[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]

24.3.13

FNAC, seguros médicos privados y la defensa de los servicios públicos

Recientemente hemos podido leer en diversos medios de comunicación que la empresa FNAC había anunciado que iba a tomar diversas medidas sobre sus trabajadores; las dos medidas que más presencia han tenido en dichos medios son la reducción salarial del 15% y la eliminación del seguro médico privado que la empresa pagaba a sus trabajadores.
Tras la amenaza de huelga la empresa se echó para atrás (como podemos leer en este artículo de Diagonal), instaurando una especie de copago para el mantenimiento del seguro médico privado.
Durante estos días hemos podido ver cómo desde sectores de izquierdas se ha alzado la voz contra las medidas anunciadas por FNAC, defendiendo a capa y espada el seguro médico privado como ¿derecho? de los trabajadores de la empresa, sorprendiéndonos la falta total de cuestionamiento de este aspecto.

Intentando caminar un poco más allá del caso concreto de FNAC y sus trabajadores, trataremos de responder a algunas preguntas que se nos han planteado estos días:

1. ¿Es el seguro médico privado un "beneficio social" o podríamos considerarlo un robo al trabajador?
Que una empresa privada pague un seguro médico privado a sus trabajadores constituye una expropiación de parte de los salarios de estos y su conversión en forma de (falsa) "prestación social", siendo una excusa para no darle al trabajador una cantidad que le tendría que ser pagada por su trabajo y que se convierte en un producto (por el cual, mediante la contratación colectiva, la empresa consigue desgravaciones fiscales) cuyos beneficios sobre el trabajador no sólo no están claros sino que no se le da información veraz y real (más allá de la propaganda).
El seguro médico privado y los beneficios que se publicitan por parte de sus defensores y las empresas que los ofertan (que suelen ser los mismos, con algún conflicto$ de int€r€$) ahondan en la concepción de la salud como producto.

2. ¿En qué se diferencia el seguro médico privado de la prestación pública sanitaria financiada por impuestos?

Alguien podría decir "me parece bien lo que dices, pero también considero que el pago de impuestos para financiar el sistema público de salud es una expropiación de mi salario y preferiría que no se hiciera y ya me busco yo la vida".
La diferencia entre ese planteamiento y el que realizamos nosotros en el punto anterior es que: 1) El sistema nacional de salud financiado por impuestos juega un papel de redistribuidor de riqueza (en forma de salud) que ningún sistema privado podría aspirar a representar; 2) El sistema nacional de salud trata de prestar servicios de acuerdo a las necesidades del ciudadano "asegurado" (como se dice ahora, Mato mediante), mientras que en el caso del sistema privado de seguros se presta asistencia según el pago realizado, acrecentando la Ley de cuidados inversos; 3) La salud (así como la educación, aunque a algunos les cueste más ver esto) tiene un componente de bien social que escapa a otros/los bienes de mercado, de tal modo que el fallo en la disminución de las inequidades que se devendría de la institución a gran escala de un sistema de aseguramiento (laboral y con menores prestaciones) incurriría en un empeoramiento de la salud a nivel global... el ejemplo en el que estamos pensando es ese en el que tú estás pensando también, sí.

3. ¿Es el aseguramiento privado una forma eficiente de organizar la prestación sanitaria?

Lo cierto es que en nuestro país no se ha escrito demasiado acerca de este tema, pero merece la pena invertir un rato en leer el artículo "A propósito del aseguramiento privado", de Vicente Ortún [enlace al texto completo] para hacer un acercamiento certero al tema.
La coexistencia de sistemas de financiación privada (seguros médicos pagados por las empresas o por los particulares) y financiación pública tiende a perjudicar al funcionamiento del sistema público de salud que a mejorarlo, produciendo algunas paradojas como un aumento de las listas de espera (Carolyn, J., et al How Does Private Finance Affect Public Health Care Systems? Marshaling the Evidence from OECD Nations, 29(3), 359–396 -texto completo-). Esto, además de ir en contra de las recurrentes declaraciones que nos llegan desde la sanidad privada donde se habla de los grandes beneficios de la coexistencia de ambos sistemas y de las grandes cantidades de dinero que el sistema público se ahorra gracias a la acción del privado (y que comentamos en este blog a raíz de una entrevista a Juan Abarca Cidón).
Es por ello que socialmente no deberíamos permanecer ajenos a estas prácticas, dado que parecen tener efectos sobre el sistema sanitario que financiamos mediante nuestros impuestos.
Un aspecto que habría que comentar es el de las prestaciones donde el Sistema Nacional de Salud no llega... especialmente las prestaciones de salud bucodental... en nuestra sociedad podemos identificar a los pobres mirándoles la boca, por ello el reclamo debería ir hacia la financiación de las actividades de salud bucodental dentro de los servicios públicos de salud, eliminando otras prestaciones ineficientes

4. ¿Y qué decimos de los funcionario y el sistema MUFACE?
Pero, claro, en España esto de los seguros médicos privados no es sólo cosas de las empresas privadas; en nuestro país tenemos un sistema de aseguramiento mediante pólizas para funcionarios que es pagado con dinero público; se trata de MUFACE, MUGEJU e ISFAS.
Esto es, con dinero público pagamos un sistema de aseguramiento que, como hemos comentado antes, no parece ser mejor que lo que disfruta el resto de la población mediante el Sistema Nacional de Salud y, además, lo mantenemos alejado de cualquier recorte (como comentó, con datos duros en la mano, Juan Simó en su blog).
Lo verdaderamente chocante es ver cómo los defensores de los trabajadores (los sindicatos), cuya defensa de los servicios públicos (vectores de redistribución de la riqueza hacia la clase trabajadora) deberíamos darla por sentada, se manifiestan repetidas veces en favor de la perpetuación del sistema tipo MUFACE (ejemplos: 1 y 2) a la par que critican otras medidas de calado similar
No vamos a comentar nada más al respecto del modelo MUFACE de financiación y prestación de servicios porque estamos preparando algunos artículos al respecto con datos jugosos...

Vemos a empresarios queriendo quitar seguros médicos privados y a trabajadores y sindicatos unidos para mantenerlos... y es entonces cuando no acabamos de entender nada...

23.3.13

Formándo(nos) en salud comunitaria...

Cuando los médicos de familia y comunidad empiezan a serlo con todas las letras (esto es, terminan la residencia y consiguen el título de especialistas) suelen pensar que aún tienen muchas lagunas formativas... unos piensan que deberían dominar la ecografía, la cirugía menor o el manejo del paciente politraumatizado para enfrentarse a los accidentes de coche que puedan  sobrevenirle en su ejercicio profesional.

