[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]
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4.10.16

¿Hay alternativa a que la industria corrompa a los profesionales sanitarios?



Que la industria (farmacéutica, alimentaria, de tecnologías sanitarias, etc) paga a lxs profesionales sanitarixs de diferentes formas (congresos, viajes, regalitos que exceden en mayor o menor parte lo que dice el código AUTO-regulatorio de Farmaindustria, conversión en líder de opinión con charlas bien remuneradas a cambio de leer un powerpoint preparado por la empresa en cuestión,...) es algo que ya sabíamos.

Que la industria (farmacéutica, alimentaria, de tecnologías sanitarias, etc) paga a las so/uciedades científicas para que éstas avalen desde galletas hiperglucémicas hasta yogures líquidos que te mienten a la cara sobre tus defensas o para que admitan en sus congresos tenderetes de Coca-Cola, McDonalds u Oscar Mayer (todo esto es verídico) también es algo que ya sabíamos.

Que las justificaciones tanto de profesionales como de so/uciedades científicas para (auto)justificar esto son variadas y peregrinas tampoco nos pilla de sorpresa, pero el otro día leímos una (auto)justificación que nos maravilló especialmente, y que se puede encontrar en este texto de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP).


No vamos a detenernos a analizar el razonamiento porque creemos que se hace solo (y porque es algo que hemos comentado hasta al náusea en el blog en la serie de artículos sobre industria farmacéutica), pero sí queríamos hacer 9 breves aportaciones para sociedades científicas y otras 9 para profesionales sanitarios y 9 para las instituciones públicas que hacen que nuestro nivel de autocrítica pueda elevarse algo más allá de decir "si no me lo paga el Estado pues que corra la pasta y ¡VIVA LA INDUSTRIA!".

Son aportaciones parciales y no mutuamente excluyentes... y con alguna puede que no estemos nosotrxs de acuerdo, pero son un pasito a un lado dentro del discurso de "NO HAY ALTERNATIVA" que parecen haber asumido parte de las sociedades científicas, profesionales e instituciones.


9 aportaciones para sociedades científicas.

1. Revisar qué cosas hacen imprescindible la participación de la industria en las actividades que se organizan.
2. No convertir la asistencia a congresos en un certamen de "¿quién congrega a más asistentes?" sino en un intento por aglutinar la mejor calidad formativa y la mejor transferencia de conocimiento.
3. Acudir a las direcciones de formación de los Servicios Regionales de Salud y ofertar la posiblidad de llevar a cabo colaboraciones en materia de formación.
4. Fomentar la colaboración entre colectivos profesionales.
5. Abandonar el posibilismo que posiciona la realización de actividades por delante de los planteamientos éticos y elaborar un posicionamiento de valores relacionados con la formación crítica e independiente que no deberán traspasarse bajo ningún concepto en la relación con ninguna entidad externa a la organización.
6. Plantear itinerarios formativos libres de humos industriales dentro de la oferta formativa de la organización, de modo que lxs socixs de la sociedad científica que quieran huir de la contaminación empresarial pero que crean que aún hay algo rescatable dentro de cada sociedad científica puedan demostrar que se puede llevar a cabo.
7. Revisar la evidencia disponible y ver qué tipo de encuentros formativos son los que han demostrado una mayor efectividad a la hora de generar cambios en la práctica clínica. Una pista: los macrocongresos NO, y los cursos de 2 horas en restaurantes de hoteles tampoco.
8. Desarrollar planes formativos que no dependan de las instituciones ni de la industria, disminuyendo el tamaño de los eventos, mutiplicando la cercanía a lxs asistentes (y multiplicando el número de ediciones) y potenciando la generación de grupos y comunidades de práctica dentro de lxs profesionales que trabajan cerca [los colegios profesionales podrían tener algo que decir en esta independencia de doble cara industria-instituciones].
9. Disminuir la estructura económica superflua de las sociedades científicas que hace que sea necesaria la realización de grandes eventos promocionales (aka congresos) para la obtención de fondos [el medio millón de euros que su congreso dejó a SEMERGEN es una muestra de esto]


9 aportaciones para profesionales sanitarixs.

