[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]
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14.3.13

Cuanto perdimos

Tanto escándalo, tanto balbuceo de Cospedal y tan clamorosa ausencia de Arenas nos están haciendo olvidar que además de robar, este gobierno está tomando medidas muy
dañinas cuyas consecuencias pueden sentirse durante años si no lo evitamos.
Esta ley de engañoso titulo, abre la puerta a medio plazo para la mayor involución que sufrirá nuestro sistema sanitario y el estado del bienestar en su historia: la transformación de un sistema de cobertura universal financiado mediante impuestos generales a un sistema de seguridad social con aseguramiento solo para los trabajadores que coticen.
Pero a corto plazo, las repercusiones inmediatas de esta ley son dejar sin cobertura sanitaria a los inmigrantes en situación irregular dejándolos abandonados a su suerte.
 Synechia Films

De todo esto hemos hablado ampliamente en este blog, aquí, aquí o aquí

De lo que os quiero hablar hoy es de "Cuanto ganamos, cuanto perdimos", un documental de Synecchia Films (productora "especializada en Salud Internacional, Acción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo") y Médicos del Mundo que aborda el tema desde los testimonios de primera mano de inmigrantes que se han visto en esta situación, representantes de asociaciones y responsables políticos.
El estreno está previsto para principios de abril, pero para hacer este proyecto posible, han recurrido a la microfinanciación o crowdfunding. SI siempre has querido ser productor y te interesa el proyecto, puedes colaborar en esta página.


Estamos deseando ver el resultado.

10.3.13

El lado oscuro de la medicina de familia

En los últimos días me acompaña en la consulta una estudiante de 3º de medicina. Resulta un ejercicio muy estimulante no solo de docencia sino casi más de aprendizaje y autoanálisis, de lo que hacemos y de cómo lo hago.

El primer día que vino fue un lunes. Los lunes son malos para tener un estudiante y para casi todo. La gente consulta no solo por los problemas que les han surgido el día antes, sino los tres antes. Se acumulan los partes de baja de los pacientes que tienen que renovarla el fin de semana. Y por supuesto, a todos los pacientes que han sido atendidos de urgencia les han dicho que los tiene que revisar su médico, haga falta o no.
El resultado es una consulta saturada, sin mucho tiempo para comentar nada y muy burocrática, entre partes, recetas e informes que se interponen entre nosotros y los pacientes.
Y encima, no salimos a hacer ninguna visita
La estudiante, encantadora, agradecida y muy bien educada, me dijo que le había resultado muy interesante y que había aprendido mucho. Pero yo se que en el fondo se fue pensando que vaya trabajo de mierda tenemos, que lo que siempre había oído de los 5 minutos por paciente es una triste realidad y que estamos enterrados en papeleo. 
Y pensé que era verdad, que vaya mierda de consulta, que así es imposible trabajar y que lo que hacemos no sirve para nada.