Sin embargo, pocos son los que destacan como preocupante la alarmante carencia de formación sobre cómo llevar a cabo actividades de participación comunitaria o de promoción de la salud.

La semana que ahora acaba Enrique y yo dimos un curso de Salud Comunitaria a algunos tutores y unos cuantos residentes de medicina familiar y comunitaria de Sevilla. Utilizamos materiales, presentaciones y métodos docentes de algunos ilustres como Rafa o Juan Luis, y repetimos aquello de que
Tu código postal es más importante para tu salud que tu código genético

Un médico de familia que ve la salud en términos de clínica biomédica y obvia los determinantes sociales (y, al obviarlo, renuncia a colocar al paciente en un contexto e intentar actuar sobre el mismo) es un médico más incompleto que uno que desconozca el ecógrafo u otras habilidades técnicas que no son parte constitutiva fundamental de la especialidad.

... leamos el editorial de este mes de la revista Atención Primaria, que algo nos dirá al respecto...

...y visitemos los materiales sobre Salud Comunitaria alojados en el blog homónimo.

22.3.13

No más lágrimas patrocinadas


Por Enrique Gavilán (@enriquegavilan)

Los pequeños detalles cuentan. Son los que definen a las personas, los que nos hacen reconocer a los demás como lo que son, los que proporcionan carácter a los espacios en los que trabajamos o nos movemos en la intimidad. Un músico, por ejemplo, dota a sus canciones de arreglos que son inconfundiblemente suyos, aunque casi nadie sepa definir cuál es en definitiva su estilo. Igual sucede con la cocina: los mismos ingredientes, las mismas recetas, pero la comida de nuestra madre no es comparable a nada en el mundo. Algo tiene que lo hace singular, único, diferente, aunque sea casi invisible a nuestros ojos. Intuitivamente estos detalles nos hablan de una persona y de su forma de entender el mundo, acercándonos a ella o haciéndonos sentir repulsión: es algo casi emocional, y como tal resulta difícil definirla con palabras.
La consulta de un médico es nuestro hábitat natural. Ahí pasamos la mayor parte de un día de trabajo, a veces más incluso que el propio descanso nocturno o que el tiempo que dedicamos a la vida familiar. Dicen mucho de cómo es el médico la disposición de la mesa y la camilla de exploración, la orientación de la pantalla del ordenador, el porcentaje de espacio que representan los espacios que ocupan médico y paciente. Pero también los detalles, como la planta de calathea que conservamos en la puerta de la consulta a pesar del criterio del inspector jefe (que considera que puede ser fuente de infecciones y de tétanos) y que es regada y adecentada diligentemente por las mujeres que frecuentan el consultorio. Al igual que los pacientes llegan a reconocer estos detalles como parte del ecosistema de la consulta y llegan a intuir en base a ellas cómo es su médico aun sin conocerlo, también forman parte del curriculum oculto que impregna la enseñanza que un residente/estudiante recibe en su estancia docente.
La importancia de estas “pequeñas grandes cosas” no es ajena a los políticos y gerentes, que promueven la instauración de planes de humanización que convierten el mimo por estos detalles en indicadores sometidos a programas de incentivación, deshumanizando con ello las buenas intenciones, sin quererlo, paradójicamente. Tener pañuelos de papel para aliviar las penas de los desconsolados, por ejemplo, no es criterio de calidad habitual en estos planes. Y debiera serlo ya que denota sensibilidad y respeto por el sufrimiento ajeno. En épocas de desaliento y desesperanza como la actual, lo habitual es echar mano de ellos casi todos los días, varias veces. Y el solo gesto de ofrecerlos hace que la cara del desangelado cambie y encuentre un alivio, aunque sea por unos minutos. A la lágrima sucede rápidamente un atisbo, avergonzado, de sonrisa: ¡valió la pena dar el dichoso pañuelo!
Pero no vale cualquier caja de pañuelos: no los que regalan los comerciales de los laboratorios, lo siento. No más lágrimas patrocinadas, por favor. Perdemos credibilidad, sin saberlo, cuando ofrecemos pañuelos con el logotipo de un laboratorio que vende antidepresivos, cuando firmamos una receta con un bolígrafo con el lema de una estatina, o cuando permitimos que un cartel que ofrece consejos para evitar la osteoporosis, con propaganda de un laboratorio que comercializa un bifosfonato, adorne las paredes de la sala de espera de nuestra consulta. Si damos por escrito, en un papel con membrete de la marca de un nuevísimo ARA-II, las pautas para tomar los medicamentos para la tensión, entre los cuales está el propio fármaco promocionado, a continuación cortamos la consulta para atender a un comercial (“viajantes”, los llaman los pacientes, rememorando a los vendedores de crecepelo y otros remedios mágicos que iban de pueblo en pueblo hace decenios) y la semana siguiente nos ausentamos para ir a un congreso médico a gastos pagos, estamos lanzando mensajes demoledores, tanto a pacientes como a estudiantes/residentes.
Estudios cualitativos dicen que la adherencia a las recomendaciones baja cuando los pacientes son conscientes de que el médico conchaba con los laboratorios. También la confianza en la relación médico-paciente se ve menoscabada, aunque los pacientes, prudentes, no nos lo hagan saber. Y que todos nos sentimos más reconfortados cuando en la consulta del médico hay una plantita que no solo adorne sino que aporte luz, al igual que un niño se siente más dispuesto cuando el despacho de un pediatra está lleno de dibujos infantiles en vez de carteles con imágenes de niños rubios imposibles de una marca de leches comerciales.
No más lágrimas patrocinadas, por favor. No más consultas como boxes de una escudería de fórmula uno, llenas de logotipos de marcas patrocinadoras.

A Javier Padilla, Médico de Familia y Comunidades mitad madrileño mitad andaluz, promotor de la idea de los pañuelos para lágrimas no patrocinadas como indicador de calidad de las consultas de atención primaria.

15.3.13

Medicina crítica e independiente: El sesgo de publicación, un síntoma de una enfermedad que amenaza a la práctica basada en la evidencia.

"Según los estudios disponibles en la literatura científica blablablablabla"...
y es en ese momento cuando alguien levanta la mano y pide hacer dos preguntas muy simples:
- ¿Quién financiaba esos estudios?
- ¿Esos estudios representan a la totalidad de los trabajos de investigación sobre ese tema o ha habido algún criterio "extra" que seleccionara qué se publicaba y qué no?
Sudores fríos y balbuceos... eh... esto... "algunas publicaciones son incluso del New England, no de cualquier sitio"...
y con esta alusión al argumento de autoridad creyó salir airoso del tema.

Los estudios financiados por la industria farmacéutica son más tendentes a producir resultados positivos.

