El periódico "El Mundo" lleva unos días publicando entrevistas a personalidades notables del mundo de la salud para analizar lo que está ocurriendo en Madrid, especialmente en el ámbito de la gestión pública y privada. Algunas de las entrevistas ya publicadas son a Vicente Ortún, Pedro de la Oliva, Juan Gérvas o María Dolores Fiuza... pero la entrevista de ayer tocó nuestra fibra sensible; se trata de Juan Abarca Cidón, secretario general de IDIS (Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad -nombre maravilloso, nadie puede estar en contra de "desarrollo" o "integración", mola-).
Lo cierto es que alegra leer este tipo de entrevistas porque, al igual que ocurrió con el vídeo de Antonio Burgueño, no son muchos los entornos en los que ciertos sectores dicen lo que verdaderamente piensan. De hecho, el ideario de IDIS suele estar en los medios de comunicación, pero en forma de publicidad directamente, sin entrevista de por medio.
Como la entrevista al señor Abarca Cidón ha sobrepasado ampliamente lo que esperábamos de ella antes de leerla hemos decidido extractar unas cuantas (casi todas) preguntas para comentarlas, no vaya a ser que se le haya olvidado dar algún dato o se haya equivocado en algún matiz.
¿Una bendición? ¿Algún texto que confirme esa afirmación? En un texto que hemos comentado en este blog en ocasiones anteriores (Carolyn, J., et al How Does Private Finance Affect Public Health Care Systems? Marshaling the Evidence from OECD Nations, 29(3), 359–396 -texto completo-) donde se estudió cómo interaccionaban la financiación sanitaria pública y privada en diversos sistemas sanitarios se afirmaba
"a resort to private finance is more likely to harm than to help publicly financed systems"Como se desarrolla profundamente en el texto, en países en los que coexistan sistemas de financiación sanitaria pública y privada, esta última es más probable que dañe al sistema sanitario público que lo contrario. [recomendamos la lectura del artículo completo]. Así que, en vez de repetir hasta la saciedad la frase del teórico ahorro de la privada para la pública estaría bien publicar algún estudio que apoyara esos datos (no nos vale la autopublicación en una folleto-autofelatorio).
[Gracias a los comentarios de este post añado el artículo "A propósito del aseguramiento privado" de Vicente Ortún como texto claro y conciso al respecto de este tema.]
La capacidad de las aseguradoras de no admitir a personas bajo su cobertura es uno de los puntos de mayor polémica en la reforma sanitaria de Obama en EEUU. La aseguradora quiere pacientes que no vayan a hacer uso de sus servicios, solo a pagar; en eso las aseguradoras de coches son iguales que las sanitarias, sí... y es que realmente no hay que añadir mucho más...
Suponemos que a lo que llama "estudios" son los informes tipo IASIST o la bibliografía del Modelo Alzira. En Medicina solemos llamar estudios a otros como este (revisados por pares, metodología y bibliografía presentes, etc). La petición continua y reiterada de bibliografía que apoye estos modelos ha sido una constante desde diversos movimientos colectivos y personas individuales, sin haber encontrado respuesta alguna... tan abundantes y clarificadores no serán cuando no se esgrimen como argumento y son tan difíciles/imposibles de encontrar.
Como forma de eludir la respuesta no está mal, pero para centrar el problema hemos de tener claro que la crítica a los modelos de gestión privada no es una crítica a los trabajadores sanitarios que trabajan en la privada, como ya comentamos
.
Ya hemos llegado al meollo de la cuestión. Resulta que es legítimo reclamar la apertura de un servicio público al capital privado y su ánimo de lucro pero parece ser inadmisible que haya ciudadanos que defiendan sus puestos de trabajo. De aquí al látigo hay unos años. La frase "prefieren cargarse la sanidad pública por defender sus intereses" es contestable con tres palabras: "Cafe amb llet". Es cierto que el sistema funcionarial actual se ha venido postulando como un incentivo negativo en el funcionamiento de los servicios sanitarios (ver artículo "La reforma sanitaria" de V. Ortún y M. Callejón), pero aludir a los derechos laborales como el obstáculo para lograr la eficiencia de los servicios sanitarios a lo mejor es una actitud argumental muy poco de buen gestor y un bastante de negrero-nostálgico.
La experiencia reciente en todos los ámbitos de la economía con las sociedades de capital de riesgo y demás no viene a ser un manual de ética de la inversión precisamente. Como decía Beatriz González en la entrevista realizada en ese mismo medio:
"Esta privatización improvisada -"vender la plata", como decía Vicente Ortún- supone ponernos en manos de empresas de capital riesgo, que ahora compran una red de hospitales, pero que a la vez son dueños de una fábrica de armas o de un banco de Austria y a las que les da lo mismo lo que suceda.
El fracaso de la gestión económica del modelo Alzira sí que supuso una pérdida de dinero para los contribuyentes de la Comunidad Valenciana. No se puede separar la gestión económica de los resultados relacionados con el sistema sanitario porque lo primero supone un coste de oportunidad que tiene sus repercusiones en lo segundo. Además, hablar de que los resultados del sistema sanitario fueron muy buenos en el modelo Alzira es hablar por medio de la fe más que de los datos (no porque fueran malos, sino por la opacidad existente).