El segundo día que vino no era lunes. Últimamente tenemos la consulta tranquila, así que incluso tuvimos citas sin ocupar y más tiempo para dedicarle a cada paciente, para enterarnos bien de lo les preocupa, como iba aqeullo que nos consultó la última vez y preguntarle al final ¿y algo más que quiera contarnos?.
Y para comentar entre uno y otro, comentar pacientes y hablar de medicalización, de prevención cuaternaria y de determinantes sociales de salud.
Vino un paciente con una epicondilitis que no había mejorado con reposo y analgésicos y lo citamos para hacerle una infiltración. Explicamos a una chica joven que no tenía necesidad de ir al ginecólogo para una revisión rutinaria y que lo único que necesitaba era una citología que le haríamos nosotros. Y la estudiante vio que no todo es hacer papeles.
Acudieron 2 pacientes  "malos", una con una arritmia que le hacía asfixiarse y que todavía sigue ingresada y otro con problemas varios cardiológicos y neurológicos que se desmayó en la sala de espera, una autentica "emergencia". Y la estudiante vio con sus propios ojos que cuando los pacientes consultan por patología orgánica no es siempre por un catarrito. 
Atendimos a una paciente de las habituales, de ochentaytantos, con múltiples achaques pero un animo a prueba de bomba y nos contó 2 chistes guarros, uno de ellos que incluía una cabra.
Nos contó otra entre lágrimas que a su marido de treintaypocos que lleva 3 años luchado contra un cańcer metastásico  le han dado el alta los oncólogos porque no van a realizar más tratamiento activo y quedamos con ella en ir a verlos a casa en 2 días
Y la estudiante probablemente se dio cuenta de que nuestra relación con el paciente es diferente.
Vinieron 2 pacientes con problemas sociofamiliares importantes a los que he estado citando en consultas programadas y que habían hecho algunos progresos, y la estudiante entendió que no siempre las consultas duran 5 minutos.
Y cuando acabamos la consulta, después de llamar a un paciente al que había atendido el día antes para preguntarle como estaba con el tratamiento que le había puesto y a la médica de hospitalización domiciliaria para hacerle una visita conjunta al paciente joven del cáncer, nos fuimos a atender a 2 pacientes en su domicilio mientras le explicaba las características del barrio. Y la estudiante pudo aprender que la medicina no se ejerce sólo en la consulta.
Cuando se iba a su casa, me volvió a decir mas o menos lo mismo que la vez anterior, que había sido muy interesante y que había aprendido mucho, pero esta vez se le notaba en los ojos que era verdad. 
Y yo pensé que tengo el mejor trabajo del mundo, que tengo el raro privilegio de entrar en la vida de la gente desde el nacimiento a la muerte y ser testigo de sus alegrías y sus miserias y hacer una labor maravilloso aliviando los dolores del cuerpo y del alma. 
Y pensé en lo triste que es que en mayo acabe la residencia y me vea abocado en el mejor de los casos a ser un jornalero de la medicina de familia, una sustiputa (Rober Sanchez dixit) sin cupo atendiendo a desconocidos y mis consultas sean todos los días consultas de lunes.

3.3.13

Profecias con pinta de cumplirse

Hace un tiempo (o hace muy poco, según se mire) , cuando era estudiante de 3º de medicina, tuve la suerte de asistir a una charla sobre la especialidad de medicina de familia y comunitaria. La charla se encuadraba en un ciclo muy interesante que organizó el decanato de la facultad para dar a conocer las diferentes especialidades entre los estudiantes. Tuvieron el buen criterio de encargar el "capítulo" de la medicina de familia al gran Pablo Bonal.
No voy a decir que escogí la especialidad por esa charla, probablemente ni siquiera fue determinante. Pero algunas cosas que dijo Pablo en aquella charla se me quedaron grabadas y vuelvo a ellas de vez en cuando.
Uno de sus argumentos era especialmente provocador y no suele ser aceptado como probable cuando lo he comentado con compañeros. Decía el Dr. Bonal que el médico es, ante todo, un profesional de la comunicación con el paciente y que con el tiempo, este sería su rol principal. Históricamente, la razón de ser del médico había sido el diagnóstico y el tratamiento de las diferentes enfermedades, sin preocuparse demasiado de lo que le pareciera al paciente. El epítome de éste tipo de médico (incluso una caricatura) es el televisivo Dr. House.
Sin embargo, en las últimas décadas, el paradigma de la medicina basada en la evidencia junto con otra filosofía de la medicina que se resume en el principio de autonomía del paciente han ido transformando paulatinamente la profesión. 
En el futuro (y aquí venía la provocación), el diagnostico y la indicación del tratamiento lo hará una máquina. Un programa de software, un robot. (Aquí es cuando casi todos los médicos dicen: "eso no va a pasar nunca, lo que yo hago es demasiado difícil para que lo haga una máquina").
El papel principal del médico será hacer de intermediario entre la tecnología y el paciente. Y aquí, un médico con saber enciclopédico y nula capacidad de empatía y comunicación con el paciente como Greg House (un médico del siglo XX) no nos sirve de nada (en pleno siglo XXI). 
Y terminaba diciendo: "yo, por edad, no viviré eso. Pero estoy seguro de que ustedes sí".
Esta mañana, 10 años despues de aquello he leido este artículo sobre inteligencia artificial en un blog sobre tecnología. Y habla de las aplicaciones en medicina. Y lo ilustra con este video.




Igual que cuando veo un capítulo de la imprescindible Black  Mirror, pienso "quizás el futuro no va a ser exactamente así. Pero por ahí van a ir los tiros"
Y hay gente que, como el creador de esta miniserie Charlie Brooker,  tiene la capacidad de anticipar ese futuro.