Se han llevado múltiples estudios para analizar qué tipos de resultados se asocian al financiador de los estudios científicos; todos coinciden en señalar que los estudios con financiación de la industria farmacéutica es más probable que muestren resultados a favor de los fármacos estudiados que los financiados por otras entidades. [nota 1]

Según el artículo "Outcome reporting among drug trials registered in clinicaltrials.gov" publicado en 2010 en Annals of Internal Medicina [enlace al resumen], los estudios que tenían financiación de la industria farmacéutica publicaban resultados positivos en mayor proporción que los que carecían de esta financiación (81% frente a 61.2%, p=0.013); además, los estudios con financiación de la industria farmacéutica tardaban más tiempo en sacar sus resultados a la luz (publicación durante los primeros 24 meses tras la finalización del estudio: CON financiación de la industria = 32.4% SIN financiación de la industria = 56.2%. Resumiendo, los estudios con financiación de la industria farmacéutica tenían más probabilidad de publicar resultados positivos y menor probabilidad de publicar sus resultados en los 2 primeros años tras la finalización del estudio.

Otro texto interesante a este respecto es "Factors associated with findings of published trials of drug-drug comparisons: why some statins appear more efficacious than others", publicado en 2007 en la revista PLoS [enlace al texto completo]. En este trabajo se muestra cómo los trabajos ensayos clínicos aleatorizados con financiación de la industria farmacéutica se asocian con la presentación de resultados favorables al fármaco experimental (OR=20.16 IC95%:4.37-92,98).

¿Cómo es esto posible? ¿Cómo puede ser que los estudios tengan distintos resultados según quién los financie? La respuesta es sencilla, basta con medir aquello que sabes que va a resultar favorable a tus deseos, con independencia de que esto esté más o menos relacionado con la salud de los pacientes; los estudios con financiación pública muestran más tendencia a medir variables como la mortalidad o el tiempo libre de discapacidad, mientras que aquellos con financiación de la industria tienden a medir más variables intermedias (tema del que también hablaremos en otros artículos de esta serie). Los estudios con resultados negativos tienen menos probabilidad de ser publicados que los que tienen hallazgos positivos.

En un capítulo del libro Bad Pharma, se relata cómo unos investigadores de las universidades de Yale y Cambridge se propusieron revisar los resultados de todos los estudios sobre medicamentos antidepresivos que hubieran sido registrados ante la FDA (Food and Drugs Administration) entre los años 1987 y 2004. Encontraron 74 estudios (con un total de 12.500 pacientes), de los cuales 38 presentaban resultados positivos (favorables al fármaco estudiado) y 36 con resultados negativos.
Posteriormente, decidieron ver cuántos de esos estudios se habían publicado en revistas científicas, obteniendo los siguientes resultados: 37 de los estudios con resultados positivos habían sido publicados mientras que sólo 3 de los que tenían resultados negativos lo habían hecho; además, de los 33 estudios restantes con resultados negativos había 11 que se habían presentado "disfrazando" los resultados de hallazgos positivos relevantes (mediante algunos trucos que veremos en entregas posteriores de esta serie).
Resumiendo, un médico que fuera a prescribir un antidepresivo y quisiera saber la verdadera eficacia de estos según los estudios llevados a cabo se encontraba con dos panoramas distintos:

  • la ciencia publicada: 48 estudios positivos, 3 estudios negativos.
  • la realidad (silenciada): 38 estudios positivos, 36 estudios negativos.
Esto que hemos comprado es tan solo una cara del sesgo de publicación; otros estudios sobre este tema concluyeron lo siguiente:
  • Dickersin (1997): los resultados estadísticamente significativos tienen el doble de probabilidad de ser publicados.
  • Bardy (1998): estudios con resultados positivos se publicaron en un 47% mientras que los que tenían resultados negativos sólo en un 11%.
  • Cronin E (2004): estudios con financiación pública en Reino Unido se publicaron de forma equiprobable con independencia del tipo de resultados que arrojaran.
Otro ejemplo más reciente de este sesgo de publicación lo podríamos observar en relación con la vacuna del papiloma humano. En un reciente artículo publicado en la revista Current Pharmaceutical Design, llamado " Human Papillomavirus (HPV) Vaccines as an Option for Preventing Cervical Malignancies: (How) Effective and Safe?" [enlace al texto completo] se analizaron todos los ensayos clínicos aleatorizados llevados a cabo sobre la vacuna del virus del papiloma humano, utilizando los datos centralizados del comité asesor de vacunas de la FDA; encontraron que existen sesgos de publicación por notificación selectiva de ciertos resultados a la hora de ser presentados en revistas científicas; así mismo, al analizar los datos de la base de datos de la FDA los resultados sobre la eficacia de la vacuna se mostraron mucho más modestos que lo publicado en múltiples publicaciones en revistas de alto factor de impacto. 

En la actualidad existe una iniciativa importante para que se hagan públicos los resultados de todos los ensayos clínicos realizados, con independencia de los resultados o intereses detrás de estos. Se trata de "All trials registered"


Individuos e instituciones pueden adherirse a la petición que comienza así:
Ha llegado el momento de que todos los ensayos clínicos sean publicados. Los pacientes, investigadores, farmacéuticos, doctores y entidades reguladoras de todo el mundo se verán beneficiados con la publicación de resultados de los ensayos clínicos. Estés donde estés, por favor, firma la petición.
A esta iniciativa  se han unido instituciones oficiales, así como empresas privadas, incluyendo a alguna gran empresa framacéutica como GlaxoSmithKline, mientras que otras como Roche han afirmado su intención de NO adherirse (la ocultación de datos por parte de Roche en relación con su medicamento Tamiflú -oseltamivir- ha sido uno de los detonantes para la aparición de esta iniciativa).
El medicamento como bien social...

Hace unos meses Roche manifestó su decisión de interrumpir el suministro de fármacos antineoplásicos a los hospitales griegos debido a los impagos (ver noticia); lo que hemos comentado anteriormente nos debería llevar a hacer dos reflexiones:

1- Si la financiación de la I+D básica es principalmente de titularidad pública, mientras que la I+D de investigación aplicada (ensayos clínicos fase III, por ejemplo) es de financiación privada, los resultados del proceso final de las investigaciones aplicadas descansan sobre un lecho de propiedad pública (no legalmente pero sí "moralmente"). Recomendamos la lectura de "¿De quién son los medicamentos? Por una moratoria a la participaciónd e investigadores y pacientes en ensayos clínicos patrocinados por Roche", publicado por No Gracias.
2- El ánimo de lucro y la inversión en I+D no autoriza a la industria farmacéutica a ocultar datos que, en la mayoría de las ocasiones, se han obtenido con una implicación mayor o menor de fondos y recursos públicos.