1. Solicita (por vía más o menos oficial -no vale twitter ni barra de bar-) a la institución en la que trabajas que organice cursos sobre las materias que consideras necesarias para tu formación continuada.
2. Busca personas o colectivos en tu entorno (geográfico y de interés profesional) libres de humos industriales.
3. Teje redes de formación con personas de tu entorno.
4. Busca fuentes de información independiente cuyos conflicto de interés sean menores que los de las fuentes habitualmente suministradas por la industria.
5. Haz cursos online (coursera o edX te pueden ayudar) que posteriormente puedas replicar o enriquecer en tu entorno.
6. Dedica el tiempo equivalente a recibir a comerciales farmacéuticos o a ir a charlas-comidas de laboratorios a tu formación.
7. Sal de los límites de tu entorno físico y busca gente con la que colectivizar las actividades que lleveis a cabo mediante el uso de las redes sociales y otras plataformas similares.
8. Comparte con tus pacientes tus decisiones en relación a la independencia de la industria farmacéutica.
9. Reclama que en tu centro de trabajo y en el servicio en el que trabajes no se lleven a cabo actividades formativas organizadas por la industria.

9 aportaciones para instituciones públicas.

1. Incrementar la financiación de los planes de formación continuada, de modo que ésta se pueda llevar a cabo de forma sencilla sin necesidad de financiación por parte de la industria farmacéutica.
2. Conformar grupos de trabajo independientes de la administración (sin filiación política directa) para detectar las necesidades formativas y diseñar los planes docentes.
3. Exigir un número determinado de horas de formación por profesional para periodos concretos (trienios, quinquenios,...) realizadas por entes independientes de las industrias relacionadas con la salud (farmacéutica, alimentaria, diagnóstica,...) -y que fueran realizables con la oferta formativa de fuentes públicas-.
4. Prohibir la asistencia de cargos de libre designación a encuentros formativos con patrocinio industrial siempre y cuando la financiación de dicha asistencia se realice con fondos de la industria.
5. No reconocer como interlocutores válidos a las sociedades científicas que presenten patrocinio de industria que firmen contratos con las administraciones públicas.
6. Prohibir la realización de actividades publicitarias en centros sanitarios públicos.
7. Incrementar la transparencia en relación a las relaciones entre la industria farmacéutica y los dirigentes públicos, especialmente en materia de puertas giratorias, aprobación de medicamentos y fijación de precios.
8. No aceptar como válidas para el cómputo en las bolsas de empleo las actividades formativas organizadas por la industria farmacéutica.
9. Generar incentivos no monetarios (en forma de fomento de la docencia e investigación) para actividades libres de humos industriales.


Por último, dejamos a continuación la presentación utilizada en un taller sobre "Formación crítica e independiente" dentro del encuentro de SEFSE-AREDA de Badajoz de la semana pasada. 

11.5.15

La formación médica y la industria farmacéutica: MIRes pasando a la acción.

Os copiamos a continuación un documento elaborado por unxs compañerxs médicxs residentes de medicina familiar y comunitaria en Málaga... todo un ejemplo de posicionamiento claro y formado para tratar de cambiar la formación de su entorno.



