[Con intención de reactivar la economía y la marca España andamos en reformas. Disculpen si le desahuciamos, expropiamos o simplemente le jodemos. Mientras seguiremos hablando..]
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19.9.15

Ciudades rebeldes. La ciudad como activo social, como activo en salud.



En el verano de 2013 escribimos un artículo para la revista Comunidad; dicho artículo salió publicado en enero de 2014 y nos hicimos eco en el blog.

Dos años después nos vamos a Córdoba a hablar sobre la salud comunitaria desde los municipalismos... y nos parece un gran momento para rescatar ese artículo, en esta ocasión a texto completo.

Se trata de una reseña del libro Ciudades rebeldes, de David Harvey, haciendo un enlace con el rol de las ciudades como escenario de batalla para el desarrollo de la salud comunitaria... No aparece la palabra "municipio" ni "municipalismo", pero ahí están...

Ciudades rebeldes. Pensar las ciudades como entornos activos en el desarrollo comunitario.

Las ciudades que construimos son un reflejo de las sociedades que conformamos; esto viene a decir David Harvey, geógrafo marxista de origen británico, de diferentes maneras a lo largo de su libro Ciudades rebeldes (Ed. Akal). El libro es un repaso a la función de la ciudad y el urbanismo en las interacciones socioeconómicas en los últimos siglos, enfatizando el papel del sistema económico capitalista como eje de estas relaciones. De modo que la ciudad capitalista serviría como amplificador de las desigualdades generadas por el sistema económico (pudiéndose observar en la ciudad una fiel reproducción de los ejes clásicos de las desigualdades –género, raza, edad, geografía, nivel educativo y renta–). Pero Harvey no se limita a un análisis crítico de la realidad (especialmente crítico con los movimientos de izquierda), sino que, siguiendo la máxima marxista de no limitar la visión de la realidad a su análisis, sino actuar sobre ella para cambiarla, el libro muestra alternativas organizativas (desde el punto de vista de macro y microgestión) para hacer que las ciudades en las que vivimos sean vehículos para la consecución de la justicia social.

La ciudad como campo de batalla.

«A lo largo de la historia del urbanismo, la provisión de espacios y bienes públicos (tales como la higiene y recogida de basuras, las actividades de salud pública, la educación y similares) por proveedores públicos o privados ha sido crucial para el desarrollo del capitalismo. Esto es así hasta el grado de que las ciudades han sido escenario de fuertes conflictos y luchas, de forma que las administraciones urbanas se han visto forzadas, a menudo, a administrar bienes públicos (tales como vivienda pública accesible, asistencia sanitaria, educación, calles asfaltadas, higiene y saneamiento, y agua potable) a una clase obrera urbana» (David Harvey).

Una de las grandes aportaciones del marxismo a la teoría del conflicto fue la formulación de la lucha entre clases como eje vertebrador de las interacciones entre grupos sociales. Según los planteamientos de Harvey, la ciudad ofrece la oportunidad a la clase obrera de ser el escenario en el que librar la lucha de clases y crear la masa crítica necesaria para lograr sus objetivos (que no sería, solo, la obtención de servicios básicos, sino el cambio de la estructura social y la socialización de los bienes de producción, entre otros).

La crítica a la horizontalidad.

«La izquierda en su conjunto es esclava de un “fetichismo sobre las formas de organización” que todo lo impregna. La izquierda tradicional (de orientación socialista y comunista) clásicamente se asoció con alguna forma de centralismo democrático (en partidos políticos, sindicatos, y similar). Ahora, sin embargo, estos principios se hallan a menudo más evolucionados –siendo formulados como “horizontalidad” o “no jerarquización”– o presentando visiones de democracia radical y gobierno de los comunes que podrían funcionar en pequeños grupos, pero que se antojan imposibles desde el punto de vista operativo cuando uno los extrapola a la escala de la ciudad.»

La horizontalidad es uno de los objetivos constantemente perseguidos por las personas y colectivos que trabajan en el ámbito del desarrollo comunitario. Harvey defiende este objetivo y se declara firme defensor del mismo, pero hace un llamamiento al reconocimiento de sus limitaciones a la hora de confrontarlo con los modelos de organización urbanos. Sin embargo, reconoce el importante papel de denuncia y establecimiento de la agenda (agenda setting) de movimientos como Occupy Wall Street o su homólogo español 15M, en cuya esencia la horizontalidad desempeña un papel fundamental. Así mismo, esta horizontalidad debe ser clave en la diferenciación de cada entorno urbano de acuerdo con las características de sus habitantes, en contraste con la tendencia europea a convertir las ciudades en clones, transformando las singularidades culturales en bienes de consumo intercambiables sin que el conjunto se vea afectado.

(Re)definir la ciudad para (re)construir la sociedad.

Tras la explosión de la burbuja de las hipotecas de alto riesgo nos encontramos ante la necesidad de redefinir qué modelo de ciudad queremos en aspectos que antes parecían tan básicos como la dicotomía «vivienda en propiedad frente a vivienda en alquiler» o «vivienda pública frente a iniciativa 100% privada». Ante estas dicotomías, habitualmente nos encontrábamos con respuestas que argumentaban idiosincrasias culturales para eludir responsabilidades individuales y colectivas en la elaboración de las respuestas; como dice Harvey, «puede que la propiedad de la vivienda sea un valor cultural profundamente asentado en Estados Unidos, pero los valores culturales florecen de modo notable cuando se promueven y subvencionan con políticas estatales».