Como publicó Nature hace unas semanas "Government mandates that taxpayer-funded reserach be freely available within 12 months"


[nota 1] Cuando se presentan estos datos es común escuchar a alguien argumentar que si la industria farmacéutica no investigara etc (no vamos a repetir ese argumento porque de tan manoseado resulta cansino); sólo dos matices:
- Según datos de Farmaindustria, los porcentajes de inversión en I+D según financiador son como sigue:
- La inversión en I+D (o en lo que sea) no capacita a nadie para falsear o manipular datos.


Bibliografía.


  1. Goldacre B. Bad Pharma.
  2. Bourgeois FT, Murthy S, Mandl KD. Outcome reporting among drug trials registered in clinicaltrials.gov. Ann Intern Med 2010;152(3):158-166 [enlace al resumen] 
  3. Bero L, Oostvogel F, Bachetti P, Lee K. Factors associated with findings of published trials of drug-drug comparisons: why some statins appear more efficacious than others. PLoS Med 2007;4(6):e184 [enlace al texto completo]
  4. Tomljenovic L, Spinosa JP, Shaw CA. Human Papillomavirus (HPV) Vaccines as an option for preventing cervical malignancies: (How) effective and safe? Curr Pharm Des. 2013;19:1466-87. [enlace al texto completo]

La serie "Medicina crítica e independiente" constará de los siguientes artículos (se aceptan sugerencias):

  1. ¿Podemos confiar en los resultados de los artículos científicos publicados?
  2. El sesgo de publicación, un síntoma de una enfermedad que amenaza a la práctica basada en la evidencia.
  3. ¿Qué actores intervienen en la práctica clínica y qué intereses representa cada uno?
  4. ¿Qué principios generales deben regir la formación independiente y cómo conseguir ponerlos en práctica?
  5. ¿Cómo hacer que no nos vendan la moto: herramientas estadísticas para comprender los datos más fácilmente manipulables?
  6. Nosotros y la industria (farmacéutica, del diagnóstico,...)... ¿un conflicto inevitable?
  7. Concluyendo: ¿es posible la autoformación en tiempos de infoxicación?

14.3.13

Cuanto perdimos

Tanto escándalo, tanto balbuceo de Cospedal y tan clamorosa ausencia de Arenas nos están haciendo olvidar que además de robar, este gobierno está tomando medidas muy
dañinas cuyas consecuencias pueden sentirse durante años si no lo evitamos.
Esta ley de engañoso titulo, abre la puerta a medio plazo para la mayor involución que sufrirá nuestro sistema sanitario y el estado del bienestar en su historia: la transformación de un sistema de cobertura universal financiado mediante impuestos generales a un sistema de seguridad social con aseguramiento solo para los trabajadores que coticen.
Pero a corto plazo, las repercusiones inmediatas de esta ley son dejar sin cobertura sanitaria a los inmigrantes en situación irregular dejándolos abandonados a su suerte.
 Synechia Films

De todo esto hemos hablado ampliamente en este blog, aquí, aquí o aquí

De lo que os quiero hablar hoy es de "Cuanto ganamos, cuanto perdimos", un documental de Synecchia Films (productora "especializada en Salud Internacional, Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo") y Médicos del Mundo que aborda el tema desde los testimonios de primera mano de inmigrantes que se han visto en esta situación, representantes de asociaciones y responsables políticos.
El estreno está previsto para principios de abril, pero para hacer este proyecto posible, han recurrido a la microfinanciación o crowdfunding. SI siempre has querido ser productor y te interesa el proyecto, puedes colaborar en esta página.


Estamos deseando ver el resultado.

13.3.13

El Corte Inglés, la sanidad privada y tu operación favorita


Así empieza la noticia que se puede leer en Europa Press, señalando que este proyecto "busca descongestionar las listas de espera del SNS y abrir la sanidad privada a la población".

No pretende ganar dinero, no; es puro altruismo para salvar el Sistema Nacional de Salud.

El mantra de que la sanidad privada disminuye el gasto sanitario del sistema público es una de esas frases que intenta convertirse en verdad a base de repetirla muchas veces, pero no parece que haya evidencia empírica que apoye esa afirmación. Como comentamos en un artículo en el que desmenuzábamos una entrevista a Abarca-Cidón (el que sale en la foto, a la izquierda), ante la frase del representante de la sanidad privada donde decía que cada persona con seguro privado era una bendición para el sistema público de salud, nosotros repetimos que:


¿Una bendición? ¿Algún texto que confirme esa afirmación? En un texto que hemos comentado en este blog en ocasiones anteriores (Carolyn, J., et al How Does Private Finance Affect Public Health Care Systems? Marshaling the Evidence from OECD Nations, 29(3), 359–396 -texto completo-) donde se estudió cómo interaccionaban la financiación sanitaria pública y privada en diversos sistemas sanitarios se afirmaba 
Como se desarrolla profundamente en el texto, en países en los que coexistan sistemas de financiación sanitaria pública y privada, esta última es más probable que dañe al sistema sanitario público que lo contrario. [recomendamos la lectura del artículo completo]. Así que, en vez de repetir hasta la saciedad la frase del teórico ahorro de la privada para la pública estaría bien publicar algún estudio que apoyara esos datos (no nos vale la autopublicación en una folleto-autofelatorio).
[Gracias a los comentarios de este post añado el artículo "A propósito del aseguramiento privado" de Vicente Ortún como texto claro y conciso al respecto de este tema.]
"a resort to private finance is more likely to harm than to help publicly financed systems"
La salud se convierte cada vez más en un bien de mercado, y dentro de nada podremos ir a nuestro centro comercial de confianza para comprar una operación de cataratas a nuestro abuelito por su 85 cumpleaños...

...y además le diremos "toma, abuelo, que además así ayudamos a la sostenibilidad del sistema sanitario público".

No tenemos nada contra el ánimo de lucro (aparte de que suponga muertes cuando se asocia a los sistemas sanitarios), así que preferiríamos que estas cosas se vendieran (sí, del verbo "vender") como lo que son, y no como salvasistemassanitarios.

12.3.13

Medicina crítica e independiente: ¿Podemos confiar en los resultados de los artículos científicos publicados?

"Por qué la mayoría de los hallazgos de investigación publicados son falsos" Ése es el provocativo título que da nombre al artículo más leído de la historia de la revista PLoS Medicine.