Escribimos estas líneas a propósito de un correo electrónico, enviado el pasado mes de marzo desde nuestra Unidad Docente, transmitiendo una información sobre un evento de parte de un laboratorio farmacéutico.
Somos conocedores de vuestra dedicación para ofrecernos una formación de la máxima calidad posible, así como de vuestra intención de hacernos partícipes de ella. De ahí que nos sintamos con la libertad, y al mismo tiempo necesidad, de dirigirnos a vosotros  para mostrar nuestra disconformidad con este tipo de acciones por los motivos que exponemos a continuación.
Un artículo publicado en el JAMA hace unos años comenzaba con esta frase: “La industria farmacéutica ha ido demasiado lejos”. Lo argumentaban incidiendo en que este sector está asumiendo un papel en la formación médica continuada (FMC) inapropiado para una industria con gran interés en la venta de medicamentos. De hecho, actualmente la FMC está tan estrechamente ligada al marketing de la industria farmacéutica que su integridad y credibilidad están siendo gravemente cuestionadas. La industria farmacéutica invierte una cantidad de varios miles de millones de dólares anualmente en FMC. Obviamente, no podría invertir esta suma de dinero sin buscar otros beneficios comerciales que no fueran la buena voluntad y el reconocimiento externo. La naturaleza altamente competitiva del mercado de medicamentos requiere que las empresas aten su apoyo financiero a la promoción de sus productos, y esto es lo que hacen1.
La industria farmacéutica y los profesionales sanitarios no comparten los mismos objetivos y difieren en el abordaje del paciente. El hecho de recibir patrocinio desde las compañías cuyos productos podemos prescribir puede conducirnos a un conflicto de intereses, en tanto que puede incitarnos a prescribir, de forma consciente o no, anteponiendo otros criterios diferentes a eficacia, seguridad, coste y conveniencia. Además, puede suponer que determinadas influencias repercutan en nuestra práctica clínica diaria y, consecuentemente, en el paciente, al aportar un conocimiento con orientación puramente biologicista, infraestimando la importancia de los factores psicológicos y sociales, y con riesgo de incrementar la polimedicación y la medicalización de la vida.
Cada vez más estudios2,3 señalan que los médicos/as, residentes o adjuntos/as, sometidos a mayor contacto con la industria farmacéutica presentan un peor conocimiento de la prescripción de medicamentos basada en la evidencia, una mayor generación de costes, así como la existencia de una asociación significativa entre el índice de relación con la industria y la mayor probabilidad prescribir medicamentos de marca.
Para ilustrarlo, recogemos a continuación un resumen de un artículo publicado en The Journal of the American Association (JAMA), extraído de la web de la Plataforma No Gracias, que refleja las consecuencias de estas interacciones de la industria con los profesionales sanitarios4.
Tipo de interacción
Resultados significativos de la interacción en la práctica médica


Entrevistas con representantes
Regalos
- Los médicos/as con mayor número de interacciones son los que mejor valoran la información que reciben (fiabilidad y aplicabilidad de la información) y los que menos creen que les afecta o puede afectar en su perfil prescriptor.
- Perfil prescriptor más caro.
- Mayor velocidad en prescribir los nuevos fármacos.
- Menos probabilidad (66% menos) de prescribir genéricos.
Comidas
- Ocasionales: 5% más probabilidad de prescripción del medicamento.
- Frecuentes: 13% más probabilidad de prescripción del medicamento.
Pago de congresos
- Después del viaje aumenta entre 4,5 y 10 veces la frecuencia de prescripción del fármaco promocionado.



