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14.3.12

¿Tratamos peor a los pacientes pobres?

O de por qué me siento más agusto si el paciente al que trato no es una persona sino un espejo.

Cuando uno viaja y en el lugar de destino se encuentra conque hablan su mismo idioma o le recibe alguien con quien se identifica en apariencia suele sentirse acogido y con sensación de ser bien tratado (más allá del contenido de la relación).

Lo que no sabe uno es que cuando va al médico ocurre lo mismo, en ambas direcciones. No sólo el paciente se siente más cómodo cuando el médico que lo trata reúne unas ciertas características que lo hacen pertenecer a "su mismo grupo", sino que el médico también es más propenso a tratar mejor (a dar más información, más apoyo emocional y atender mejor las demandas del paciente) cuando éste reúne unas características determinadas.

Me despierto hoy con un artículo llamado "The social gradient in doctor-patient communication" (1), que viene a complementar un artículo leído recientemente ("Racial/ethnic discrimination in health care: impact on perceived quality of care")(2) y enlazado en otra ocasión en este blog. Merece la pena destacar algunos aspectos de estos artículos:

El gradiente social

Como bien explica Javier Segura en su blog "Salud pública y algo más" (del que merece la pena leerlo todo, pero especialmente el curso sobre desigualdades sociales en salud). las desigualdades sociales en salud no es algo que se de solamente entre ricos y pobres, sino que podría decirse que cada estrato social tiene un nivel de salud más bajo (peor) que el estrato que está inmediatamente por encima de él, sin ser necesario que los del estrato inferior sean "pobres" o carezcan de acceso a servicios básicos (atención sanitaria, vivienda, agua potable, alimentación,...).

Un ejemplo muy gráfico se puede observar en la sigueinte gráfica, extraída del artículo "Child survival IV Applying an equity lens to child health and mortality : more of the same is not enough" (3) y que muestra las tasas de mortalidad en menores de 5 años en diferentes países del mundo. Se puede observar que las diferencias se presentan a lo largo del ascender (o descender)en la escala socioeconómica.
  

Un ejemplo más cercano se puede encontrar en el post de Javier Segura sobre el informe Black, del cual rescatamos la siguiente imagen: 



¿Tratamos los médicos de forma diferente a los pacientes de baja clase social? [los estudios clasifican la clase social, generalmente, basándose en nivel de estudios, renta u ocupación laboral]

La respuesta no sólo es que SÍ, sino que además es que los tratamos peor. como se puede ver en el primer artículo que citamos, los médicos damos a los pacientes de baja clase social menos información sobre diagnóstico y tratamiento, contestamos menos a sus preguntas y tomamos en cuenta su opinión de una forma menos determinante a la hora de diseñar un plan de cuidados o tratamiento. Les damos menos apoyo emocionaly realizamos una entrevista clínica más dirigida, en la que están más presentes aspectos biomédicos y se dejan a un lado otros componentes más sociales (sí, por paradójico que parezca lo psicosocial de las personas de clase más alta nos parece más importante... será nuestra forma de ver en las historias clínicas una revista del corazón en potencia). En cambio, sí que dedicamos más tiempo a la exploración física de los pacientes de baja clase social (algo bueno tenía que haber en este compendio de datos).

¿Hay otros factores además de la clase social que determinen nuestro comportamiento?

El médico se muestra de esa forma en el encuentro con el paciente principalmente por la forma que tiene el paciente de comunicarse con él. Se ha visto que los pacientes de baja clase social tienden a hacer menos preguntas y a mostrarse menos proactivos en su relación con el médico que los de alta clase social. Eso determina, en gran medida, la actitud del médico, pero no justifica que éste no sea consciente de esta situación y haga lo posible por solucionarla.

Los pacientes de baja clase social padecen más enfermedades crónicas y presentan niveles más bajos de alfabetización sanitaria;estos dos aspectos, conjuntamente con el hecho de que las personas de baja clase social tengan una cierta percepción de falta de control sobre sus propias vidas favorece que la relación médico-paciente quede desviada por completo hacia las decisiones del médico, no introduciendo al paciente en el diseño de un plan de decisiones compartidas propio de un enfoque de medicina centrada en el paciente.

Entonces, ¿ha de cambiar algo el médico en esta relación?¿seguimos igual?