En él se plantea que en torno a 2/3 de los artículos científicos que encontramos en la literatura científica nos muestran hallazgos que, en realidad, no están de acuerdo con la realidad.  No se trata de engaños por parte de los investigadores (la buena fe de los mismos vamos a presuponer, de momento), sino de condiciones de los experimentos científicos, el análisis estadístico y la interpretación de los mismos, que llevan a que lo que tomamos por inmutablemente cierto no lo sea.

Uno de los aspectos básicos que determina este hecho es la investigación de asociaciones/relaciones cuya probabilidad preprueba (la probabilidad de que una asociación sea cierta antes de realizar un determinado experimento, que correspondería a la probabilidad según el conocimiento disponible). Para entender este fenómeno sería recomendable comprender algunos aspectos básicos de estadística bayesiana, brillantemente plasmados Luis carlos Silva en su artículo "El enfoque bayesiano: otra manera de inferir" y por xkcd en la siguiente viñeta:




En su artículo, Ioannidis plantea 6 aspectos que podrían estar relacionados con la certeza de los hallazgos científicos de una publicación:

  1. A menor tamaño muestral, menor probabilidad de que lo publicado sea cierto. Por otro lado, podríamos añadir que si leemos un estudio que precisa de un elevado tamaño muestral para conseguir diferencias estadísticamente significativas (con modestas magnitudes del efecto/asociación) entonces es que, aunque sea una relación cierta es probable que su relevancia clínica sea pequeña.
  2. A menor magnitud del efecto, menor probabilidad de que lo publicado sea cierto. El efecto del tabaco sobre el cáncer o las enfermedades cardiovasculares tiene unas cifras de riesgo relativo entre 3 y 20, mientras que las asociaciones entre ciertos marcadores genéticos y el desarrollo de enfermedades multifactoriales tiene cifras de riesgo relativo en torno a 1.1-1.15; como señala Ioannidis, el aumento de la búsqueda de asociaciones de baja magnitud incrementará la publicación de hallazgos científicos que no sean realmente ciertos.
  3. A mayor número de asociaciones "testadas", menor probabilidad de que lo publicado sea cierto. Incluso mediante la aplicación de correcciones estadísticas para comparaciones múltiples (por ejemplo, la corrección de Bonferroni), dado que las comparaciones múltiples suelen llevar aparejada una disminución de la probabilidad preprueba de que la asociación sea cierta.
  4. Cuanto mayor flexibilidad en el diseño del estudio, mayor probabilidad de que aparezcan sesgos y errores.
  5. Cuanta más gente haya investigando (y publicando) en ese campo, menor probabilidad de que lo publicado sea cierto. Un ejemplo reciente lo tenemos en el caso de la interacción entre omeprazol y clopidogrel, que hizo que aparecieran datos contradictorios de forma encadenada durante meses.
  6. Cuanto mayor sean los conflictos de interés (económicos, principalmente, pero también académicos y de otro tipo), menor es la probabilidad de que lo publicado sea cierto. Este punto lo desarrollaremos con más calma y detalle en la próxima entrega de esta serie, cuando hablemos del sesgo de publicación.
En el ámbito de la salud, probablemente el gran problema al que nos enfrentamos en la actualidad no es tanto la coincidencia de los resultados publicados con la realidad, sino la relevancia clínica de los mismos...

... pero esto lo veremos en próximos posts...



Bibliografía.


  1. Ioannidis J. Why most published research findings are false. PLoS Med 2005;2(8):e124 doi:10.1371/journal.pmed.0020214 [texto completo]
  2. Silva LC, Benavides A. El enfoque bayesiano: otra manera de inferir. Gac Sanit 2001;15(4):341-6 [texto completo]
  3. Oficina de evaluación de medicamentos. Servicio extremeño de salud. ¿Es clínicamente relevante además de estadísticamente significativo? 2012 [texto completo]


La serie "Medicina crítica e independiente" constará de los siguientes artículos (se aceptan sugerencias):

  1. ¿Podemos confiar en los resultados de los artículos científicos publicados?
  2. El sesgo de publicación, un síntoma de una enfermedad que amenaza a la práctica basada en la evidencia.
  3. ¿Qué actores intervienen en la práctica clínica y qué intereses representa cada uno?
  4. ¿Qué principios generales deben regir la formación independiente y cómo conseguir ponerlos en práctica?
  5. ¿Cómo hacer que no nos vendan la moto: herramientas estadísticas para comprender los datos más fácilmente manipulables?
  6. Nosotros y la industria (farmacéutica, del diagnóstico,...)... ¿un conflicto inevitable?
  7. Concluyendo: ¿es posible la autoformación en tiempos de infoxicación?

10.3.13

El lado oscuro de la medicina de familia

En los últimos días me acompaña en la consulta una estudiante de 3º de medicina. Resulta un ejercicio muy estimulante no solo de docencia sino casi más de aprendizaje y autoanálisis, de lo que hacemos y de cómo lo hago.

El primer día que vino fue un lunes. Los lunes son malos para tener un estudiante y para casi todo. La gente consulta no solo por los problemas que les han surgido el día antes, sino los tres antes. Se acumulan los partes de baja de los pacientes que tienen que renovarla el fin de semana. Y por supuesto, a todos los pacientes que han sido atendidos de urgencia les han dicho que los tiene que revisar su médico, haga falta o no.
El resultado es una consulta saturada, sin mucho tiempo para comentar nada y muy burocrática, entre partes, recetas e informes que se interponen entre nosotros y los pacientes.
Y encima, no salimos a hacer ninguna visita
La estudiante, encantadora, agradecida y muy bien educada, me dijo que le había resultado muy interesante y que había aprendido mucho. Pero yo se que en el fondo se fue pensando que vaya trabajo de mierda tenemos, que lo que siempre había oído de los 5 minutos por paciente es una triste realidad y que estamos enterrados en papeleo. 
Y pensé que era verdad, que vaya mierda de consulta, que así es imposible trabajar y que lo que hacemos no sirve para nada.