Pago de charlas
- El conferenciante suele mencionar con una frecuencia tres veces superior tanto los efectos positivos del fármaco como los negativos de los competidores.
- El conferenciante suele prescribir el fármaco con una frecuencia entre 5,5 y 18,7 veces superior al grupo control.
No sólo eso, sino que la percepción que los propios médicos/as residentes tienen en torno a la influencia de la industria farmacéutica en su propia práctica y en su prescripción de medicamentos tiende a ser errónea, mientras que fácilmente perciben esa influencia en el resto de colegas de profesión5.
Además, existe una tendencia a la racionalización de la disonancia cognitiva por parte de los médicos/as que supone la aceptación de prebendas que ellos mismos considerarían inmorales si las vieran en otros servidores públicos (políticos, jueces, etc). Algunas de las técnicas que se emplean en un intento de reducirla fueron recogidas en un artículo6 de la web de la Plataforma No Gracias, y entre ellas, mencionamos la negación (sesgo de ceguera selectiva), la universalización (“siempre hay en la vida conflictos de interés”, “si todo el mundo lo hace no será tan malo”, la fantasía de control (aceptar la posibilidad de influencia pero asegurar que la controlan), el autoengaño (los encuentros con la industria farmacéutica procuran información relevante y educativa que finalmente beneficia a los pacientes), o los derechos (“se tiene derecho” por los esfuerzos dedicados a la formación, los obstáculos salvados, los sueldos mediocres o la entrega a la profesión).
Hoy en día, con el acceso a internet presente en la mayoría de nuestros domicilios, consultas y teléfonos móviles, aludir a la necesidad de acceder a la formación que proporciona la industria farmacéutica para perpetuar la actual relación con la misma parece un argumento ciertamente pobre y superficial; multitud de iniciativas institucionales (CKS, NICE, Boletines de Información Terapéutica) y no institucionales (listas de correo electrónico, blogosfera sanitaria, seminarios independientes) han surgido ofreciendo a los profesionales sanitarios fuentes de información veraz, contrastable e independiente de intereses económicos7.
Somos conscientes de que la relación entre médicos/as e industria está tan enraizada que resulta difícil permanecer aséptico en el día a día como residentes. Sin embargo, en palabras de la Dra. Margaret McCartney en el British Medical Journal (BMJ), al decidir por nosotros mismos lo que necesitamos y lo que nos gustaría aprender, podemos establecer nuestra propia agenda en lugar de ser receptores de la agenda de otra persona. De esta forma, podemos hacer frente a los problemas acuciantes en la práctica clínica moderna: la polimedicación, la multimorbilidad, desprescripción y prescripción responsable, así como la mejor forma de gestionar nuestras limitaciones8.
Nosotros, en parte gracias a lo aprendido en esta Unidad Docente, pretendemos una formación crítica, transparente e independiente de intereses de la industria farmacéutica, lo más beneficiosa posible para los pacientes, el sistema sanitario, nuestra práctica clínica y el desarrollo de la ciencia.
Por tanto, apoyados por multitud de publicaciones al respecto, y siendo respaldados por cada día más profesionales sanitarios que rechazan recibir formación patrocinada por la industria – como ejemplos tenemos a los compañeros/as de la ya mencionada Plataforma No Gracias, No Free Lunch, Médicos sin Marca o Farmacriticxs– , creemos que, para nosotros/as un mayor contacto con la industria va a suponer una peor formación como médicos internos residentes.
Con el único fin de contribuir a mejorar el proceso de formación de médicos/as de familias y comunidades que se lleva realizando en esta Unidad Docente desde hace años, consideramos que sería beneficioso para todos/as que se prescindiera de cursos promocionados por la industria farmacéutica y que no se utilizaran los canales de comunicación oficiales de los que disponemos a demanda de ésta.
Por último, nos gustaría aclarar que lo antes expuesto refleja la opinión únicamente de los firmantes y no necesariamente del total de las médicos/as de familia en formación de esta Unidad Docente.
Escribimos estas líneas con el único fin de mejorar, y por tanto, esperamos firmemente que este escrito no altere el buen ambiente creado por todos/as hasta ahora, sino más bien, que sea un estímulo para seguir trabajando juntos/as en nuestro objetivo común.


1. Relman AS. Separating Continuing Medical Education From Pharmaceutical Marketing. JAMA. 2001;285(15):2009-2012.
2. Austad KE, Avorn J, Franklin JM, Campbell EG, Kesselheim AS. Association of Marketing Interactions With Medical Trainees’ Knowledge About Evidence-Based Prescribing: Results From a National Survey. JAMA Intern Med. 2014;174(8):1283-1290.
3. Spurling GK, Mansfield PR, Montgomery BD, Lexchin J, Doust J, et al.  Information from Pharmaceutical Companies and the Quality, Quantity, and Cost of Physicians' Prescribing: A Systematic Review. PLoS Med. 2010;7(10): e1000352.
4. Wazana A. Physicians and the Pharmaceutical Industry: Is a Gift Ever Just a Gift?. JAMA. 2000;283(3):373-380.
5. Steinman MA, Shlipak MG, McPhee SJ. Of principles and pens: attitudes and practices of medicine housestaff toward pharmaceutical industry promotions. Am J Med. 2001 May;220(7):551-7
6. Chimonas S, Brennan TA, Rothman DJ. Physicians and Drug Representatives: Exploring the Dynamics of the Relationship. Journal of General Internal Medicine. 2007;22(2):184-190.
7. Padilla J, Udaondo J, Valdecasas J. Agosto: relaciones con la Industria Farmacéutica; ¿se puede estar en la trinchera sin llenarse de barro hasta las rodillas? [Internet]. Atención primaria: 12 meses doce causas. [cited 2015 May 6]. Available from:
8. McCartney M. Margaret McCartney: Forever indebted to pharma—doctors must take control of our own education. BMJ. 2015 Apr 13;350:h1965.
Marcos Castillo
Alba González
José Ignacio de Juan
Clara Sánchez