La ciudad es el fiel reflejo de la sociedad que la habita, a la vez que hace de molde para esta; es causa y consecuencia de un proceso complejo de interacción social en el cual hemos de ser agentes modificadores del cauce macroeconómico que guía a las ciudades a un destino común, hacia la homogeneización. La ciudad como activo social. La ciudad como activo en salud.

16.9.15

Democratizar la salud desde los municipalismos


"La medicina es una ciencia social y la política no es más que medicina en una escala más amplia"
Rudolf Virchow


A veces, dibujamos salud en espacios vacíos. Imaginamos líneas ascendentes y descendentes sobre estratos que vuelan en nuestra mente de investigadores. Sin embargo, la mayoría de las veces la salud se puede tocar desde los territorios. Como médicos/as de familia, sabemos reconocer esos lugares donde el salubrismo se hace verbo y el paciente pasa a ser actor.

El municipalismo se abre hoy como una herramienta desde la que seguir construyendo conceptos. Como el espacio desde el que colectivizar saberes y desterrar a los "expertos" (entendamos la palabra experto como el teórico que ilustra a los ignorantes).
El municipalismo se focaliza en la comunidad y con ello en la construcción colectiva de nuevos mundos, y por que no, de nuevas "saludes". Esta construcción común nos lleva a conceptos que la Nueva Salud Pública hace tiempo que reclama: comunidades generadoras de salud, mapeos de activos, reducción de desigualdades sociales en salud, participación... (Ver el post de nuestro gran amigo y maestro Javier Segura https://saludpublicayotrasdudas.wordpress.com/2015/01/25/la-apuesta-municipalista-de-la-salud-publica/)

Abordar la salud como un indicador fundamental para evaluar las políticas pública o la construcción de municipios saludables se convierten en objetivos indispensables cuando ponemos a las personas en el centro de las políticas.  Ello nos lleva a reflexionar en metodologías, espacios, tiempos, etc... Construir salud no desde los hábitos de vida sino desde los determinantes sociales es parte de este cambio de mirada que implica los municipalismos transformadores.

Por todo ello, queremos abrir espacios multidisciplinares de reflexión desde donde construir salud desde todas las aristas. Este finde el equipo Médico Crítico estaremos presentes en Córdoba para reflexionar sobre el abordaje la reducción de desigualdades sociales en salud desde el ámbito municipal teniendo a los actores sociales como protagonistas, con una mesa sobre "Salud Comunitaria en el municipalismo". Un placer construir sobre el terreno y poder compartir miradas.




19.5.15

Municipalismo y salud. Un punto de encuentro.



Lo único que se construye desde arriba son los pozos. (Eduardo Galeano).

Lo único que se construye desde arriba son los pozos. Sin fondo en muchas ocasiones. Cuando la salud y las instituciones se mezclan tienden a construir desde arriba. Desde arriba y desde lo técnico, expropiando el discurso de la salud a la población (que no sabe porque esto, que es verdaderamente importante, es muy complejo) y poniéndolo en boca de unos pocos (y aquí remarco las "o"es).

Municipalizar la salud es, en tiempos de incremento de la desigualdad, un imperativo ético para cualquier persona que se acerque al ámbito de lo institucional con un mínimo de apego al territorio, a los barrios en los que crece la gente que conjuga esa desigualdad en primera persona de los verbos sufrir y padecer.

Municipalizar la salud es construir desde abajo para llegar a la superficie de ese pozo que lleva muchos años siendo cavado, para taparlo y para construir una estructura fuerte que no se tambalee ante la llegada de las crisis económicas, sociales y morales. Municipalizar la salud es reconocer que las instituciones tienen que hundir sus raíces y sus ramas en los barrios, promoviendo una participación que escape y exceda los límites de la participación institucional, dejando hacer fuera de los márgenes de unas instituciones que no siempre se vean directamente reforzadas por una participación que puede ser mucho más fuerte fuera de unas instituciones que mucho han de reformarse para ser claras aliadas de una participación social en salud que pueda ser claramente transformadora.

Existe un discurso bastante predominante dentro de la política sanitaria que dice que los ayuntamientos no tienen competencias en salud; esto es una consecuencia directa de haber reducido la salud a lo sanitario y lo sanitario a lo meramente asistencial. Introducir una visión de desigualdades sociales en salud en todas las políticas, conseguir que la ciudad sea saludable en su diseño urbanístico, crear entornos en los que la población pueda participar y desarrollar hábitos de vida saludables en unas condiciones de vida mejores, Gozar de espacios de socialización para mejorar las redes de cuidados, tomar las riendas de las decisiones que pueden afectar a nuestra salud y la de nuestras personas más cercanas. Todo eso es municipalizar la salud; tomar las decisiones políticas que generen acciones de modo que, con un conocimiento cercano del territorio y una participación directa de la población consigan que sea la gente la que pueda marcar agenda y mover el volante de las  políticas que afectan a lo más inmediato de sus vidas y su salud.