El segundo día que vino no era lunes. Últimamente tenemos la consulta tranquila, así que incluso tuvimos citas sin ocupar y más tiempo para dedicarle a cada paciente, para enterarnos bien de lo les preocupa, como iba aqeullo que nos consultó la última vez y preguntarle al final ¿y algo más que quiera contarnos?.
Y para comentar entre uno y otro, comentar pacientes y hablar de medicalización, de prevención cuaternaria y de determinantes sociales de salud.
Vino un paciente con una epicondilitis que no había mejorado con reposo y analgésicos y lo citamos para hacerle una infiltración. Explicamos a una chica joven que no tenía necesidad de ir al ginecólogo para una revisión rutinaria y que lo único que necesitaba era una citología que le haríamos nosotros. Y la estudiante vio que no todo es hacer papeles.
Acudieron 2 pacientes  "malos", una con una arritmia que le hacía asfixiarse y que todavía sigue ingresada y otro con problemas varios cardiológicos y neurológicos que se desmayó en la sala de espera, una autentica "emergencia". Y la estudiante vio con sus propios ojos que cuando los pacientes consultan por patología orgánica no es siempre por un catarrito. 
Atendimos a una paciente de las habituales, de ochentaytantos, con múltiples achaques pero un animo a prueba de bomba y nos contó 2 chistes guarros, uno de ellos que incluía una cabra.
Nos contó otra entre lágrimas que a su marido de treintaypocos que lleva 3 años luchado contra un cańcer metastásico  le han dado el alta los oncólogos porque no van a realizar más tratamiento activo y quedamos con ella en ir a verlos a casa en 2 días
Y la estudiante probablemente se dio cuenta de que nuestra relación con el paciente es diferente.
Vinieron 2 pacientes con problemas sociofamiliares importantes a los que he estado citando en consultas programadas y que habían hecho algunos progresos, y la estudiante entendió que no siempre las consultas duran 5 minutos.
Y cuando acabamos la consulta, después de llamar a un paciente al que había atendido el día antes para preguntarle como estaba con el tratamiento que le había puesto y a la médica de hospitalización domiciliaria para hacerle una visita conjunta al paciente joven del cáncer, nos fuimos a atender a 2 pacientes en su domicilio mientras le explicaba las características del barrio. Y la estudiante pudo aprender que la medicina no se ejerce sólo en la consulta.
Cuando se iba a su casa, me volvió a decir mas o menos lo mismo que la vez anterior, que había sido muy interesante y que había aprendido mucho, pero esta vez se le notaba en los ojos que era verdad. 
Y yo pensé que tengo el mejor trabajo del mundo, que tengo el raro privilegio de entrar en la vida de la gente desde el nacimiento a la muerte y ser testigo de sus alegrías y sus miserias y hacer una labor maravilloso aliviando los dolores del cuerpo y del alma. 
Y pensé en lo triste que es que en mayo acabe la residencia y me vea abocado en el mejor de los casos a ser un jornalero de la medicina de familia, una sustiputa (Rober Sanchez dixit) sin cupo atendiendo a desconocidos y mis consultas sean todos los días consultas de lunes.

8.3.13

Medicina crítica e independiente: esbozando una serie de artículos

El otro día publicamos "El espíritu crítico como forma de confrontar una medicina que está podrida", con una presentación acerca de la necesidad de mantener el espíritu crítico y la independencia formativa como guías de nuestra práctica profesional en el ámbito sanitario y, en nuestro caso concreto, en la práctica médica.

En estos días vamos a comenzar a desarrollar algunos de los aspectos tratados en dicha presentación de forma más pausada y detallando la bibliografía correspondiente, y continuaremos con algunos artículos a lo largo de las próximas semanas.

La serie "Medicina crítica e independiente" constará de los siguientes artículos (se aceptan sugerencias):


  1. ¿Podemos confiar en los resultados de los artículos científicos publicados?
  2. El sesgo de publicación, un síntoma de una enfermedad que amenaza a la práctica basada en la evidencia.
  3. ¿Qué actores intervienen en la práctica clínica y qué intereses representa cada uno?
  4. ¿Qué principios generales deben regir la formación independiente y cómo conseguir ponerlos en práctica?
  5. ¿Cómo hacer que no nos vendan la moto: herramientas estadísticas para comprender los datos más fácilmente manipulables?
  6. Nosotros y la industria (farmacéutica, del diagnóstico,...)... ¿un conflicto inevitable?
  7. Concluyendo: ¿es posible la autoformación en tiempos de infoxicación?

La mujer (trabajadora) y sus roles en la salud

Hoy es un día de esos que debería ser más de luchar y reivindicar que de felicitar; unos de esos días en los que descubrir el verdadero pensamiento de muchos que decidirán ser ocurrentes con un "¿y cuándo es el día del hombre?" o similares.

No vamos a hablar sobre el día en si ni sobre sus orígenes (porque para eso ya está el artículo de Filósofa frívola) sino de algunos aspectos relacionados con la mujer y la salud en nuestros días.

La mujer como producto.

Autobuses en plazas de pueblos haciendo densitometrías del calcáneo para sensibilizar (yunapolla) sobre la osteoporosis, suplementos de salud en revistas de y para mujeres donde se habla de lo importante de cuidarse, famosas que nunca se han movido por nada que no fuera sacar la cartera del bolsillo y de repente son furibundas activistas contra las pérdidas de orina...

Esas cosas que describimos en el post "Señora, usted es el producto" y para las cuales podríamos trazar un marco genérico (aplicado al tema de la osteoporosis en este caso):


Cuando mucha gente se "preocupa" por colmar a alguien de atenciones sanitarias acercándole de forma "gratuita" y "desinteresada" un medio diagnóstico es porque el verdadero producto en ese intercambio es el paciente... la paciente en este caso (y ese femenino predomina cuando de medicalización se trata)

La mujer como instrumento.

Formas de controlar a la población hay muchas, como hay de dejar bien claro que los ciudadanos son seres irresponsables e ignorantes incapaces de tomar decisiones independientes y formadas en favor de sus propias vidas.

Recientemente leíamos la noticia de que Uruguay obligará a las mujeres entre 40 y 59 años a realizarse una mamografía bianual como requisito para permitirles seguir trabajando [ver enlace a regulación legislativa]. En un ejemplo de lo que se ha venido a llamar "salud persecutoria" (recomendamos leer el artículo "La salud persecutoria", de Castiel LD y Álvarez-Dardet C), habiéndose alzado algunas voces en contra de dicha medida.

No sólo se trata de aplicar de forma coercitiva una medida que no ha demostrado tener demasiados efectos sobre la mortalidad de las mujeres que se someten a ella (recomendamos revisar los artículos 1 y 2), sino que se salta por encima de dos principios fundamentales de la bioética (el principio de no maleficencia y, sobre todo, el principio de autonomía). para, teóricamente, mejorar la salud de la población sobre la que aplica la medida, sin compartir con la población la incertidumbre y evitando la responsabilidad de los poderes públicos de brindar a la población información de fácil comprensión e insuperable rigor científico para poder trabajar por la toma de decisiones compartidas e informadas.

En este caso, la mujer no es sino un instrumento para llevar a cabo un tipo de políticas de salud pública que no van encaminadas a mejorar su salud, sino a controlarla.

La mujer como "paciente empoderada".

Comentábamos en nuestro artículo "¿Ese negro murió de injusticia o de desorden?", de forma repetida otorgamos pequeñas concesiones para asegurar la persistencia de ciertas relaciones de poder (relaciones discriminatorias, a fin de cuentas).