Médicos Internos Residentes de Medicina Familiar y Comunitaria


UDMAFyC Distrito Málaga

5.2.15

De la formación continuada, los congresos y la reina...

De la condición de la industria farmacéutica como financiadora de la formación continuada de los profesionales sanitarios es algo de lo que hemos hablado en muchas ocasiones. Ahí se mezclan el interés de dicha industria por posicionarse en el diseño y manejo de la formación que recibe la gente que luego va a prescribir sus productos y la dejación de funciones de las instituciones públicas en la formación de sus profesionales.

Os dejamos a continuación una carta escrita por Sebas Tornero, pediatra y actual MIR de Medicina Preventiva y Salud Pública a este respecto...
A/A: S.M. Dña. Letizia Ortiz (@CasaReal).
De: @sebastornero (Pediatra y MIR en la actualidad).
Asunto: Formación Continuada de los Médicos en España.
Sin saber el estilo literario adecuado que se usa para escribir a una Reina, me atrevo a escribirle esta carta para transmitirle algunas preguntas y preocupaciones.
Esta mañana leí en twitter a la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) informando que S.M. será la Presidenta de Honor del 12º Curso de Actualización Pediátrica que tendrá lugar en el Hotel NH Eurobuilding desde el 5 al 7 de febrero de 2015.
En primer lugar, quería agradecer a S.M que con su aceptación, honre la organización de un evento de formación continuada médica. Como sabe, la Aepap, organiza este curso anualmente y, aunque no todos los profesionales tenemos la posibilidad de asistir al curso, gracias a la difusión libre de su contenido, podemos actualizar nuestros conocimientos mediante su lectura digital. En segundo lugar, me gustaría compartir con S.M. mi pesar de no poder asistir un año más a este curso de formación continuada médica debido al alto coste de la inscripción de éste y otros cursos de formación. ¿Sabía que la inscripción de este curso de 15 horas y media lectivas cuesta 600 euros para los médicos no socios? (para los socios: 540 euros). Eso equivale a casi 40 euros por hora lectiva y por asistente. Si, además del coste de inscripción del curso, le añadimos los 120 euros que cuesta un billete de i/v en tren AVE, más 50 euros/noche de hostal y dietas, un curso de formación médica supera con creces la mitad del salario neto mensual de un médico andaluz que trabaje al 75% (sin guardias médicas).
Este curso no es especialmente caro, es el coste habitual que tenemos que pagar los médicos si queremos estar actualizados para poder ofrecer la mejor atención a nuestros pacientes. Le doy otros dos ejemplos: coste de inscripción del Congreso de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Valencia, 2014) → 550-667 euros; coste de inscripción del 63o Congreso de la Asociación Española de Pediatría (Bilbao, 2015) → 667-777 euros (socio – no socio).
Dada la escasa y/o ineficaz oferta de formación continuada de la que disponemos en nuestro sistema público sanitario, la oferta de formación mediada directa o indirectamente por los laboratorios de medicamentos es la única vía para mantenernos actualizados. Pero, ¿cree S.M. que estos precios son adecuados a la economía de la mayoría de los “médicos de a pie”?. Y si no lo es, ¿quién financia la formación a la mayoría de los médicos?: los laboratorios. Y yo me pregunto, ¿no será posible S.M., que los laboratorios que organizan estas actividades formativas, directamente o a través de las Asociaciones de Especialidades Médicas, inflen los precios para que los médicos no puedan financiarse de su bolsillo su formación y tengan que recurrir a ellos si quieren formarse sin arruinarse?.
Si todo esto fuera cierto S.M., ¿cuál cree que será el interés de los laboratorios en estas prácticas?.