La municipalización en salud es, además, un punto de encuentro donde compartir y construir discurso entre las diferentes personas implicadas -dentro de la variable continua "agente-paciente"- en el trabajo en salud, tratando de alejarnos de la apropiación por parte del colectivo médico que ha hecho que el discurso se halle muy escorado hacia lo clínico y vertical; en este aspecto es fundamental el papel de los que quieren construir discurso colectivo cediendo parte del testigo pero sin desentenderse porque "ah, ahora os toca a vosotrxs". Además de un punto de encuentro, el municipalismo en salud también tiene que ser un punto de emergencia de un discurso feminista en salud; un discurso que no parta de la autojustificación sino de la indisoluble unión de lo que se construye desde abajo y lo que vela por todas.

De esto y más estaremos hablando hoy, martes, en Córdoba. Yo (Javi) presentando e introduciendo, Javier Segura hablando de las experiencias materiales a las que poner cara y nombre, y Vicky y Salustiano aterrizando todo esto en la realidad de Córdoba y el futuro cercano una vez su apuesta municipalista se concrete.

Municipalismo y salud. Construir desde abajo para no construir pozos (ni tumbas).

6.5.15

Las voces del barrio

Las mismas admiradas compañeras que en su momento grabaron el vídeo "Un barrio lleno de vidas" vuelven al ataque. Intentando comprender los barrios donde se mueven y construyendo narrativas que salgan directamente de las bocas de las personas que hacen esos barrios... os dejamos su texto y un nuevo vídeo -al final del texto-... un gustazo poder abrir este blog a Sara, Lucía y quienes caminan con vosotras...

Las personas nacen, crecen, trabajan, envejecen... en un barrio concreto que influye de forma significativa en su salud (1), por lo que como agentes sanitarios, tratar de conocer y comprender este entorno puede resultarnos de gran relevancia y utilidad.

La identificación de indicadores que recogen tanto las carencias como los recursos y virtudes del barrio puede ayudarnos a reconocer aquellos determinantes de la salud compartidos por el conjunto de la población en tanto que vecinos de una misma área de residencia (2).

Sin embargo, la percepción de cada vecino con respecto al mismo entorno puede llegar a ser muy diferente. El riesgo, la amenaza, la seguridad, la confianza... son términos subjetivos que se expresan de forma distinta y adquieren un valor particular en cada persona, determinando también su nivel de bienestar o salud. (3, 4)

Esta última aproximación implica, por una parte, rescatar la narrativa de nuestros pacientes como fuente de información insustituible, prestado especial atención a sus relatos y a las implicaciones emocionales que esconden sus palabras, gestos y silencios (5).

Por otra parte, supone considerar aquellos factores contextuales y biográficos que son únicos y específicos de cada paciente e individualizar la generalización de las influencias (sociales, familiares, culturales, económicas...) y los procesos (diagnósticos, terapéuticos, educativos...) teniendo en cuenta sus capacidades cognitivas, creencias y actitudes (6).

En este sentido, tanto la cercanía como la solidez de las relaciones que tienden a generarse entre los profesionales del centro de salud y sus pacientes, convierten a la Atención Primaria en un medio de especial interés y relevancia pues permite acceder al contexto más próximo e íntimo de los vecinos (7).

Los residentes de Medicina Familiar y Comunitaria del Centro de Salud de Cartuja, Granada, hemos querido conocer el entorno que habitan y comparten nuestros pacientes a través de sus vivencias y percepciones, en un intento de comprender mejor las complejas causas y formas de enfermar. En dicho proceso, hemos realizado largas entrevistas a algunos de estos vecinos que, posteriormente, han sido editadas y modificadas con su consentimiento. "Las voces del barrio" es nuestro segundo vídeo en este intento de conocer y visibilizar las circunstancias y lugares que rodean a nuestros pacientes.

LAS VOCES DEL BARRIO from Producciones Pelvis on Vimeo.



Bibliografía:
(1) Organización Mundial de la Salud. Subsanar las desigualdades en una generación. Alcanzar la equidad sanitaria actuando sobre los determinantes sociales de la salud. Informe final de la Comisión Sobre Determinantes Sociales de la Salud. 2013.
(2) ÁlvarezDardet C, Ruiz Cantero MT. Patrimonio de la salud, ¿son posibles las teorías salutogénicas? Rev Esp Salud Pública. 2011;85:123127.
(3) Dean K, McQueen D. Theory in Health Promotion. Introduction. Health Promot Int. 1996;11.
(4) Napier AD et al. Culture and health. Lancet. 2014;384:160739.
(5) Charon R. Narrative Medicine. A model for Empathy, Reflection, Profession, and Trust. JAMA. 2001;286:18971902.
(6) Saul J Weiner MD. Contextualizing Medical Decisions to Individualize Care. Lessons from the Qualitative Science. J Gen Intern Med. 2004;19:281285.
(7) Macaulay AC. Promoting Participatory Research by Family Physicians. Ann Fam Med. 2007;5:557560.