En cierto modo, el papel de los sanitarios "empoderando" (odiamos tanto esa palabra que ya nos encanta decirla) a la población remeda esa perpetuación de las relaciones de poder en la que los sanitarios crean una dinámica de "discriminación moderada" de la población, otorgando voz de forma selectiva y médico-céntrica a los colectivos que estiman oportuno y en la forma que ven conveniente.

En el caso de la mujer como paciente empoderada se fomenta el papel de ésta en aquellas enfermedades concretas que pueden tener que ver con la imagen patriarcal y estereotipada que la sociedad tiene de la mujer, esto es, aquellas enfermedades más relacionadas con la mujer como fabricante de miniaturas humanas. No se definen ámbitos de empoderamiento  de la mujer que miren de la enfermedad hacia fuera, definiendo entornos de promoción de la salud sexual (de forma más genérica que colocando una vacuna de dudosa utilidad) o capacitando para la toma de decisiones informadas en ámbitos como los cribados.

La industria montada en torno al "paciente empoderado" nos parece más mercadotecnia que superación del modelo paternalista... y en el caso de la mujer ese parecer lo percibimos con más fuerza...

Tal vez nos hace falta dar poder a la mujer en otros aspectos no sanitarios que repercutirían con mayor fuerza en su salud... como contamos en "Ser mujer en esta sociedad puede ser perjudicial para tu salud"

La mujer como trabajadora sanitaria.

El trabajador sanitario tiene nombre de mujer, incluso aquellos sectores más impermeables a la feminización de la profesión (especialidades quirúrgicas, principalmente); esto no es obstáculo para que se siga manteniendo una estructura profesional fuertemente masculinizada, en la que los jefes de servicio y de sección sigan siendo hombres y donde la precariedad laboral haga que haya mujeres que no puedan ir a llevar sus curriculum en persona en el caso de que estén embarazadas porque si son "descubiertas" (te pillé, estás preñada) no podrían optar al puesto de trabajo.

Del médico se espera que sea traumatólogo y de la mujer pediatra o ginecóloga, para poder explotar al máximo su instinto maternal... pero que lo explote cuando tenga plaza fija (y ovarios convertidos en cintillas, por supuesto).

En nuestro país, que va de moderno y tiene un sistema sanitario público, se reproducen relaciones de poder con sesgo de género.

La mujer como ministra de sanidad. (lo sentimos, pero no podíamos dejar pasar este tuit de @masaenfurecida).




Siempre se ha dicho que las mujeres son el principal agente de salud en una comunidad, partiendo, seguramente, de un enfoque de la salud muy basado en los hábitos de vida; nosotros creemos que esa frase sigue siendo verdad si damos el salto hacia las condiciones de vida y los factores que las determinan.

P.S: Sí, esto lo escribe un hombre, pero siendo consciente de que la propiedad de la lucha feminista es de las mujeres... esto es "sólo" un apoyo... y una adhesión a la siguiente imagen que vimos por internet: 


7.3.13

Tuberculosis y FMI: mirando a Virchow por la mirilla

Cuando un gobierno tiene que pedir un préstamo al Fondo Monetario Internacional (FMI), éste le pone unas condiciones determinadas para dejarle ese dinero. Digamos que es el diálogo sería algo así como:

- Gobierno: Hola, querido FMI, necesito un préstamo.

- FMI: de acuerdo, pero solo si privatizas parte de tu sistema sanitario y educativo.

- Gobierno: perfecto, mientras pueda seguir subvencionando los toros y haciendo la vista gorda con las deudas de los equipos de fútbol me parece un trato justo.

Y entonces es cuando el FMI impone a los gobiernos lo que se denomina un Plan de ajuste estructural (de forma algo más compleja, claro). Esos planes de ajuste suponen la realización de restricciones presupuestarias en materia sanitaria (en forma de recortes o de privatizaciones), lo cual puede tener resultados notables sobre la salud.

En 2008, Stuckler, King y Basu publicaron "International Monetary Fund Programs and Tuberculosis Outcomes in Post-Communist Countries. PLoS Med 2008;5(7)e143"; en él analizaron las variaciones de la incidencia, prevalencia y mortalidad por tuberculosis (TBC) de los países de Europa del Este y antiguos países de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en relación con los préstamos que hubieran pedido al FMI.

¿Por qué mirar a la tuberculosis concretamente? Pues porque existe un buen historial de datos y, además, porque es una enfermedad estrechamente ligada a las condiciones sociales y económicas del país; un empeoramiento de las variables relacionadas con la TBC puede señalar un incremento de la pobreza.

En la siguiente gráfica podemos ver cómo evolucionó la mortalidad por tuberculosis en los países del Este de Europa y ex-URSS que solicitaron préstamos al FMI (doblaron su mortalidad por TBC) y en los que no solicitaron dichos préstamos (disminuyeron casi a la mitad la mortalidad por TBC).



La mortalidad por TBC se relacionó no sólo con la concesión de un préstamo por parte del FMI, sino también con la duración del mismo (R=0.04, Std err=0.01), como se observa en la siguiente gráfica.


Tras la publicación del artículo, el FMI publicó en su web unas alegaciones en las que, básicamente, argumentaba que el estudio adolecía de defectos metodológicos que invalidaban las conclusiones del mismo. Tras leer los argumentos del FMI y el artículo de PLoS Medicine juzguen ustedes qué creen más cierto.

Algunos trabajos de Stuckler sobre la evolución de diversas variables de salud en los países de la antigua Unión Soviética ya los comentamos en este blog en el artículo "¿Són la privatización -y el neoliberalismo- malos para la salud de la población?"; ahí nos hicimos eco del siguiente gráfico, sacado del artículo "Accounting for Scotland’s excess mortality: towards a synthesis":


Tanto el artículo de PLoS como el gráfico que relaciona las variaciones en el índice de libertad económica con las variaciones de la esperanza de vida no pretenden establecer por si mismos verdades incuestionables sobre cómo afecta el capitalismo a la salud de la población, pero constituyen un fondo de armario bibliográfico y empírico para ir entendiendo la salud y la medicina dentro del marco que dibujaba Virchow cuando decía que "la medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina en una escala más amplia".

Si sometiéramos el artículo de Stuckler a la exigencia de pasar los criterios de causalidad de Bradford-Hill [recomendamos el ejercicio] veríamos que esto es algo más que otro ejemplo de que "correlación no implica causalidad" [siempre ilustrado con la imagen del número de piratas y el aumento de temperatura].

(re)leamos a Virchow...

Bibliografía.