Reproduzco (traducido) dos párrafos del artículo que me ha parecido especialmente acertado:

Los médicos debe ser conscientes de las diferencias que presentan en la comunicación de información y en la implicación de los pacientes de bajas clases sociales, así como de las causas que subyacen a estos comportamientos. Es importante que los médicos presten atención a las actitudes que toman frente a los pacientes y se muestren conscientes de cómo sus sensaciones y sentimientos pueden influir en su comportamiento; un comportamiento que es percibido por los pacientes. Deben tomar en consideración la posibilidad de que conscientes o insconscientes estereotipos pueden influir en sus comportamientos, así como en la forma de afrontar las relaciones interpersonales.
[...]
Los médicos necesitan habilidades de comunicación y tiempo de consulta, además de conocimiento de sus pacientes, para determinar en qué momento, con qué enfermedades y en qué nivel los pacientes desean ser involucrados en la toma de decisiones.


1. Verlinde E, De Laener N, De Maesschalck S, Deveugele M, Willems S. The social gradient in doctor-patient communication. International journal for equity in health. 2012;11(1):12. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22409902. Accessed March 14, 2012.
2. Sorkin DH, Ngo-Metzger Q, De Alba I. Racial/ethnic discrimination in health care: impact on perceived quality of care. Journal of general internal medicine. 2010;25(5):390-6. Available at: http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=2855001&tool=pmcentrez&rendertype=abstract. Accessed March 1, 2012. 
3. Victora CG, Wagstaff A, Schellenberg JA, et al. Child survival IV Applying an equity lens to child health and mortality : more of the same is not enough. The Lancet. 2003;362:233-241. Available at: http://www.who.int/maternal_child_adolescent/documents/pdfs/lancet_child_survival_equity_lens.pdf

9.3.12

Ubicándo(n)os


Después de 10 días en Madison (Wisconsin) mi madre ha tenido a bien preguntarme hoy que qué es lo que estoy haciendo aquí. Y como a las madres hay que responderle a las preguntas, qué menos que dedicar una entrada del blog para ello:

Desde hace 4 años se viene llevando a cabo en el Population Health Institute de la School of Medicine and Public Health de la Universidad de Wisconsin [algún día indagaré sobre lo maravilloso de que "Public Health" tenga entidad propia en el nombre de la facultad... me Encanta] un proyecto llamado SHOW (Survey of the Health Of Wisconsin -el equivalente sería "Estudio de la salud de Wisconsin") que recoge datos de la población de Wisconsin relativos a variables sociodemográficas, acceso a servicios sanitarios, estado de salud, condiciones del entorno del individuo/población,... [ahí dejo el enlace para quien quiera indagar; la metodología viene bien recogida y desarrollada en: Nieto FJ, Peppard PE, Engelman CD, et al. The Survey of the Health of Wisconsin (SHOW), a novel infrastructure for population health research: rationale and methods. BMC public health. 2010;10(1):785.].

¿Y qué pinto yo aquí? Pues la pregunta no es mala. Durante estos dos meses voy a tratar de estudiar qué relación guardan las características sociodemográficas de la población estudiada con el tener o no un médico habitual (regular physician) -que aquí suele ser médico de familia o médico internista- y si esto determina de alguna manera el nivel de percepción de la calidad asistencial. Los datos con los que trabajo son los recogidos en el SHOW.

Para ir recogiendo la bibliografía revisada al respecto, dejo aquí unas cuantas referencias. Si alguein quisiera alguno de los artículos... en la columna de la derecha está mi dirección de e-mail:

