitarias,...).

Y 10. No disparemos al pianista. En sanidad las decisiones micro se toman en una consulta con información parcial y exigencia de actuación inmediata. Según siga el brote los sanitarios que trabajan al pie de la población se verán sometidos a un escrutinio pormenorizado de sus decisiones y a un juicio a posteriori de las mismas. Exijamos a los responsables de las decisiones macro (con menor exigencia de inmediatez pero mayor repercusión de sus consecuencias) que faciliten el trabajo de los sanitarios, que rindan cuentas ante la población y que, una vez solucionada la papeleta, salgan por donde debieron salir hace mucho tiempo. Controlar un brote es el resultado de coordinar múltiples decisiones técnicas, una vez hecho eso, que dejen que sean otros los que sigan tomando las decisiones políticas.