  1. Stuckler D, King LP, Basu S. International Monetary Fund Programs and Tuberculosis Outcomes in Post-Communist Countries. PLoS Med 2008;5(7)e143 [artículo completo]
  2. Fondo Monetario Internacional. Respuesta a "IMF programs and tuberculosis outcomes un post-communist countries". (2008) [texto completo]
  3. Kim JY, Millen J, Irwin A, Gershman J (2000) Dying for growth: global inequality and the health of the poor. Monroe (Maine): Common Courage Press.
  4. McCartney G, Collins C, Walsh D, Batty D. Accounting for Scotland’s excess mortality: towards a synthesis. Glasgow: Glasgow Center for Population Health, 2011. [artículo completo]
  5. Segura J. "Salud pública y biopolítica (3): La medicina social, según Virchow" Salud Pública y algo más.
  6. Padilla J. "¿Són la privatización -y el neoliberalismo- malos para la salud de la población?" Médico Crítico.

6.3.13

¿Ese negro murió de injusticia o de desorden?

Yo no soy racista pero...
Nos concedemos el permiso para aplaudir en sus películas a Charlie Chaplin, un medio judío; para admirar a Proust, un medio judío; para aplaudir a Yehudi Menuhin, un judío; y la voz de Hitler la transportan las ondas de la radio bautizadas con el nombre dl judio Hertz [...]. Nosotros no queremos matar a nadie, no queremos organizar ningún pogromo. Pero también pensamos que la mejor manera de dificultar las siempre invisibles acciones del antisemitismo instintivo es organizar un antisemitismo responsable.
[Robert Brasillach; extracto citado en "Primero como tragedia, después como farsa", Slavoj Zizek].

Esta lógica del "antisemitismo responsable" es la misma que subyace a la frase de "yo no soy racista, yo soy ordenado". Y aludiendo al orden se despojó en nuestro país hace poco menos de un año de la asistencia sanitaria a los inmigrantes indocumentados. Muchas voces dijeron que había que mantener la calma porque en el momento de la verdad todo el mundo tendría la asistencia necesaria con independencia de su situación documental... pero al parecer no es así...

Médicos del mundo denuncia que Sanidad excluye a niños extranjeros.
Comunicado de ODUSALUD ante el fallecimiento de Soledad Torrico.

No se trataba de una medida con unas fuertes bases económicas, como ya comentamos en el artículo "Desfinanciando inmigrantes enfermos: efectividad y costes" y, sobre todo, no se trataba de una medida libre de ideología (porque ninguna lo está).

Las historias que nos contamos a nosotros mismos sobre nosotros mismos.

En muchas ocasiones intentamos justificar acciones que, vistas desde un punto de vista lo más aséptico posible, serían negativas o reprobables, dibujando un contexto que sirva de excusa o justificación.

En el caso del RD 16/2012 se dejaba a los inmigrantes indocumentados (y a unos cuantos más, ya que estamos) sin derecho a asistencia sanitaria porque "es necesario poner orden", porque "estamos en un contexto de crisis económica que nos obliga a llevar a cabo decisiones que no querríamos tomar", porque "los turistas europeos vienen de vacaciones sanitarias y no podemos seguir permitiéndolo",...

Esbozamos un constructo de autojustificación más complejo cuanto mayor es la barrabasada que vamos a cometer.

Y así cerramos el círculo...
Después de rechazar justificadamente el racismo populista como "poco razonable" e inaceptable, dados nuestros estándares democráticos, aprueban medidas de protección "razonablemente" racistas... 
[Extracto del libro "Primero como tragedia, después como farsa", Slavoj Zizek].

Dentro de unos años, cuando el paso a un sistema sanitario de tipo Seguridad Social (donde la financiación provenga en exclusiva de las cotizaciones ligadas al trabajo) se complete nos daremos cuenta del calado de medidas que se llevan a cabo disfrazándolas de otra cosa.

"Prefiero la injusticia al desorden" decía Goethe (Ich will lieber eine Ungerechtigkeit begehen als Unordnung ertragen)... y ese parece ser el principio rector de nuestro futuro... si no lo evitamos.

3.3.13

Profecias con pinta de cumplirse

Hace un tiempo (o hace muy poco, según se mire) , cuando era estudiante de 3º de medicina, tuve la suerte de asistir a una charla sobre la especialidad de medicina de familia y comunitaria. La charla se encuadraba en un ciclo muy interesante que organizó el decanato de la facultad para dar a conocer las diferentes especialidades entre los estudiantes. Tuvieron el buen criterio de encargar el "capítulo" de la medicina de familia al gran Pablo Bonal.
No voy a decir que escogí la especialidad por esa charla, probablemente ni siquiera fue determinante. Pero algunas cosas que dijo Pablo en aquella charla se me quedaron grabadas y vuelvo a ellas de vez en cuando.
Uno de sus argumentos era especialmente provocador y no suele ser aceptado como probable cuando lo he comentado con compañeros. Decía el Dr. Bonal que el médico es, ante todo, un profesional de la comunicación con el paciente y que con el tiempo, este sería su rol principal. Históricamente, la razón de ser del médico había sido el diagnóstico y el tratamiento de las diferentes enfermedades, sin preocuparse demasiado de lo que le pareciera al paciente. El epítome de éste tipo de médico (incluso una caricatura) es el televisivo Dr. House.
Sin embargo, en las últimas décadas, el paradigma de la medicina basada en la evidencia junto con otra filosofía de la medicina que se resume en el principio de autonomía del paciente han ido transformando paulatinamente la profesión. 
En el futuro (y aquí venía la provocación), el diagnostico y la indicación del tratamiento lo hará una máquina. Un programa de software, un robot. (Aquí es cuando casi todos los médicos dicen: "eso no va a pasar nunca, lo que yo hago es demasiado difícil para que lo haga una máquina").
El papel principal del médico será hacer de intermediario entre la tecnología y el paciente. Y aquí, un médico con saber enciclopédico y nula capacidad de empatía y comunicación con el paciente como Greg House (un médico del siglo XX) no nos sirve de nada (en pleno siglo XXI). 
Y terminaba diciendo: "yo, por edad, no viviré eso. Pero estoy seguro de que ustedes sí".
Esta mañana, 10 años despues de aquello he leido este artículo sobre inteligencia artificial en un blog sobre tecnología. Y habla de las aplicaciones en medicina. Y lo ilustra con este video.




Igual que cuando veo un capítulo de la imprescindible Black  Mirror, pienso "quizás el futuro no va a ser exactamente así. Pero por ahí van a ir los tiros"
Y hay gente que, como el creador de esta miniserie Charlie Brooker,  tiene la capacidad de anticipar ese futuro.