1. Sorkin DH, Ngo-Metzger Q, De Alba I. Racial/ethnic discrimination in health care: impact on perceived quality of care. Journal of general internal medicine. 2010;25(5):390-6. Available at: http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=2855001&tool=pmcentrez&rendertype=abstract. Accessed March 1, 2012.
2. Shreffler KM, McQuillan J, Greil AL, Lacy NL, Ngaruiya C. Odds of having a regular physician and perceptions of care: ethnic patterns for women ages 25-45. Family medicine. 2009;41(4):271-6. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/19343558.
3. Rodríguez M a, Bustamante AV, Ang A. Perceived quality of care, receipt of preventive care, and usual source of health care among undocumented and other Latinos. Journal of general internal medicine. 2009;24 Suppl 3:508-13. Available at: http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=2764043&tool=pmcentrez&rendertype=abstract. Accessed March 1, 2012.
4. Macinko J, Starfield B, Shi L. Quantifying the health benefits of primary care physician supply in the United States. International journal of health services : planning, administration, evaluation. 2007;37(1):111-26. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/17436988. [éste es imprescindible]
5. Perez D, Ang A, Vega W a. Effects of health insurance on perceived quality of care among Latinos in the United States. Journal of general internal medicine. 2009;24 Suppl 3:555-60. Available at: http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=2764040&tool=pmcentrez&rendertype=abstract. Accessed March 1, 2012.
6. Weissman JS, Stern R, Fielding SL, Epstein a M. Delayed access to health care: risk factors, reasons, and consequences. Annals of internal medicine. 1991;114(4):325-31. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/1899012.
7. Devadasan N, Criel B, Van Damme W, et al. Community health insurance schemes & patient satisfaction--evidence from India. The Indian journal of medical research. 2011;133(January):40-9. Available at: http://www.pubmedcentral.nih.gov/articlerender.fcgi?artid=3100144&tool=pmcentrez&rendertype=abstract.
8. Haven N. Use of Multiple Providers for Regular Care and Women ’ s Receipt of Hormone Replacement Therapy Counseling. Medical Care. 2001;39(10):1086-1096.
9. Sixma HJ, Kerssens JJ, Campen CV, Peters L. Quality of care from the patients’ perspective: from theoretical concept to a new measuring instrument. Health expectations : an international journal of public participation in health care and health policy. 1998;1(2):82-95. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11281863.
10. Saha S, Komaromy M, Koepsell TD, Bindman a B. Patient-physician racial concordance and the perceived quality and use of health care. Archives of internal medicine. 1999;159(9):997-1004. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10326942.
11. Anon. Does managed care restrictiveness affect the PCo Primary Care. Available at: http://www.jfponline.com/Pages.asp?AID=2689 Accesed March 7, 2012
12. Stepanikova I, Cook KS. Primary Privately Do Features of Managed Care Widen the Racial , and Ethnic , Gaps ? October. 2012;42(10):966-974.
13. Flocke S a, Stange KC, Zyzanski SJ. The impact of insurance type and forced discontinuity on the delivery of primary care. The Journal of family practice. 1997;45(2):129-35. Available at: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9267371.

2.3.12

Conflicto de desinterés en declarar los intereses

¿Es la prensa sanitaria un panel publicitario con conflicto de intereses?

En las sociedades modernas y democráticas (no sé qué palabra tiene menos sentido de las que he escrito hasta ahora...) la prensa debería cumplir un papel de relator de la realidad y promoción del pensamiento crítico que ayudara al conjunto de los ciudadanos a tener una conciencia de la realidad más racional y cuestionada.

Podría decirse que esos objetivos de la prensa general se deberían aplicar, aunque fuera en parte a la prensa especializada, en este caso, en temas de salud.

Recojo a continuación cuatro titulares que se han podido leer en los últimos tres días y que en el día de ayer circulaban por twitter de la mano de, entre otros, @rafabravo y @asunrosado:

Extraído de Acta Sanitaria.  El nombre del laboratorio aparece nada menos que dos veces en titular + entradilla.


Extraído de Acta Sanitaria. El logo del laboratorio y el uso del nombre comercial (en 2 ocasiones) del fármaco no aportan nada. El que sea un análisis "post-hoc" aporta mucho más, pero tal vez lo ignoren. ´Se les olvidó citar la duración del estudio y si las dosis son equivalentes.


Extraído de Europapress Nada que añadir a esto 



Extraído de Acta Sanitaria. Desde "Astra Zeneca" hasta "Centro Médico Instituto Palacios" rezuma conflicto de intereses por todos lados. 

Si la forma que tienen estos medios de afrontar la crisis es buscando "noticias patrocinadas" sin ningún tipo de interés (ni científico ni como crónica social) tal vez les valga para atravesar el bache de déficit de patrocinadores, pero cuando esto pase su descrédito será tal que no tendrán más valor que el catálogo de ofertas del supermercado.

En ocasiones nos quejamos de los conflictos de intereses no declarados en las revistas científicas... creo que es porque estos conflictos de intereses de la prensa sanitaria ya no nos sorprenden; la nausea prolongada también genera taquifilaxia.

Nota del autor: no he añadido ningún ejemplo de Diariomedico (quizá el medio sanitario más leído) no porque no haya ningún ejemplo equiparable, sino porque como necesita contraseña y nunca recuerdo la mía siempre paso de entrar en los enlaces que me dirijen a él.