Se suele argumentar que la renegociación de la cápita (el dinero anual por habitante que se le paga a la empresa concesionaria) en el caso de Alzira fue porque la cifra inicial era muy baja. Ante eso cabe preguntarse ¿qué tipo de empresa que presume de una excelente gestión acepta una cifra que desde un primer momento se encarga de pregonar que es muy baja? ¿tenía la seguridad por contrato de que si no obtenía beneficios transferiría esas pérdidas al erario público? ¿la transferencia de riesgos de la empresa privada al Estado venía definida desde el inicio del contrato?
¿Y los estudios que demuestren que esto es así y que no se hace a costa de peores resultados en salud? mmm... se los comió mi perro.
Aquí estamos de acuerdo con el señor Abarca Cidón. No vengamos con datos de EEUU. Los datos de EEUU nos deben servir para cerrar el debate de que una sanidad con financiación privada es una locura insostenible (debate que tampoco tenemos claro si en la cabeza del entrevistado está zanjado o no); teniendo datos sobre la deriva económica de las colaboraciones público-privadas en el Reino Unido o de los peores resultados en salud de las concesiones de provisión privada en Italia no hay porqué irse a Estados Unidos a buscar datos.
En efecto, en muchos hospitales (en casi todos) la cafetería o la hostelería están contratados a una empresa privada. Equiparar esto con la extensión de la gestión privada a todo el hospital es como decir que si uno puede cortarse el pelo a si mismo también puede hacerse a si mismo una colecistectomía sin ayuda. Lavandería, hosteleria,... son servicios esenciales dentro de un hospital y sería interesante buscar estudios que comparen resultados en salud de los pacientes según la titularidad de su gestión [sabemos que existe algún estudio sobre infecciones nosocomiales y titularidad de la gestión de la limpieza... cuando tengamos tiempo lo revisamos :)].
La Ley General de Sanidad no dice, ni mucho menos, que todo sea para todos. Sí es cierto que tanto definir la cartera de servicios (de forma más inclusiva o más restrictiva, pero siempre basado en las pruebas científicas, y no en la oportunidad de negocio que pueda existir para la empresa privada. Como base para saber dónde cambiar y mejorar está bien este artículo de Pepe Martín.
La sanidad pública está politizada... y su gestión también; no existe una gestión profesional y la sanidad se utiliza como herramienta política, cosa que impide reformas de calado con visión a largo plazo... pero... ¿y la sanidad privada? Los datos que van saliendo a la luz sobre las relaciones de políticos catalanes con la sanidad privada dan entre miedo y asco (ejemplos: 1, 2, 3). La excelencia en la gestión y transparencia que hay que exigirle a los poderes públicos debe ser la máxima imaginable, pero es imposible hacer creer que el modelo de transparencia en la gestión e independencia de los poderes públicos sea la empresa privada, especialmente en un país donde el trasvase entre directivos políticos y consejos de administración de grandes empresas está a la orden del día.
En efecto, el modelo de concesión, en el corto plazo, alivia la tesorería (permite la construcción de infraestructuras sin que computen como deuda a ojos de Eurostat)... a largo plazo -que es donde parecen no querer moverse las conclusiones- es donde nos podemos estar metiendo en problemas -miremos al Reino Unido-
"El político es peor que el capital de riesgo"... y aquí quedó clara la firme creencia en la democracia que tiene el entrevistado. Al capital de riesgo no lo elige la población y no se le puede echar mediante procesos democráticamente prefijados. Al capital de riesgo le da igual la sociedad con la que está tratando porque no se debe a ella y no es parte de ella. Al capital de riesgo puede incluso favorecerle la quiebra de una empresa si tiene un seguro de quiebra cuya cuantía sean mayores que las pérdidas derivadas de la misma.
Personalmennte prefiero a políticos antes que a personas que piensan que es mejor que nuestro mundo se rija por capitales de riesgo antes que por personas democráticamente elegidas.
Como dijimos al principio de este post, alegra escuchar estas voces porque muchas veces se quedan en reuniones de consejos de administración y simposios (que es como se llaman las reuniones de colegas cuando se llevan a cabo en el Ritz).
6 comentarios:
Clap, clap, clap. Buena revisión.
Efectivamente da gusto leer las intenciones claras, sin toda la parafernalia con la que los gobiernos intentan adornar estas cosas.
Excelente disección con un preciso escalpelo. Gracias.
Javier, bien por la exposición; puedes complementar varios de los puntos con con "A propósito del aseguramiento sanitario privado" http://www.econ.upf.edu/~ortun/publicacions/AtencPrim2011_inpress.pdf
Paco
no es cierto que el modelo muface sea un 40% más barato : 1º porque los conceptos de gasto no son equivalentes, 2º porque las personas riesgosas tampoco se distribuyen igual 3º porque aún suponiendo que lo fueran el gasto "medio" real per cápita del último año dispoible (2010) las diferencias son del 28%...que en la actualidad se convierten en 0% tras los recortes posteriores en SNS y el crecimiento de prima en Mutualidades
Ibis pronobis, ecuum espiritu tuo.
No money, no mission.
Ayer mismo la prensa se hacía eco de la pretension del hospital de Sanitas de Manises de ser rescatado porque no tenia beneficios.¡quiere mas , mas mucho mas!¡Elemental queridos Watsons!927
Todo sea por la caridad cristiana bien entendida que empieza por uno mismo y vviva san josemaria escrivádebalagué
Vaya currazo, Javier!
Gracias por tu esfuerzo y por compartirlo. Ya no me siento tan bicho raro.
Un abrazo
Javier Segura
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